Aunque digamos que no elegimos, ya estamos optando por algo… Al negar decidirnos ya estamos recibiendo la reacción a esa negación…
Decimos que no elegimos. Preferimos no tomar decisiones -quizá por miedo a equivocarnos- pero esa actitud en sí ya es una postura elegida voluntaria o inconscientemente que nos llevará a un resultado imprevisible, totalmente «fortuito«, porque hemos dejado en manos del azar nuestra suerte.
¡Cuánta resistencia a adentrarnos en la LIBERTAD! Y todo debido principalmente a los MIEDOS, que conforman la mayor coraza con que refrenamos a nuestro corazón.
¡Cuánta resistencia a sentirnos libres y capaces de tomar decisiones! … de sentirnos con derecho a tomar nuestras propias decisiones, para nuestro Bien, sintiéndonos con derecho a ello.
No dejemos nuestra suerte en manos del azar o en manos de otros.
Desde nuestro corazón y desde nuestra libertad, vamos a decir SI a la Vida.