El Amor es Esencia.

El Amor no es un sentimiento. Ni siquiera un estado a alcanzar. El Amor es nuestra esencia. El Amor es la pura esencia permanente e invariable del Universo.

El Amor no se da o recibe. Se ES Amor. Se irradia. Se transmite. Nutre. Es Luz.

Cuando nuestra Esencia ha sido constreñida, manipulada o contaminada, los miedos nos invaden. Sentir desamor es el comienzo de la enfermedad -cualquiera-.

Entonces comienza a corroer la inseguridad en nosotros mismos, la falta de autoestima, la falta de fe y entusiasmo por la vida hacen su aparición en nuestra mente y corazón. Aparece el sentimiento de infelicidad y el alejamiento u olvido de nuestra esencia.

Ante este vacío, según el grado de Conciencia, la persona ve el mundo como su enemigo y proyecta hacia él todo su odio (miedos) y su incapacidad de relacionarse desde el Amor le convierte en un ser inadaptado, infeliz, exigente … víctima de sí mismo por su falta de amor hacia sí mismo.

Por otro lado, está la persona que vive desde el corazón y por muchas calamidades que sufra, las vive desde el Amor y la compasión. Son personas que han venido a este mundo con un «karma positivo», para servir a los demás desde el Amor. Nada les perturba ni enoja. Su Esencia está a flor de piel igual que su sonrisa y buen ánimo.

La clave está en conectar con nuestra esencia. Cada día dedicar unos minutos a percibir el Amor en nosotros para que nos nutra. Y es a partir de ahí cuando comenzaremos a irradiarlo y nuestra vida se hará más fácil en todos los sentidos. Gracias al Amor.

Perdonar

manos sobre pechoEl acto  de perdonar al otro diciéndole ‘te perdono’ no tiene efecto válido mientras quede el aguijón de la rabia en mi.  El corazón,  por un momento se sintió aliviado, pero al recordar la ‘ofensa’, vuelven a brotar los sentimientos de indignación y odio … una y otra vez, mientras no  sane el corazón en profundidad.

¿Qué es perdonar? ¿Qué virtud o poder especial tenemos nosotros para conmutar o revalidar  la falta del otro?  Sólo  la compasión deshace el dolor causado. No nos engañemos.

Uno solo puede perdonarse a sí mismo. ‘Yo me perdono’. Dejo de culpar y culparme. Dejo de juzgar a los demás. Dejo de creerme importante como para castigar a otro con la indiferencia o el desprecio, inclusive diciéndole ‘te perdono’.

Me deshago de mi rabia cuando me pregunto: ¿Cómo permití que el insulto me hiriese?  … qué débil está mi autoestima …  Me enfrento a mi mismo, no al otro. Me pido cuentas a mi mismo …

Respiro hondo y conecto con el sentimiento de Amor. Respiro hondo y siento como entra en mí esta energía. «Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra» …  El Amor está por encima de cualquier ofensa y daño. El Amor es la única Energía capaz de cerrar toda herida y engrandecer mi espíritu.

La única manera de  colocarnos en el Presente -Aquí y Ahora- es deshaciéndonos de toda carga tóxica que ocupe lugar en nuestro corazón. Perdonando y perdonándonos.

El origen de la salud

mujeres y hombres rezandoVivimos la vida desde los supuestos. Damos por supuesto un montón de cosas que ni siquiera hemos expresado … ser queridos, ser comprendidos, ser felices …

Y si no se cumple,  aparece la frustración, la decepción, la amargura o el resentimiento …

Todos estos sentimientos y emociones negativas -de baja frecuencia- debilitan nuestro sistema inmune, bloquean nuestros centros energéticos, nos enferman física y mentalmente.

El origen de la salud está en la Felicidad; en ese estado fluyente y dinámico, creador de energía sutil,  impulsora de la creatividad y el entusiasmo por la vida.

Independientemente de las situaciones externas, la persona ‘saludable’ ve el lado positivo de todas las cosas y sabe sacarle provecho para su crecimiento personal.

La persona que vive conectada a su espíritu -a su naturaleza y esencia-, tiene la capacidad de transformar rápidamente las emociones y pensamientos de baja frecuencia, como el odio, rabia, lamentación, inseguridad, etc., y utilizarlas como combustible  para aumentar su plenitud existencial.

La Felicidad va más allá del  éxito material, sabiendo que todo lo externo  es cambiante e ilusorio. La Felicidad es parte de nuestra naturaleza intrínseca. Es parte de nuestra capacidad humana de poder elegir lo que genera bienestar y alegría perenne en lugar de lo que genera infelicidad y enfermedad.

 

Si hay sufrimiento no hay Amor

arbol corazonesEl Amor,  tiende a formar un árbol emocional que se ve empobrecido si las relaciones y la comunicación están bloqueadas. Cuando los sentimientos  no fluyen debido a los miedos y  el odio,  el Amor Puro queda apagado y no da frutos.

También la indiferencia es falta de Amor. Y no hay nada más doloroso y cruel que mostrarse indiferente hacia el que sufre …

El Amor, con mayúscula, desaparece para convertirse en otra cosa, seguramente en algo desdichado y mezquino; un amor vengativo, interesado, controlador, manipulador, egoísta… que crea sufrimiento.

Cuando el Miedo es la savia, nos sentimos aprisionados  en el temor a ser heridos, humillados, despreciados, a no ser correspondidos, a no ser merecedores…. nos negamos a nosotros mismos vivir en  el resplandor del Amor Puro.

Cuando en nuestras raíces está el Odio, el cual sabe muy bien disfrazarse y adoptar diferentes formas para simular,  entonces decimos muy convencidos: «yo no odio a nadie. Yo no siento odio»… pero, que sepas, tu corazón se está moviendo en un espacio muy reducido y no te permite crecer según tu naturaleza.

Cuando tu corazón rechaza y excluye a este u al otro, justificándose, es que sientes aversión …. aunque no le desees el mal abiertamente pero no hay el más mínimo sentimiento de compasión o comprensión hacia el otro; estás odiando…

Comencemos por amarnos a nosotros mismos. El Amor Puro es el Sol y el Agua que nos nutre. En la Madre Tierra está el Amor que nos sostiene y alimenta. 

Tener presente la plena presencia de mi ser como *Yo Soy AMOR* es lo que me hace sentir en Paz, unido a todos. .  

Una Mente con cuatro patas

ser en la soledad azulLa Mente, a saber,  tiene cuatro funciones: Capacidad de discernir. Ego. Capacidad de elección. Conciencia.

Es importante  hacernos conscientes de cómo funciona nuestra mente, porque es la manera de hacernos dueños de nuestra vida.

Desde la quietud mental,  distinguir, ejercitar  y desarrollarlas de manera «inteligente». Es decir, si comenzamos por ocuparnos en saber pensar; deshaciéndonos de pensamientos densos, inútiles y negativos, conseguiremos claridad mental.

Esta claridad mental da poder a nuestro discernimiento, haciéndonos cada vez más conscientes de quiénes somos. Al perfilarse  -nuestra intención, nuestra vocación, nuestro propósito de vida: nuestro ser- la Conciencia se va expandiendo y nuestra capacidad de elección se hace firme. Cuando utilizamos correctamente estas tres funciones, el Ego, -que actúa como amor propio o yo egoico- irá desapareciendo por si solo.

Cuando, desde la paz y orden interior, somos Observadores de nuestro estado mental, conservamos la armonía en nosotros.  Sin embargo, cuando domina el Ego, las demás funciones quedan relegadas y adormecidas. El Ego, cuando se vuelve poderoso, ralentiza la capacidad de pensar, distorsiona, vela y hasta anula la realidad que pudiese hacer peligrar sus privilegios de mando.

Las  cualidades del ser humano, como la voluntad, paciencia, generosidad, moderación, compasión, etc. no vienen del exterior. Las cualidades del ser humano son intrínsecas a la esencia de cada individuo. Se pueden educar y desarrollar pero siempre desde el ejemplo porque si se quiere conseguir por imposición, reprimiendo o forzando la naturaleza de la persona, el efecto saldrá a la luz tarde o temprano en forma de  rebeldía, resentimiento  y odio.

Es preciso desarrollar las funciones de nuestra Mente desde la experiencia, desde el anhelo propio de avanzar en el Camino del conocimiento de sí mismo. Todo lo demás es seguir el juego del Ego y sus sutiles trampas de engaño y manipulación.