Podríamos decir verdades pero sabemos que causarían dolor, Porque las verdades que uno no está preparado para escuchar, duelen, desestabilizan, escandalizan, … entonces es mejor callar.
Sabiendo esto, es preferible guardar silencio. Un silencio amoroso, compasivo.
Ser paciente como lo es la araña. No resignado, reprimiendo lo que uno quisiera decir impulsivamente o por defenderse … sino desde la virtud de la Paciencia, desde la tranquilidad que da la confianza de que, en su momento, saldrá a la Luz la verdad sin juicio que pone cada cosa y cada persona en su sitio.
El Silencio puede ser el mejor aliado y en realidad lo es para el ser humano sabio.
Si nuestras palabras van a causar dolor, guardemos silencio. O esperemos a estar en calma para que sea nuestro corazón quien se exprese.