En dónde está o cuál es el mérito de vivir, lo entendemos al descubrir el entusiasmo por la vida en nosotros mismos. Esta sería la señal de aviso de peligro, en caso de que esta energía vital que nos mantiene vivos, decayese, se alterase o quedase bajo mínimos.
Esta energía vital es la que regenera y reactiva todas nuestras células y órganos. Es la que revitaliza nuestro sistema nervioso, manteniendo la pasión, curiosidad y efervescencia por la vida. En caso contrario, el ser humano no se esforzaría por sobrevivir, aprender, avanzar, descubrir, investigar y EVOLUCIONAR.
Tenemos la capacidad de, generar, almacenar y refinar la ENERGÍA VITAL en nosotros. Podemos crear en nosotros el hábito de ir a nuestro interior y equilibrar nuestros centros energéticos. Con ello crearíamos salud y paz mental.
Si queremos relacionarnos con la Vida tenemos primero que entender nuestra propia naturaleza.
Yo Soy. No sólo existo de forma casual.
Hagamos que nuestra vida sea dirigida por nuestro espíritu y hagamos de ésta, un viaje espiritual sin fin.