Pobreza afectiva

La pobreza es carencia de lo necesario para vivir y la falta de Amor resulta ser la mayor de las pobrezas porque nos aísla en la amargura y la soledad.

El Amor no es sólo un sentimiento; nuestra nobleza, como individuos, está basada en el Amor que somos; en la cantidad y calidad de Amor que somos capaces de sentir por nosotros mismos y por los demás.

Si te sientes pobre en Amor -para dar así como para recibir- seguramente esa creencia terminará minando tu corazón, haciéndote insensible, de apariencia fría, desconfiado. Y tomarás el rol de víctima.

Inconscientemente, piensas que es la forma de protegerte. Por el miedo a ser rechazado o porque hayas sufrido en el pasado humillaciones o abandono.

Cuando nos hacemos conscientes de nuestra pobreza, la reconocemos, la identificamos… y nos damos cuenta de su inutilidad, de la privación de felicidad que supone y del daño que nos hace… decimos BASTA. Y a partir de ahí podemos exaltar nuestras cualidades y talentos…. comenzamos a amarnos.

COMENZAR A AMARNOS en pequeños detalles. Prohibido castigarnos, etiquetarnos negativamente: «es que soy tonta»… «podría haberlo hecho mejor»… «no sirvo para nada»… «¿quién se va a fijar en mi?»…

Salir de la pobreza afectiva, valorando quien somos, -aceptándonos a nosotros mismos- eso en primer lugar. Y luego, sentirnos capaces de mejorar lo que nos propongamos. …

¿Cuál es mi deseo más profundo? ¿Cuál es mi secreto mejor guardado y que hoy me voy a permitir sacar a la luz?

Silencio e indiferencia

niño ojos aterradosNo hay mayor castigo que la indiferencia y el silencio. Ese desprecio es aterrador y causa el mayor dolor del mundo.

Cuando el niño sólo ve adultos alrededor que no  le prestan la debida atención, cada uno enfrascado en sus propios asuntos y preocupaciones. Cuando el niño se siente sin espacio y fuera del tiempo de las personas que le rodean, a no ser para darle órdenes, reglas, deberes,  prohibiciones … a ese niño confundido y sin capacidad de expresión se le van cerrando las puertas del amor y de la felicidad.

Con las mismas consecuencias sería si se le obsequia con algún aparato que lo distraiga indefinidamente sumergiéndolo en un mundo irreal …

El niño, sumido en el silencio de su propio mundo. Silencio acompañado a veces de miradas heladas, impenetrables, que lo fulminan y lo desestabilizan.

Silencio lleno de gritos que empuja al niño al abismo de la confusión y de la soledad.

Silencio obligado por un nudo de hierro en la garganta.

Silencio que abarca desde el corazón al alma.

Muda la voz que ya sabe del ¡cállate!

Mudos los sentimientos que se atragantan.

Niños sin expresión, ojos tristes o de rabia …

Hambre de amor que no sacian

… luego los adultos se manifiestan contra la violencia de género, contra las guerras, contra las injusticias …

El Amor maduro

mujer-anciana-con-lenaCuando ya se ha vivido la mitad de la vida el AMOR toma otra perspectiva y dimensión. Si hasta ahora el amor ha sido posesivo y de exigencias y miedos, de pronto deja de perseguirse y crear sufrimiento… y lo que se recibe es valorado y bienvenido.

El Amor en la edad madura se disfruta más DANDO. No  reclama,ni acumula  o contabiliza el afecto. Es tierno y sabe que se multiplica al sonreír y ser amable con los demás.

El Amor maduro es relajado, sereno.  No es inquisitivo porque ya sabe lo que el Amor puede dar de sí.No hay miedo a ser abandonado, a ser traicionado. No hay inseguridad porque tiene suficiente Amor por sí mismo. El Amor maduro no discute; es compasivo.

 

Pero estas sociedades modernas tienen pánico a la vejez que identifican con la soledad. El remedio parece ser crear ruido alrededor. La televisión, por supuesto, es la leal amiga que llena todos los espacios y silencios, para adormecer a la mente y al corazón, afianzando un conformismo gris y mediocre. No hay mayor estupidez que pagar a plazos el propio entierro.

La Soledad es estar a solas con uno mismo. Momentos íntimos de gran valentía que se disfrutan desde la paz y sosiego de corazón, darle  la bienvenida. Podemos aprender  de ella, ya que ha venido a nosotros  sin buscarla, trayendo consigo la quietud y el espacio para la reflexión. Enseña a aceptarnos y deshacernos de falsas imágenes. Nos enseña a observar. La Soledad  enseña a disfrutar de las pequeñas cosas.

Al Amor maduro no hay que temerle, brinda sabiduría al corazón.

 

 

 

Conflictos no resueltos

abrazo2Tenemos todo un abanico de explicaciones racionales, excusas y justificaciones para seguir bloqueando las emociones que nos crean conflicto. Inconscientemente eludimos  enfrentarnos a situaciones que nos duelen y ese retener causa tensión .  Ese reprimir y mantener una imagen contraria a nuestro sentir causa dolor.

Aunque  digamos una y otra vez  que queremos solucionar el problema, preferimos no ver, no saber, por temor a sufrir más o porque no sabemos cómo solucionarlo… o porque creemos que no tiene solución …

Reconozcamos que no sabemos expresar con sinceridad -desde el corazón- lo que realmente sentimos. No nos atrevemos, tenemos miedo. Reconocerlo es el primer paso para hacer más fácil nuestra vida; aliviarla.

Todos los conflictos emocionales se manifiestan finalmente en el cuerpo físico, principalmente en la columna vertebral para luego extenderse a algún órgano. Pero también los dolores de cabeza, dolor de ojos, dolor de estómago, vértigo y muchos otros,  tienen su raíz en un bloqueo emocional que puede que arrastremos desde hace mucho tiempo.

Los conflictos que llevamos con nosotros con resignación callada,  los sentimientos de culpa, la angustia, el estrés, la ansiedad, la tristeza, las preocupaciones excesivas que no nos permiten descansar, la falta de equilibrio emocional, la soledad mal llevada, las responsabilidades y obligaciones excesivas o la falta de entusiasmo por la vida… todo ello son los causantes principales de la infelicidad y por lo tanto de la enfermedad.

Pongamos solución porque la tiene. Para ello debe haber una disposición, una actitud valiente y decidida, un compromiso con uno mismo, y mucha sinceridad para aceptar que también somos parte del problema.

Buscamos un sitio tranquilo y nos sentamos cómodamente, poniendo la espalda y cabeza recta. Respiramos conscientemente, cerramos los ojos y vamos hacia adentro para conectar con nuestro corazón. Ponemos la intención de  deshacernos de todas aquellas emociones que nos bloquean y nos causan daño. Nos escuchamos decir:

«Acepto liberar ahora las energías retenidas  en mi cuerpo y que me causan dolor».

«Acepto ver y entender lo que me ocasiona conflicto y malestar y expresarlo desde el amor»

«Permito que la energía vital fluya en mi y me de coraje para expresarme con valentía y sinceridad, por mi bien y por el bien de los demás».

«Me acepto y me perdono. Acepto y perdono a los que me han ocasionado algún daño».

 

 

 

Las preguntas correctas

meditacion perfectaEn nuestro interior existen algunas puertas que nos prohibimos abrir pero que,  el misterio que encierran,  nos perturba toda la vida. Evitamos a toda costa el silencio y el estar a solas con nosotros mismos por miedo a encontrarnos  con nuestras vergüenzas, con lo que aborrecemos en nosotros y nuestro entorno  y con nuestros miedos…

El objetivo de la soledad es descubrir la posibilidad en uno mismo de ser una unidad total. Dedicándo a uno mismo el tiempo suficiente para renovarse.  Sabiendo que es posible. Y en esa soledad voluntaria y deliberada, conversar con el alma y alimentarse de ella.

En la soledad entra ese desconocido silencio que todos temen … No queremos escuchar a nuestro corazón. No queremos saber la verdad de nuestra situación; nuestra infelicidad, nuestras frustraciones, no queremos reconocer nuestro sentimiento de intranquilidad y vacío… la mente siempre se está justificando y engañando.

La mente nos frena a dar ese paso de valentía. Porque es necesario estar con nosotros mismos en silencio para  dejar que nuestro corazón hable. Y él nos dirá qué es lo que necesitamos cambiar. Qué ajustes y actuaciones debemos hacer. Qué es lo que ya no funciona en nosotros…

Es en la soledad voluntaria  donde nos encontraremos con  la esencia de todas las cosas. Las preguntas que hagamos desde el corazón se transformarán en llaves que son las que abrirán las puertas a la Verdad, las que crean puentes  y nos facilitan los cambios.