Cuando estamos mal con nosotros mismos, cuando estamos hartos de que las situaciones se repitan una y otra vez, cuando nos damos cuenta de que nos pasamos el día quejándonos, de mal humor y sin ya poder soportar un día más de lo mismo… esa rutina gris, aburrida, estresante e insoportable, ¿qué hacer?
Reconocer nuestros patrones erróneos y deshacernos de ellos.
Sin embargo, seguimos funcionando en un círculo vicioso porque cuando nos enfadamos, creemos que es por culpa de otro. Nuestra mala suerte por culpa del destino. Nuestra infelicidad por culpa de nuestro pasado. Nuestras frustraciones por culpa de nuestra pareja…
La verdad es que nos sentimos mal con nosotros mismos; nos sentimos insatisfechos, infelices, frustrados, engañados o resentidos…. toda una serie de sentimientos que hemos creado en nosotros y que justificamos, sin querer vernos a nosotros mismos y nuestra realidad.
Comenzamos a vivir de verdad el día en que reconocemos nuestra existencia.
El día que despierta nuestra Conciencia y reconocemos nuestra ignorancia sobre nosotros mismos. El día que decidimos ser quien somos, reconociendo nuestras limitaciones y levantándonos de nuestra indolencia y abandono hacia nuestro ser esencial.
Ahora es el momento adecuado. Esta es la ocasión ideal para hacer una revolución interna; para mover y remover las energías de nuestro interior a nivel mental, a nivel afectivo y a nivel físico, elevando nuestra dimensión y facultad de ir más allá de lo meramente personal y físico.