Los momentos de crisis nos obligan a recapitular, reflexionar, re equilibrar nuestra postura y percepción de nosotros mismos y de la situación en la que nos encontramos …
En estos momentos se nos hace obligatorio ir HACIA ADENTRO. No hay otra salida real.
Vivimos de cara al exterior cuando estamos deseando, quejándonos, juzgando. Vivimos desde la mente inferior mientras nos justificamos, y somos incapaces de romper con los patrones mentales del pasado.
Vivimos atrapados en el exterior mientras los miedos y la frustración nos condicionen y limiten.
La huida es siempre hacia el exterior; distraer la mente con placeres efímeros e instantáneos por no querer enfrentarnos a nuestra realidad. Por no confiar en nuestras capacidades y potencial.
Ir hacia adentro es asumir el reto de observar la farsa de nuestra mente y ego. Es reconciliarnos con nosotros mismos; aceptar nuestras miserias, perdonarnos, y seguir el camino.
Ir hacia adentro es finalmente conectar con nuestro ser original y actuar desde el corazón. Desde el contentamiento que brinda el conocimiento intuitivo.