Dios actualizado

chakra corazonLa conexión con la divinidad debe hacerse desde la madurez mental y emocional. La claridad mental nos acerca a la Verdad. Las creencias deben transformarse en experiencias. Se ha hecho necesario el posicionamiento correcto de nuestro Ser para tomar las riendas de la vida en todos los aspectos. La espiritualidad es uno de ellos.

Utilizar los rezos y la religión como sedante para no enfrentarse y responsabilizarse de uno mismo ante la vida ha sido nefasto en la historia del ser humano. Se terminó el vasallaje.

Son nuevos tiempos los que nos sacuden para que despertemos y comencemos a vivir desde nuestra Conciencia. No somos más súbditos de los poderosos; la fidelidad es hacia los principios que están grabados en nuestra Alma y Espíritu.

Descartemos primero la relación NO deseable desde la inconsciencia y la actitud servil.

> Relación de dependencia.
> Relación desde la culpa.
> Relación desde el miedo.
> Relación con un dios separado y lejano.
> Relación con un dios castigador.

Mi relación con Dios desde la espiritualidad:

> La divinidad -Dios- está en mi.
> Dios como Luz de Amor Puro en mi.
> Dios como Esencia Primordial Absoluta de Amor en mi.
> Dios Creador de todas las cosas en mi.
> Dios como Conciencia Suprema y Pura Misericordia en mi.

Tenemos que posicionarnos y «empoderarnos» como criaturas divinas que somos porque hemos sido creados de Su Luz.

No «empoderarnos» desde el Ego, sino desde el Espíritu. Es así como abandonaremos el papel de víctima, desaparecerán los miedos, dejaremos atrás el pasado, nos liberaremos de las creencias limitadoras, desaparecerán los sentimientos de abandono…

Cuando nos «empoderamos» desde el Espíritu, nos llega y envuelve la Gracia divina. Empoderarse significa recobrar la facultad y dominio sobre los valores del Ser en uno mismo. Empoderarse significa hacer posible lo que uno desea por el poder de su Conciencia ligada a la Conciencia Suprema.

Hacernos conscientes

ser y menteLa vida está orientada a hacernos avanzar hacia un nivel superior de Conciencia.

Si nuestro Ego se resiste a ello, viviremos en el sobre-esfuerzo y el sufrimiento. Si cumplimos con nuestra esencia, fluiremos dentro de la Naturaleza y el Universo.

Para llegar a esta «aceptación» de ser quien uno es, debemos primero conocernos a nosotros mismos y experimentar cuál es nuestro propósito de vida.

Llegar a entender un día que, cada momento de nuestra vida -cuando la vivimos conscientemente-, estamos refinando nuestro Yo, estamos atentos a descubrir nuestros talentos y preferencias así como nuestras debilidades, … y nos permitimos hacer elecciones sin sentimientos de culpa o de obligación… pero esto sucede cuando somos capaces de vivir desde nuestra Conciencia, …

Hacerme consciente significa tener Conciencia de mi mismo/a. E ir desarrollándola a medida en que mi mente está cada día más atenta en el presente, volcada enteramente en lo que hace.

Me hago más consciente de mi mismo/a cuando sé cuáles son mis prioridades y organizo mi tiempo de acuerdo a ello, aprendiendo a relativizar todo lo demás.

Me hago más consciente de mi mismo/a cuando no necesito del reconocimiento de los demás para saber que estoy haciendo lo correcto. Mi corazón ya sabe distinguir lo certero de lo sólo probable y de lo dudoso.

Me hago más consciente de mi mismo/a cuando reconozco lo que tiene valor real en mi proceso de crecimiento y eso me ayuda a asumir retos sobre mi Yo y mis emociones.

La vida diaria es una combinación de estados de conciencia que fluctúan a la par con las energías del Universo. Seamos Observadores de los mecanismos de nuestro Ego -del personaje- y sepamos distinguirlo del Yo Superior -nuestra Alma-.

Aprendamos a modificar los patrones y creencias rígidas a través de la meditación o la oración. El desarrollo de la Conciencia nos trae un cambio de percepción, de entendimiento y de intención.

No se trata de nuevos sistemas sino de una Conciencia amplificada a nuevas visiones de nuestro Ser.

La Culpa y el Perdón

corazon raiz.Sin saber del daño que nos hacían, cuando niños hemos recibido apelativos que, como semillas,   echaron raíces en nuestro corazón: ‘eres tonto’, ‘eres malo’, ‘me vas a enfermar’, ‘por tu culpa…’ ‘no sirves para nada’ …

Como padres, repetimos el mismo tipo de educación y comportamientos;  son nuestra referencia, y así ampliamos y reforzamos nuestro sentimiento de culpa: no hemos sabido hacerlo.

Perdonar a los demás es mucho más sencillo que perdonarnos a nosotros mismos. Esta es una tarea muy difícil de llevar a cabo. Lo razonamos y desde la Mente nos decimos que nos perdonamos, pero seguimos con la carga que presiona nuestro corazón y esas raíces se alargan asfixiando los  pulmones.

Esta falta de coherencia mental y emocional crea finalmente un nuevo conflicto en nuestro interior. Nos hemos hecho conscientes de nuestro sentimiento de culpa, queremos perdonar y perdonarnos, pero no lo conseguimos.

Me estoy haciendo daño a mi mismo. No me permito ser feliz completamente. No me siento merecedor de ser feliz y de ser querido.  No me valoro ni me siento digno de amarme a mi mismo y entregarme al amor.

DESHACER CREENCIAS Y PATRONES.-

1) Cambiar la percepción que uno tiene  de sí mismo a través de ejercicios prácticos que te lleven a conectar con tu Ser original, por ejemplo,  la meditación, la alineación y limpieza de los chakras, el yoga, Reiki y otros más.

2) Crear el hábito de ser el Observador del ‘personaje’  en nosotros, para acrecentar la importancia de la Conciencia.

3) Entender que el perdón no es hacia el otro sino hacia uno mismo. Dedicar tiempo a percibir, escuchar y amar al Ser que habita en nuestro cuerpo físico.

 

La valentía de rectificar

hombres uno con luzAceptar que no somos héroes infalibles nos quita un peso de encima. No tener que disimular ni fingir que lo sabemos todo, nos hace ahorrar energía. No tener que guardar una imagen de seres perfectos y bondadosos que viven en un mundo magnífico de felicidad, nos hace destensar y relajarnos física y mentalmente.

Hemos oído muchas veces decir que rectificar es de sabios. Pero, si no aprendemos la lección al cometer un error y repetimos una y otra vez el mismo fallo, -no queriendo reconocerlo- la situación se hace preocupante.

Corregir lo dicho, rehacer lo hecho, enderezar el rumbo, siempre nos va a hacer mejores. Vivir la vida desde ese sentimiento, sin cargas de culpa, nos hace libres.

Tener la capacidad de perdonarnos y perdonar a los demás, entendiendo y aceptando que nada ni nadie en esta vida es perfecto; nos hace libres.

Y ante un error, tomar conciencia y preguntarnos «¿qué enseñanza hay aquí para mí?, ¿Qué puedo aprender de esta situación?». Y rectificar. Ese acto es el que nos hará crecer y sentirnos bien con nosotros mismos.

Nuestro Ego es el que se debate y resiste para que no salga a la luz que se ha equivocado. No quiere reconocer sus fallos ni debilidades -cuestión de amor propio desmedido-.

No pasa nada. Al contrario, nos sentiremos liberados en ese reconocimiento o confesión «me he equivocado» … «no lo he sabido hacer» … «perdón» … «lo hice sin pensar, no volverá a suceder» …

No pasa nada. Al contrario, reconocer que nos hemos equivocado, es liberador. Es un acto de valentía y de humildad a la vez.

Seamos valientes para reconocer nuestros errores. No pasa nada. La vida sigue, no nos castiguemos,  no perdamos el paso.

 

 

Los MIEDOS

mujer con velaLo peor que uno puede hacer es planear desde el Miedo. Lo peor que uno puede hacer es tomar decisiones desde el Miedo y dejarse envolver y llevar por los temores. Porque la visión que uno tiene de los demás  y de las situaciones, cuando la mente está llena de miedos,  es errónea y es distorsionada.

Si tengo miedo a perder terminaré perdiendo porque yo mismo inconscientemente estaré asfixiando con mis miedos la situación, la relación, mis deseos  …

El miedo hace que me resista a aceptar nuevas posibilidades.

El miedo hace que me resigne no creyéndome capaz de crear nuevas oportunidades.

El miedo hace que me evada, huya, que no quiera ver … en lugar de responsabilizarme por mis acciones.

El miedo hace que sufra por cosas que solamente están en mi imaginación en lugar de valorar mi presente.

El miedo hace que sea desconfiado y no me entregue al cien por cien, en nada.

El miedo siempre vaticina que perderé … cuando yo quisiera, en el fondo de mi ser,  apostar por ganar …

¿Cómo superar  la inseguridad y los miedos?

Debo aprender a escuchar y escucharme. Cuanto más  receptivo soy frente a otras personas, más aumenta mi capacidad de seguridad en mi mismo.  Si hay sintonía no hay resistencia. Tomar consciencia de que a cada paso que damos en nuestra vida estamos refinando nuestro ser. Tenemos que vivir la vida permitiéndonos vivirla  sin culpa ni juicio. Siendo responsables de nuestros pensamientos y acciones.

Ya desde el mismo momento en que uno se despierta por la mañana, debe abrir los ojos con sentimiento de gratitud y con el ánimo de tener un buen día. Estando atentos a dar lo mejor de uno mismo en cada momento. Este acto consciente será en sí mismo el que alimentará y fortalecerá nuestro ser.

Tenemos la libertad de elegir entre vivir desde el Miedo o vivir desde el Amor. Cuando nos amamos a nosotros mismos, amamos a los demás. Y sólo así desaparecen todos los Miedos.

 

 

Relacionarse desde el respeto

niña y abuelo Las dificultades para relacionarse con los demás, las dificultades para tolerar al otro (amarle tal cual es) … las dificultades para que no nos afecten esas diferencias; el desapego emocional que necesitamos para quitarle importancia  cuando el otro dice las cosas en un tono que nos molesta o hace una crítica, etc

Todo eso se hace dificultoso por lo complejo  que ya es de por sí,  el estar en armonía con uno mismo … el estar contento consigo  mismo … así que resulta más difícil el trato con los demás porque encima le hacemos culpable de nuestra infelicidad o malestar…
La madre y el padre en relación con sus hijos. Las relaciones de pareja.  El jefe y su subordinado. Los vecinos. … En todo tipo de relaciones existe una interconexión donde cada uno es maestro y aprendiz del otro.
El otro nos ayuda a ser más pacientes, más compasivos, más tolerantes … es la única manera que tenemos para avanzar; relacionarnos con los demás sin que nos afecte emocionalmente -dando lo mejor de nosotros-  y la convivencia se convierte  realmente en todo un master …

Sanando emociones

corazon rojo y amarilloHasta que no nos paremos y prestemos atención a lo que pasa en nuestro interior  y reconozcamos  cuáles son nuestros sentimientos,  no podremos  enfrentarnos a nuestras emociones estancadas; frustración, tristeza, desilusión, miedos y tantas otras. Hasta entonces, mientras no hagamos un trabajo de purificación (perdón y aceptación),   no vamos a poder salir del círculo vicioso de insatisfacción con nosotros mismos -le llamemos como queramos llamarlo para justificarnos- pero que no nos permite avanzar en comprensión de nosotros mismos.

Para sanar cualquier emoción hay que permitirse sentirla. Tenemos que identificarla: «estoy triste», «estoy rabioso» … y entender que «estar» es una cosa y «ser» otra muy distinta.  Podemos dejar de «estar» pero no podemos dejar de «ser», esa es la diferencia.

Tengo que ir al encuentro de la naturaleza de mi ser que es quien me facilita la vida. Puede que el pasado haya estado lleno de sufrimiento, vayamos pues a sanar el pasado y volvamos al Presente liberados de esa carga.

Yo decido dejar de estar triste, deprimido, furioso. Todas esas emociones negativas crean un estado en mi interior pero que nada tienen que ver con mi Ser que permanece impávido ante lo que a mi «yo» le altera. Por lo tanto, entendiendo esto, decido crear un «estar» positivo,  más en comunión  y en armonía con mi Ser. Y elijo estar contento, agradecido, paciente …

Guardar o esconder en nuestro corazón las emociones y sentimientos que nos dijeron cuando eramos niños que eran «malas»,  crean sentimientos de culpa, resentimiento y rabia … no se trata de reprimir. Tenemos que enfrentarnos a todo ello y sanarlo; perdonándonos y perdonando. Desde el corazón.

Este es un trabajo necesario de recapitulación. Ir a nuestro corazón, enfrentarnos a nuestras heridas,  …  y sanarlas. Hoy en día existen técnicas para conseguirlo. Pidamos ayuda y guía. Nos liberará de mucha carga y dolor inútil.

 

El despropósito

hombre perro aves andando, volandoDespropósito es ir en contra de uno mismo. Hacer lo contrario de lo que el corazón de uno desea en realidad.

Despropósito es sufrir por adelantado el sufrimiento que todavía no ha llegado ni se ha materializado.

Despropósito es sentirse prisionero cuando no hay ningún muro real que te impide ser libre.

Despropósito es echarle la culpa a la mala suerte mientras repites una y otra vez los mismos errores.

Despropósito es quejarte de tu vida y no hacer nada por cambiarla.

Despropósito, ahora mismo, es que estemos obsesionados hablando de la crisis y lo mal que estamos mientras consumimos innecesariamente  y gastamos por encima de nuestras posibilidades y no se nos pasa por la cabeza el ser caritativos con los que realmente están necesitados.

Primero transformación interna luego cambios externos

La vida es un reto, intentar ser mejor comenzando por amarnos a nosotros mismos es el mayor desafío, porque desconocemos lo que eso significa en profundidad y también porque nadie nos ha enseñado cómo hacerlo.

Enfrentarnos a nuestros sentimientos de culpa, a nuestras frustraciones, a nuestros sentimientos de impotencia, rabia, decepción, desencanto, resentimiento…. todas esas aflicciones que hemos ido acumulando, toda esa amargura silenciosa que se ha ido depositando en nuestros órganos y han ido aplanando nuestro entusiasmo por la vida y debilitando el amor por nosotros mismos…  ¿estamos realmente interesados en salir de ese pozo de infelicidad disfrazada?

Decimos que queremos hacer cambios en nuestra vida. Nos decimos a nosotros mismos que ya no podemos seguir así, arrastrando la insatisfacción, el cansancio mental… Quisieramos hacer reformas en nuestra vida pero …

La realidad es que no sabemos por dónde empezar o nos da miedo ver lo que hemos estado tanto tiempo escondiendo, por miedo, ¡tantos son  los miedos que nos paralizan! …

En la Terapia Regresiva vamos al subconsciente bajando unas escaleras que nos llevan a nuestro Jardín Interior. Preguntamos cómo es nuestro jardín, y en forma de símbolos podremos interpretar  y ver donde hemos escondido lo que en algún momento nos hizo daño o nos dio miedo, todo lo que no hayamos podido superar o transformar en  comprensión y perdón, hacia los demás y hacia nosotros mismos.

Todo lo que está afectando a nuestra vida no debemos ignorarlo por más tiempo. Ahora toca el trabajo de transformación interna más que de cambios externos.

 

 

Patrones erróneos

Cuando estamos mal con nosotros mismos, cuando estamos hartos de que las situaciones se repitan una y otra vez,  cuando nos damos cuenta de que nos pasamos el día quejándonos, de mal humor y sin ya poder soportar un día más de lo mismo… esa rutina gris, aburrida, estresante e insoportable, ¿qué hacer?

Reconocer nuestros patrones erróneos y deshacernos de ellos.

Sin embargo, seguimos funcionando en un círculo vicioso porque cuando nos enfadamos, creemos que es por culpa de otro. Nuestra mala suerte por culpa del destino. Nuestra infelicidad por culpa de nuestro pasado. Nuestras frustraciones por culpa de nuestra pareja…

La verdad es que nos sentimos mal con nosotros mismos; nos sentimos insatisfechos, infelices, frustrados, engañados o resentidos…. toda una serie de sentimientos que hemos creado en nosotros y que justificamos, sin querer vernos a nosotros mismos y nuestra realidad.

Comenzamos a vivir de verdad el día en que reconocemos nuestra existencia.

El día que despierta nuestra Conciencia y reconocemos nuestra ignorancia sobre nosotros mismos. El día que decidimos ser quien somos, reconociendo nuestras limitaciones y levantándonos de nuestra indolencia y abandono hacia nuestro ser esencial.

Ahora es el momento adecuado. Esta es la ocasión ideal para hacer una revolución interna; para mover y remover las energías de nuestro interior a nivel mental, a nivel afectivo y a nivel físico, elevando nuestra dimensión y facultad de ir más allá de lo meramente personal y físico.