
Está la Conciencia individual que el Ego controla y tenemos también la Conciencia universal que es una cualidad del Alma y que está ligada a la Conciencia Superior.
Cuando conseguimos expandir nuestra Conciencia individual para que trascienda nuestra identidad personal podemos experimentar una realidad mayor que no tiene fin, y es entonces cuando comenzamos a actualizar nuestra visión de nosotros mismos y nuestra pertenencia al Universo.
Al ampliar nuestra Conciencia y supeditarnos a ella, nuestra dimensión espiritual crece así como nuestro potencial humano.
Trascender lo cotidianamente físico y material nos hace creativos y nos pone en contacto con la magia de la vida, haciéndonos salir de lo ambiguo e ilusorio del mundo externo a nosotros mismos.
A través de la introspección, la recapitulación y el silencio que nos lleva a encontrarnos con nuestro Ser, es como llegamos al entendimiento de nosotros mismos como seres humanos y divinos para lograr una comprensión mayor de nuestra dimensión espiritual y eterna.
Los estados plenos de Amor y compasión son el resultado de la desidentificación con el cuerpo/mente desde un nivel de Conciencia superior. El desarrollo de la Conciencia es gradual y es parte del proceso que seguimos todos los humanos en nuestra evolución, integrando en cada nuevo nivel las experiencias anteriores.
La Mente cuando es capaz de observarse a sí misma, de manera imparcial, desde la inocencia y pureza del Ser, recibe el conocimiento directamente para convertirlo en certeza en su corazón, esto quiere decir, que alcanza por fin la paz interior.