Fluye lo que se adapta y busca la facilidad para seguir su camino.
La vida no es fácil ni llana pero fluye cuando no añadimos resistencias y nos conciliamos con nuestras circunstancias y destino.
Fluye la vida cuando no se pierde el buen ánimo y se es agradecido.
La fuerza de la corriente de la vida es el propio entusiasmo por ella como hecho extraordinario. Valorarla sin más; sin exigencias, sin expectativas, sin codicia, es lo que deshace los obstáculos.
Si nos cerramos a que nuestra vida siga su curso entonces comienzan los conflictos a los que añadimos un sufrimiento gratuito, cosecha de nuestra mente.
Desde un corazón sencillo y una mirada pura, vemos que las maravillas de la vida están en la belleza y generosidad del nuevo amanecer y la sabiduría de la Madre Tierra. Tomamos Conciencia de que las cosas son según la pureza de nuestro corazón.
Todos cometemos errores y esa también es una forma de aprendizaje. Pero mantenerse en el error y negarse a reconocerlo, eso no es propio de una mente consciente y dispuesta a allanar su ego.
Es tiempo de retomar el camino y reconstruirnos. Aunque el ser humano en general se ha distanciado de su esencia y ha perdido su humanidad, el sol sigue mandándonos su Luz cada día para todos, dándonos la oportunidad de rehacer nuestra dignidad y originalidad.
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