Amar desde la Mente siempre trae problemas. Finalmente te sientes insatisfecho sin saber la razón… y dices que lo has dado todo -y por eso mismo- te sientes frustrado, confundido, … tener expectativas no compensa.

Amar desde la Mente, con todas tus buenas intenciones, pero calculadas inconscientemente, decepciona, porque esperas recibir lo mismo o más de lo que has dado. Tiene que ser, mínimo, con la misma intensidad, generosidad, …

Amar desde el corazón es otra cosa. Sencillamente porque no esperas nada. Y nada es nada. Es lo que se llama «Amor Incondicional».

¡Ay! pero la Mente cuando juega a ser «buena», nos engaña. Amar desde la Mente significa que se tiene el corazón bajo llave, para que no sufra. Y por miedo a no sufrir, solo se está a la defensiva, sin permitirse SENTIR, que es lo que hace el corazón, sin pensar demasiado.