
Pronunciar el dolor te permite escucharlo, no simplemente soltarlo.
Revelar el dolor sin intención de exhibirlo sino expresarlo, acompañarlo.
Aceptar el dolor sin que te lastime, sin compadecerte, reconociendo su sentido, acogiendo su aprendizaje.
Cuando el estado del Alma es frágil se resiente el corazón por falta de Amor, hacia uno mismo.
La capacidad y grado de amar y sintonizar con el Alma demuestra la bondad y respeto que existe en el centro de todas las relaciones. Sacar al Alma de su aislamiento y depresión para reconectarla e impulsarla hacia la unidad con su espíritu facilita el poder experimentar la fusión con aquello que se ama. Y de eso trata la espiritualidad.
Reblogueó esto en EL ECO DE TUS PALABRASy comentado:
Entonces creo que la humanidad está lejos… Gracias