Que tu mente y tu corazón se vacíen y formen un espacio amplio, transparente, diáfano … sin expectativas ni deseos.
Que tu mente y corazón, unidos, se conviertan en una plataforma luminosa, casi infinita, para recibir el Silencio, la dicha de Ser y la Serenidad.
Que tu mente y corazón, por su propia liviandad, se eleven a otras dimensiones …
Entonces se producirá el desprendimiento y entrega de todo lo denso .
Nueva etapa realmente. Un paso más hacia la confianza absoluta al misterio de la vida en uno mismo. Y podríamos llamarlo humildad, al reconocer nuestra ignorancia sobre los estados superiores, a los que ya no vamos a poner resistencia.
Hacemos camino al andar, como dijo el poeta. Lo que veo en este momento; la dimensión y perspectiva de la vida, es nueva. El estado de inocencia reaparece. No surge algo pensado o ideado sino que se da por sí mismo; surge ante la mirada de sorpresa.
Es la evidencia de lo que ES, que está «fuera» de la mente. Lo que se hace innegable lo manifiesta la Conciencia al expandirse. Son los velos de la ignorancia que se descorren, para asombro y maravilla de nuestra inteligencia.