El acto de perdonar al otro diciéndole ‘te perdono’ no tiene efecto válido mientras quede el aguijón de la rabia en mi. El corazón, por un momento se sintió aliviado, pero al recordar la ‘ofensa’, vuelven a brotar los sentimientos de indignación y odio … una y otra vez, mientras no sane el corazón en profundidad.
¿Qué es perdonar? ¿Qué virtud o poder especial tenemos nosotros para conmutar o revalidar la falta del otro? Sólo la compasión deshace el dolor causado. No nos engañemos.
Uno solo puede perdonarse a sí mismo. ‘Yo me perdono’. Dejo de culpar y culparme. Dejo de juzgar a los demás. Dejo de creerme importante como para castigar a otro con la indiferencia o el desprecio, inclusive diciéndole ‘te perdono’.
Me deshago de mi rabia cuando me pregunto: ¿Cómo permití que el insulto me hiriese? … qué débil está mi autoestima … Me enfrento a mi mismo, no al otro. Me pido cuentas a mi mismo …
Respiro hondo y conecto con el sentimiento de Amor. Respiro hondo y siento como entra en mí esta energía. «Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra» … El Amor está por encima de cualquier ofensa y daño. El Amor es la única Energía capaz de cerrar toda herida y engrandecer mi espíritu.
La única manera de colocarnos en el Presente -Aquí y Ahora- es deshaciéndonos de toda carga tóxica que ocupe lugar en nuestro corazón. Perdonando y perdonándonos.