
El niño juega en el Plano de lo imaginario y se mete de lleno a ser ladrón o policía, médico, astronauta … y de adulto sigue en ese juego pero ya no por distracción y espontaneidad sino como forma de evasión.
También el joven imita e imagina meterse en la piel de su ídolo cantante o del cine, y esa fama prestada parece serle suficiente, dejando olvidado su propio Ser. Fantasear, rehuyendo de la realidad, para eludir las responsabilidades con uno mismo, nos limita.
Se evita todo tipo de disciplina y esfuerzo como si fuesen cosas que van en contra de la «felicidad».
Como toda acción tiene una reacción y resultado, luego llega el tiempo de las frustraciones, las decepciones, los lamentos y la depresión, el no saber conducir ni controlar las emociones, el sentirse perdido.
¿Cómo salir de este caos? ¿Quién soy?
Forzosamente llega el momento en que abrimos los ojos, entonces sentimos hundirnos sin remedio. Precisamos de ayuda. Parar la vida que llevamos e ir hacia dentro a escuchar a nuestra Conciencia. Comienza un nuevo ciclo de vida. Debemos dejar el pasado atrás y poner los pies en el Presente. Si hace falta ayuda y guía, la encontraremos.
La impaciencia y la impulsividad no conducen a nada bueno. No es momento para lamentos. Pongámonos en la tarea de cambiar hábitos y desechar todos los pensamientos inútiles.
¿Qué quiero hacer con mi vida?
Si tienes que reordenar tu vida desde cero, hazlo. Elimina viejos patrones y siéntete libre para ser tu mismo, para crear tu paz interior y tu felicidad. Siéntete capaz de «encontrar una nueva playa donde anclar tu velero».
Ánimo, que son cuatro días.