Si queremos RENOVARNOS -volver a nuestro primer estado esencial de inocencia y entusiasmo- tenemos que reemplazar lo viejo por lo nuevo; hacer CAMBIOS.
Cuando nuestro cuerpo está lleno de energía vital tenemos fuerza y deseos de renovarnos.
Sobre todo a nivel emocional, es algo instintivo e intuitivo.
Todo aquello que habíamos dejado incompleto nos sentimos ahora con fuerza para finiquitarlo desde el desapego y desde una comprensión mayor -desde la compasión-.
Cerremos los círculos del pasado y comencemos a movernos de forma ascendente y en espiral. ¡Hacia arriba!
Primero hacemos un ejercicio mental para deshacernos de lo inútil y RENOVARNOS por dentro. Vaciarnos, sanando heridas de envidias, celos, frustración, desencanto, despecho, remordimientos, rabia … ¡tantas cosas! … y que principalmente van dirigidas contra nosotros mismos…
Este proceso de limpieza lleva tiempo pero es gratificante ver y sentir cómo nuestro corazón se va aligerando y poco a poco va entrando en un estado de Alegría natural.
Igualmente nos renovamos a nivel físico; vaciando los armarios de todo lo que ya no nos ponemos desde hace tiempo. Limpiando la cocina de vajilla descascarillada y demás cosas viejas, herrumbrosas. Dejando que entre la Luz en los rincones.
No tengamos miedo a quedarnos sin nada… Ya no vale el guardar «por si acaso». No tengamos miedo. Para que entre lo NUEVO tenemos que deshacernos de lo viejo -en todos los sentidos y niveles-.
Consagremos lo nuevo que entra en nuestra vida, desde la intención y el agradecimiento, porque nos lo merecemos.