Simpatías y desprecios

hombres-ayudandose¡Nos es tan fácil ser buenos con las personas que nos son simpáticas! Por ellas hacemos lo que haga falta pues nos van a corresponder tal y como esperamos lo hagan.

Muy diferente sucede con las personas por las que sentimos desagrado y aversión. Quizás sin causa que lo justifique pero nos irritan solo con su presencia y ante la más pequeña cosa nos encienden los nervios. Las despreciamos porque al juzgarlas lo hacemos con dureza e incluso despiadadamente.

Este tipo de personas que hoy en día calificamos de ‘tóxicas’ porque nos enervan y hacen que no podamos controlar nuestra parte más oscura, son el instrumento perfecto que necesitamos que testa nuestro grado de amor, paciencia  y compasión hacia los demás.

A esos escenarios y personajes que aparecen en nuestra vida sin desearlos -pero están- y son parte de nuestra realidad, deberíamos reflexionar y sacarle partido. Aprovechar estas situaciones de enfrentamiento para poner en práctica en nosotros los valores como  la amabilidad, la paciencia, el no juzgar, la tolerancia…. y tantos otros.

Preguntarnos, qué debo trabajar en mi que esta persona ha venido a enseñarme. En el momento en que ya no nos afecte su presencia ni sus formas, ese día desaparecerá de nuestras vidas o , también puede suceder, que la ganemos como amiga. Al menos, ya nada podrá afectarnos; en nuestro interior sólo habrá amor incondicional.