El cuerpo físico se enferma desde la mente. Todo está en función del lenguaje emocional y eso es lo que debemos desintoxicar y ordenar correctamente desde la Conciencia. Si aprendemos a escucharle y a observarle, dándole lo que necesita y le beneficie, la enfermedad no tiene razón de ser.
El cúmulo de penas, tristeza, sufrimiento, angustia, ansiedad, miedos… todo esto es lo que provoca el desequilibrio emocional y el desajuste en nuestro cuerpo físico.
La Conciencia es Luz y cumple la función más importante de nuestra mente. Si no desarrollamos la Conciencia ésta no llevará luz a las otras partes, que son: la capacidad de elección, sabiduría, ego y capacidad de discernir.
Tener cientos de pensamientos al día no quiere decir que estemos pensando o que sepamos pensar. La capacidad de saber elegir tiene que ver con nuestra claridad mental y emocional. Significa no tomar decisiones precipitadamente, no tomarlas desde la reacción o provocación. El ego debe volverse transparente. Sólo la claridad mental, sin ego, proporciona armonía y paz.
Cuando la Conciencia despierta nos trae una y otra vez al Presente y nos ayuda a identificar nuestras zonas oscuras y débiles; patrones de conducta mal desarrollados, pensamientos negativos, actitud de queja…
Cuando decidimos hacernos responsables de nuestra salud y felicidad comenzamos por romper la inercia de seguir hábitos caducos. Para desintoxicarnos emocionalmente tenemos que ser claros con nosotros mismos y hacer frente con total sinceridad y valentía a todo aquello que dejamos sin solucionar enteramente. Es así como nos liberaremos de toda carga emocional que nos distorciona con todo tipo de miedos e inseguridades como el hacernos sentir culpables, etc. …
… el mayor obstáculo para nuestro crecimiento en nuestra mente sin desarrollar.
