
Toda persona interesada en la medicina natural debería conocer los beneficios de las Flores de Bach, así como los demás sistemas de esencias florales, como formas preventivas y complementarias para fortalecer la salud.
La ventaja principal de este sistema de esencias florales es la facilidad de comprensión de cómo trabaja a nivel energético, su gran efectividad y que no tiene efectos secundarios ni contraindicaciones.
Las Flores de Bach nos ayudan a deshacernos de los sufrimientos emocionales innecesarios. Sana heridas traumáticas. Reconduce nuestro ego de forma beneficiosa para nosotras mismas. Cambia y mejora hábitos. Nos facilita conocernos a nivel de Conciencia del Ego y del Alma.
Si tenemos en cuenta de que las enfermedades se incuban unos seis meses antes de que se manifiesten a nivel físico, estamos recibiendo avisos de que existe algún desequilibrio en nosotros en nuestro cuerpo energético, por trauma o shock emocional y estamos a tiempo de que pase a causar daños mayores.
Tomar las Flores de Bach sin la guía de un buen terapeuta que haga una fórmula personalizada y un seguimiento regular durante al menos tres meses, resultará un fracaso. Prescribir los remedios sin un conocimiento profundo de los mismos es una irresponsabilidad, no porque vayan a causar un daño a la persona. El daño lo hace a la credibilidad y eficacia del Sistema. Es usándolo con conocimiento y seriedad como se puede descubrir las enormes bondades de esa medicina natural.
Los síntomas de ese desequilibrio son recogidos en los 38 estados inarmónicos definidos por Bach. La enfermedad implica, entonces, una desconexión entre el Alma y la personalidad. Cuanto mayor sea el desequilibrio, más profunda será esa ruptura y las esencias florales lo que hacen es llegar nuevamente al estado positivo y armónico entre ambos.
Las focalización sobre el cuerpo físico únicamente para conseguir la sanación da sólo resultados superficiales y temporales, reapareciendo la enfermedad más adelante quizá manifestándose de otra manera, pero indicando y queriendo decir que el problema de raíz no se ha resuelto.
Para el Dr. Bach, la enfermedad es un desequilibrio energético en que un estado mental negativo es producto de un conflicto interno que desarmoniza y bloquea del fluido energético los órganos más débiles. Por lo tanto, el estado psíquico y emocional debe ser tomado muy en cuenta en el tratamiento integral de los enfermos, no sólo de la enfermedad que se padece.
Edward Bach nos animó a curarnos a nosotros mismos. Según decía el Dr. Bach, el Alma es nuestra esencia y es inmortal por ser parte de la energía universal y nuestra personalidad, es temporal y material. Ambas tienen que estar en armonía. Ésta es una concepción holística del ser humano y la mejor clave para tener una buena salud.