El ser humano lleva inscrito en su instinto, códigos y modelos de conducta. Estos arquetipos o estructuras anímicas, están en el inconsciente colectivo, y existe una similitud en todas las razas y culturas. Algunos hábitos de conducta pueden ser patrones heredados y no ayuda para nada el justificarnos diciendo «yo soy así o soy igual que mi padre».
Los arquetipos, según Jung, son esquemas dinámicos que reflejan nuestra forma de actuar. Nuestro inconsciente está formado por varias partes: 1) los aspectos rechazados por nosotros mismos que consideramos malos. 2) la imagen que utilizamos de cara al exterior. 3) El arquetipo masculino que tiene que ver con la función paterna o de autoridad,la energía creativa. 4) El arquetipo femenino que tiene que ver con el contacto afectivo, la energía nutriente. 5) la parte de la psique que aspira a la unidad y trabaja la identidad. 6) el arquetipo del Yo sujeto a la conciencia y la percepción.
SIETE HÁBITOS INSANOS:
1.- Castigar y castigarnos.
2.- Gritar. Insultar. Quejarnos.
3.- Culpar y culparnos.
4.- Amenazar y exigir.
5.- Manipular y dejarnos manipular.
6.- Criticar y auto-criticarnos.
7.- Mentir y mentirnos.
SIETE HÁBITOS DE AMOR:
1.- Apoyar
2.- Estimular.
3.- Escuchar.
4.- Aceptar.
5.- Confiar.
6.- Respetar.
7.- Expresar y comunicar.
Busquemos un momento tranquilo para dedicarlo a nosotros mismos y reflexionemos sobre nuestro carácter y personalidad condicionante. Algunos hábitos o estilos de comportamiento -como por ejemplo pueden ser el mentir, la intolerancia, la excesiva pulcritud, la agresividad, etc- ya los tenemos localizados pero no sabemos cómo cambiarlos. Nos hacemos conscientes de cuánto nos perjudica un mal hábito y cuánto puede también afectar a las personas cercanas nuestro comportamiento.
Ser Observadores de nosotros mismos es una buena fórmula para cambiar o deshacer esos modelos de conducta en nuestro carácter que nos resultan perjudiciales para relacionarnos con los demás. Mejorar nuestro carácter es una gran victoria para nuestra auto-estima.