
Falta bravura a tanta cordura cobarde de los que se creen superiores.
Lo que digo es que falta valentía para amar y ser generosos POR IGUAL con todos.
Y me explico: Sólo observemos cómo tratamos a los que huyen de las guerras; con unos nos volcamos a ayudarles porque nos caen bien, a otros los dejamos morirse de frío y hambre en las fronteras o en penosos campos de refugiados y desconfiamos de ellos.
Sigue habiendo distinción de clases pues el dios dinero no sólo discrimina e infravalora a las personas por su economía, también por su color de piel y sus orígenes. Somos indiferentes con los que pensamos que no nos aportan ningún beneficio. Despreciamos, creyéndonos mejores o simplemente por indiferencia a los que son diferentes.
Nos falta autenticidad como humanos.
Si los oligarcas estaban pensando que ya habían conseguido un «orden mundial», creyendo tener bajo dominio la obediencia y la esclavitud voluntaria de los trabajadores del mundo, ahora mismo se les han torcido los planes.
Los cambios serán rápidos, estemos alertas. Atentos y observadores de nuestro propio egoísmo, observadores de nuestros prejuicios, de nuestros temores y de nuestra inercia. Vayamos rectificando.
No tengamos miedo a perder. Al contrario, son momentos para ser generosos. Tenemos ahora la oportunidad para abrir nuestro corazón, experimentar el gozo de dar y expandir nuestra Mente.
El planeta está en crisis y las crisis están para hacer cambios profundos, para mejor.