Los hábitos nos envejecen, así que podemos reinventarnos una vez más por el simple disfrute de la genialidad en nosotros. Vamos a deshacernos de la imagen restrictiva que tenemos de nosotros mismos.
Vamos a permitirnos descubrir qué parte de nosotros es sólo apariencia. Y qué hay de verdadero en nuestra vida.
Sepamos que no sólo existe lo que ya es evidente; aventurémonos a explorar otras posibilidades. No sólo es válido lo que creemos y de lo que hoy estamos convencidos puede que mañana encontremos algo que lo supere y sea mejor.
Sin nada definido o decretado, dejarnos sorprender todos los días y tener la capacidad de maravillarnos con las cosas más sencillas; desde la ilusión y el entusiasmo por la vida. Desde el agradecimiento.
Salirnos de las formas y de las normas porque para fluir tenemos que ser flexibles; física, mental y emocionalmente. Tenemos que deshacernos de todo el peso del pasado y de todas las preocupaciones por el futuro. ¿es posible?
Sí, es posible renovarnos. Dejar de tener reacciones predecibles y mecánicas. Salir de la densidad mental y viajar al corazón y SENTIR que somos esencia, sin forma e infinitos.