La práctica espiritual

hombre joven meditando¿Qué interés nos lleva a seguir a un maestro espiritual?
El conocimiento que imparte un maestro queda en la superficie -como información- a menos que se practique, se experimente, se asimile y se integre lo que él nos enseña. Al tener unas dimensiones mucho más profundas de lo que en principio podemos llegar a pensar, debemos dejar a un lado la mente que siempre se resistirá al cambio.
Se actúa  solo a nivel mental mientras se cuestiona y se juzga al maestro…

Encontrar el equilibrio entre la entrega  al maestro y el desapego, requiere del ejercicio de estar centrado en el corazón. Mientras desarrollamos nuestra Conciencia fortalecemos la seguridad en nosotros mismos, ganamos en intuición y desde nuestro corazón comienza a vislumbrarse la Verdad y la certeza de ser.

¿Desde qué parte de nuestro Ser buscamos el conocimiento?

La Mente calcula los beneficios que puede obtener. Inclusive se llena de ansiedad y se puede obsesionar o impacientarse  por no progresar en la meditación…  la Mente puede jugarnos malas pasadas y obstaculizar el proceso de transformación y auto-realización si estamos llenos de expectativas.

¿Es sólo interés superficial o real anhelo el que nos lleva a seguir unas prácticas espirituales?

El maestro nos enseñará a conectar Mente-Corazón. A través de la Respiración consciente aquietaremos los pensamientos y aprenderemos a controlar los sentidos. Se irán deshaciendo las resistencias. Despertará nuestro anhelo por el Saber que comienza a fluir en nosotros.

El SABER desarrolla el conocimiento interior de forma directa -la inteligencia intuitiva-. Nace ahora el Amor Puro; la Compasión. La inclinación espiritual y el recogimiento se convierten en actitudes  naturales.

La Conciencia posee muchos niveles hasta la infinitud: es Luz. Mientras avanzamos en el Saber -descubriendo todo nuestro potencial-, la Conciencia se hace más luminosa, más sutil y es ella la que nos impulsa y la que eleva nuestra condición de seres humanos y divinos.

Haciendo camino. Aitana

caminoTenía 34 años, me sentía llena de energía, en los mejores años de mi vida.  Estaba viviendo en un piso de un pueblecito de Valencia, trabajando bajo estrés como directora comercial, con la responsabilidad de criar y educar a mis hijos que eran la razón de vivir. Pero no estaba contenta. No conseguía entender  la vida y cómo debía vivirla para sentirme satisfecha y en paz.  Lo que tenía claro era que como lo estaba haciendo NO me satisfacía.

Un día me pidió una pareja amiga que les llevase en el coche a la Sierra de Aitana en Alicante, donde vivía una familia muy querida para ellos. Me contaron que esta familia, lo habían dejado todo; su buena posición económica y social, por seguir sus creencias espirituales. Y para allá que nos fuimos.

No sé cómo sucedió, ya que ni siquiera había introducido la idea previamente en mi cerebro para procesar la posibilidad, pero… el caso es que una vez allí,  después de un par de horas de estar charlando amigablemente y oírles decir que a ellos no les importaría compartir la casa -que era muy grande- con otra familia, les pedí que me aceptasen vivir con ellos.

Se quedaron de una pieza. Me miraron boquiabiertos. No podían articular palabra y así estuvieron un buen rato: mirándome sorprendidos. Después me dijeron que lo tenían que pensar detenidamente. Que, claro, ellos habían pensado en una pareja que pudiese colaborar en los trabajos de la casa y el campo. Una familia con no tantos hijos, pues ellos ya tenían cuatro. Pero que lo pensarían.

Y sí, unos días después me contestaron que por muy loca que era la propuesta, ellos aceptaban que fuese a vivir con mis hijos a su casa. El caserón estaba en lo alto de una montaña y desde allí, como si de un palco privilegiado se tratase, teníamos una vista inmensa hasta el horizonte.

Fue la época más feliz de mi vida. Formábamos una gran familia. No hubo nunca una discusión entre nosotros. Todo asunto que tuviese que ver con el dinero lo manejaban ellos, aunque se tratase de comprar la ropa que hiciese falta para mis hijos. Lo poco que yo tenía se lo entregaba a ellos. Y así era feliz. Nos repartíamos todos los trabajos de la casa y el campo. Hacíamos el pan, mermeladas, recolectábamos la manzana y la almendra, cuidábamos de la huerta… hacer todo eso me gustaba muchísimo, pero sobretodo, me llenaba el paisaje. Nunca me sentí sola y mis hijos también eran felices.

Julio y Elma seguían las enseñanzas de un maestro de Indonesia. Hacían un ejercicio muy sencillo varias veces por semana de “conexión” con las fuerzas celestiales o con el Ser Supremo, como cada uno quiera llamarlo. La cosa era muy libre y no requería hacer ningún juramento o comprometerse a nada así que cuando Julio me preguntó si me quería unir con ellos a hacer el Látija le dije que si,  por curiosidad más que nada.

No había un lugar preestablecido, a veces nos íbamos a la era, debajo de las estrellas o también en el mirador que estaba más recogido y había unos asientos de piedra o dentro de la casa si hacía mal tiempo y los niños ya estaban acostados, daba igual el lugar. No había ceremonias ni rituales ni nadie dirigía ninguna oración colectiva, simplemente  cada cual vaciaba su mente y pedía a Dios sentir Su presencia. A partir de ahí cada uno integraba en sí mismo su propia vivencia.

La experiencia más fuerte que yo tuve es muy difícil de ponerle palabras sin empobrecerla. En mi interior, desde cada célula de mi cuerpo, siempre vibraba un mensaje:  “ten confianza”  que se grababa en mi corazón.

Mi maestro Swamiji Purohit

DSC01715Este escrito es de finales de noviembre de 2012.  «Daba por hecho que ya lo había dicho todo y que nada más interesante por contar y compartir pasaría en mi vida. Pero para mi gran sorpresa no ha sido así. Doy gracias a Dios por el maravilloso regalo que ha puesto en mi camino cuando ya no esperaba nada; el maestro y guía espiritual.

Creemos manejar enteramente nuestra vida, sin embargo, el Destino introduce de improviso personajes o situaciones totalmente inesperadas que hacen cambiar tu vida. Y así sucedió conmigo.

Justamente a finales de noviembre de 2007,  pensando que ya nada más destacado iba a suceder en mi vida, apareció casualmente quien es mi maestro espiritual desde entonces.

Visité en aquel tiempo a una amiga que me habló de él. Me dijo acababa  de llegar a Granada un maestro hindú y que iba a dar una charla esa tarde sobre yoga y meditación. Ella no podía ir pero me animó a que yo fuese, poniendo miel en mi boca al decirme que también leía las manos y ese es un tema que a mí me fascina. Así que fui.

Estábamos muy pocas personas en una sala pequeña de  yoga en el centro de Granada. Él,  pequeño de estatura y muy delgado, de mediana edad. Hablaba en inglés y tenía una traductora inglesa que yo ya conocía. Su charla  me pareció «normal». Pero al final de ella dijo que nos iba a transmitir energía y haríamos una meditación.

Pronunció la palabra en sanscrito “diksha” que quiere decir “iniciación”. Sentí curiosidad pues yo, no hacía mucho, había participado en dos cursos de “Diksha”, donde había pagado bastante dinero por recibir una transmisión de energía que prometía llevarnos a dimensiones superiores (y así fue).

En esta transmisión de energía de Swamiji pude reconocerle como ser de Luz  y su energía me envolvió de manera muy especial. Al acabar, sin pensarlo, le pedí fuese mi maestro.

Desde esa fecha hasta hoy mismo sigo sus instrucciones en las prácticas espirituales que imparte en cursos de más de cien personas en distintas ciudades de España.

No ha sido una travesía fácil. He sido testigo de sus comienzos, de cómo tuvo que ir adaptando el lenguaje y las formas a nuestra mentalidad y también de su paciencia para con nosotros para bajar a nuestro nivel de comprensión y entendimiento en materias profundas como la espiritualidad, guiándonos continuamente y haciéndonos ver que la mayor lucha y desafío es con nuestro propio ego y mente.

Nos costó entenderle hasta que nos llevó a escucharlo desde el corazón y no desde la mente… sin cuestionarlo todo, siendo testigos de nuestras propias resistencias al cambio y aprendiendo a flexibilizar nuestros patrones y puntos de mira tan limitados.

Pronto se organizaron unos retiros espirituales de tres días donde venían entre treinta y cincuenta personas. Yo me ofrecí como cocinera. Todo un disfrute.

Más o menos a los dos años de estar con él y Sara viviendo en Barcelona, la avisé de que Swamiji daba un curso allí y le animé a que fuese a verle. Sabía le iba a gustar. Nada más verse se reconocieron… ahora, ella ya lleva dos años como su traductora y le acompaña a todos sitios; está totalmente dedicada a él. Y yo me alegro infinito porque es lo mejor que le haya podido pasar en la vida.

Todos estos años con él han sido maravillosos, haciendo un trabajo interior arduo pero que está dando frutos desde sus inicios. ¡Hay tanto por trabajarse a uno mismo!

Antes de conocerle, ya sabéis,  creía que ya tenía suficiente o que ya era suficientemente buena. Si miro hacia atrás me doy cuenta y soy enteramente consciente de todo lo que he tenido que deshacer y reconstruir y de todo lo que me falta todavía por lograr.

Una vez, esperando sorprender al maestro con un secreto mío, le dije “yo soy azul”. Él me miró a los ojos y para mi sorpresa, respondió “yo también”.  Mucho más tarde me enteré de que Krishna, por ejemplo, lo pintan azul…

Me siento agradecida.

Que haya armonía entre pensamiento y emoción, que haya sintonía entre las sensaciones y el cuerpo físico, que haya entendimiento entre el corazón y la mente, que haya sincronicidad entre la individualidad y el Todo, que haya un eterno Presente lleno de Amor Incondicional…

 

Reiki. El Poder Personal para el Bien común.

reiki universoEs sorprendente ver cuántas personas tienen ese deseo tan hermoso de querer ayudar a los demás. Intuitivamente sienten que pueden, tienen un gran anhelo,  pero no saben cómo.

Para ello, primero, uno debe hacer un trabajo consigo mismo;  equilibrar y fortalecer su cuerpo físico, su cuerpo mental, su cuerpo emocional y su cuerpo espiritual, conectándolos entre si de forma armónica. Es el despertar de la Conciencia.

Se trata de entender y experimentar de que somos energía.  Seguidamente aprendemos a ser Canal para manejar y dirigir esa energía vital. Cuando se está practicando REIKI se está liberando la mente hacia dimensiones superiores.

Aquí comienza uno a hacerse consciente del Poder Personal. Cuando sientes eres capaz de manejar esa Fuerza, desde la mente-corazón, para tu beneficio y para el Bien de los demás.

REIKI te da las llaves para abrir esos campos de energía y te enseña cómo usarlos a través de la imposición de manos. Además de aprender a generar y almacenar energía vital para tu propio poder (salud).

Hay que vaciarse de todo condicionamiento. Mediante técnicas de concentración, meditación  y ejercicios de respiración consciente, ampliamos el conocimiento intuitivo. Entonces es cuando, verdaderamente, estás preparado para DAR a los demás.

La sanación es un proceso de transformación en ti mismo. Ponerte en contacto con la Energía Pura del Amor Incondicional traerá la información precisa a tus células y ADN. Alineará tus centros energéticos y potenciará tu energía vital.

REIKI tiene tres niveles de aprendizaje  a través de la energía cósmica que el maestro transmite  en una ceremonia de iniciación. El objetivo es ir al encuentro del maestro interior y del Ser esencial.

REIKI es un regalo generoso que el Universo brinda al ser humano para que se reprograme y reactive dentro de la Red Cósmica de Conciencia Universal.

Anécdotas

swyyo india'12Mi maestro espiritual Swami Purohit, que también es astrólogo, me leyó mi carta astral al principio de conocerle hace ya ocho años. Lo primero que hizo después de mirarla por largo rato fue felicitarme. Levantó la mirada, me miró a los ojos, y dijo escuetamente «felicidades».

Era lo que menos esperaba que me dijese y puse cara de asombro (como la conversación era en inglés procuré ser más expresiva con los gestos a falta de vocabulario). El caso es que yo consideraba que mi vida había sido de gran esfuerzo y sufrimiento en los últimos veinte años.

Me explicó entonces que en mi vida pasada había sido un monje y que había muerto recordando a Dios. Y que en esta vida, aunque hubiese estado casada dos veces y el hecho de haber tenido seis hijos, igualmente seguía siendo un ‘monje’… Por esa razón me felicitaba (por mi energía espiritual acumulada).

Le pregunté entonces por qué tanto sufrimiento y lucha. Era verdad que de niña y de jovencita yo había sido muy espiritual pero dentro de una familia en la que curiosamente no se practicaba ni se hablaba de religión o se mencionaba a Dios pues mis padres tenían creencias diferentes y decidieron no influenciar en nosotros ni educarnos dentro de ninguna religión.

Para mí particularmente, siendo tan sensible,  eso fue nefasto pues necesitaba de guía y alimento espiritual y crecí en este sentido, sintiéndome confundida y con sentimientos muy contradictorios.

Ahora, ya en  la tercera etapa de mi camino, después de tanta búsqueda y de haber llamado a tantas puertas,  finalmente he encausado mi vida de forma intuitiva y con la ayuda de Dios, preparándome para un trabajo de servicio a los demás.

Dios me ha dado muchos regalos y uno de ellos es el REIKI. Con él -hace ya diez años- pude realmente entender y percibir que somos energía y tenemos la capacidad de alimentarnos de la energía cósmica. Nuestra energía vital, podemos potenciarla, almacenarla, dirigirla allá donde haga falta, podemos hacer que se materialicen nuestros deseos, podemos sentir nuestra divinidad… Sentir que somos parte de un Todo.

Al incorporar REIKI en mi vida, física y emocionalmente me siento más equilibrada. Siento paz interior. El haber conectado con mi ser esencial me da la fuerza para hacer lo que tengo que hacer. No hay más miedo, inseguridad o impaciencia. Sé que cada cosa viene en su momento y tiene un sentido de ser.

Me siento también muy agradecida el que Dios haya puesto en mi camino un gran maestro con el que sigo aprendiendo.

Conocerse a uno mismo es lo que da sentido a la vida. Aceptar lo que no puedes cambiar te da paz. Reconciliarte con tu pasado te aligera el corazón. Crear tu Presente con una actitud positiva anula el miedo. Todo ello es lo que garantiza una vida feliz. Y todos tenemos esta posibilidad.

¿Qué busca el Buscador?

meditacion circulo preciosoMuchos maestros espirituales que ya han llegado a la iluminación te dicen que no hay que hacer nada para alcanzar ese estado tan deseado de paz interior. 

Claro, cuando lo has conseguido, cuando te has deshecho de todo lo que no te dejaba ver la Verdad y la Realidad, es cuando te das cuenta de que no hacía falta hacer nada, ni  ir a ningún sitio especial y ni tan siquiera ir en busca de algún maestro … pero de todo eso te das cuenta cuando ya has hecho todo ese largo proceso de búsqueda… y de abandono de tu ego …. 

Pero, qué busca el Buscador… para empezar ni siquiera sabe qué busca. Así que la búsqueda comienza por ser agotadora y frustrante para muchos porque no saben qué  ni  dónde buscarlo .

Y es que, cómo encontrar lo que no sabes cómo es. Primer fallo.

Segundo fallo; salir alocadamente a buscar, sin pensar, sin escuchar tu corazón. Siguiendo impulsos, reacciones, pero como no hay contacto con la Intuición, como no escuchamos, pues comenzamos a movernos y a meter la cabeza en cien historias diferentes, llenándonos de información de aquí y allá, visitando veinte maestros, escuelas, filosofías … en una búsqueda bien intencionada pero ciega.

Así que, efectivamente, el Maestro está dentro de nosotros. La Fuente de la Verdad está dentro de cada uno de nosotros. Pero, cómo deshacernos de todo lo aprendido que nos condiciona. Cómo sanar las heridas emocionales que nos llenan de miedos y nos limitan. Cómo comenzar a creer en nosotros mismos y llenarnos de entusiasmo de que sí podemos alcanzar esa Verdad que nos llene de paz.

Para eso están las prácticas espirituales y los maestros que ya han hecho este mismo camino y pueden guiar a los que todavía están buscando o para responder a los que han comenzado su despertar de Conciencia y tienen preguntas por hacer.

 

 

Profundizando en REIKI

Reiki universo en mano¿Qué es REIKI?  REIKI no es una técnica o una disciplina, ni una filosofía o una religión, ni una creencia.
REIKI es mucho más que todo eso, porque no está limitado a nada ni pertenece a nadie en exclusiva … 

REIKI es una Energía y su enseñanza sólo es válida desde la propia experiencia. REIKI se transmite oralmente para que, desde tu intención de ser Canal del Amor Puro y la intención del maestro de engarzarte a la cadena de energía cósmica, se abran tus centros energéticos que te llevarán a descubrir tu Yo Superior; tu Maestro interior y te hagas libre.

Podríamos  decir que REIKI es un instrumento -una llave- que tú utilizarás acorde a tus anhelos e inquietudes por seguir profundizando en el Conocimiento Intuitivo de ti mismo  en  conexión con la Conciencia Universal.

La respiración consciente

meditacion 7«Cuando la respiración es superficial,  la vida es corta». Esta enseñanza -y advertencia- es de mi maestro Swami Purohit.

Tomar consciencia y tener control sobre la respiración es esencial para realmente comenzar a dirigir nuestra vida y dar a nuestra existencia,  realidad y propósito.

Existen unos ejercicios muy sencillos pero fundamentales para aprender a inhalar el «nectar cósmico» que alimente nuestra alma y nos llene de energía sanadora y revitalizadora de nuestro ser.

Uno de los fines de utilizar la respiración consciente es desarrollar la mente intuitiva. A ello va ligado, formando una Red energética, todo lo complementario que vamos a ir añadiendo de forma fluída y natural a nuestra vida; la oración, la meditación, la alimentación sana, etc.

Es así como, el ritmo de nuestra respiración se sincronizará con el ritmo de la respiración del Universo y de la Naturaleza, que nos irá atrayendo hacia frecuencias más elevadas, dentro del proceso de unir nuestra Conciencia a la Conciencia Universal.

 

Reorganización y reevaluación de uno mismo.

chkras Centro Solar de PoderNo estamos hechos para confiar exclusivamente en nuestra propia capacidad mientras nuestras energías estén dispersas y no logren centrarse y aunarse con el ser esencial que habita en nosotros. Necesitamos de un maestro en este primer tramo que sirva de espejo para ver nuestras sombras y guiarnos en el proceso de reorganización y reevaluación de nosotros mismos.

Vencer las resistencias no es fácil pues la mente inferior -que nos domina- es rápida en justificar su negativa a cambiar. La voluntad y el anhelo de avanzar nos ayudarán a trascender el plano material y comenzar a percibir un horizonte muchísimo más amplio y luminoso.

Centrarse en el presente. Ser sincero con uno mismo y con los demás. Conservar la confianza y una mente positiva. Todo ello nos dará claridad mental renovada. Se trata de la Nueva Conciencia que aflora para todos y nos impulsa a abrir y  expandir nuestro corazón espiritual.

Actuar correcta y conscientemente nos proporciona la libertad necesaria para llegar a ser, de un modo más auténtico, quien en realidad ya somos.

Entrenamiento para crear felicidad en uno mismo

flor en el agua preciosaLa buena suerte no existe. Quizá se trata de una recompensa de algo ganado en tu vida anterior pero no existe nada fortuito o casual.

Así que tampoco existe la mala suerte; que se enteren bien todos esos que les encanta quejarse de su mala suerte y así liberarse de la responsabilidad sobre su felicidad.

Cuando uno queda atrapado en una vida material y superficial lo más probable es que se convierta en «una hoja a merced del viento» y la vida le zarandee de aquí para allá por pura inconsciencia e ignorancia de sí mismo. Y es que una mente débil y sin voluntad atrae la «mala suerte»…

Para no ser manipulados por todo lo externo a nosotros mismos es necesario desarrollar y fortalecer la mente,  tomando consciencia de quién somos, adónde nos dirigimos y qué sentido le queremos dar a nuestra vida.

Deshacernos de viejos hábitos y patrones que nos impiden avanzar.

Crear en nosotros una actitud positiva, conectando mente y corazón.

Vivir plenamente cada momento, de forma consciente y agradecida.

Reconocer nuestra limitaciones y aceptarlas.

Reconocer nuestras cualidades y potenciarlas.

Hacernos responsables de nuestra vida enteramente y decidir vivir en armonía con nosotros mismos y con nuestro entorno.

«Primero desarrolla la paz dentro de tí y luego harás sin esfuerzo lo que sea necesario hacer» dice mi maestro Swami Purohit.