El yo-personaje

El yo-personaje sueña y desea aquello, lo otro. No sabe bien qué.

Aparenta ser, fantasea con lo que no es o envidia lo que los demás tienen.

Quisiera ser perfecto porque tiene muy buena imagen de sí mismo. Quisiera que los demás le hagan feliz y quiere ser amado sin tener que dar demasiado.

Pero igualmente se siente infeliz, incomprendido o desgraciado, porque inconscientemente ese es el personaje que ha elegido interpretar.

Sufre haciendo su padecer el más grande. Sus carencias no tienen igual. No escucha ni ve a su alrededor; él es el centro del drama.

Todo esto sucede viviendo desde el yo-personaje, al que se ha vestido de víctima. Porque víctima es quien se deja dominar por su Mente … y esa mente (débil y miedosa) sólo está pendiente de su yo ridículo, anónimo y sin luz, . . ¡Toda una frustración!

Pero, qué pasa al otro lado, más arriba o más adentro de ese «yo» prefabricado … en ese otro espacio donde funciona otra realidad de nosotros mismos … resulta que ahí está nuestra Alma, tan tranquila, sin que se vea afectada por lo que ese yo-personaje viene quejándose.

Tenemos un Yo Superior capaz de trascender el Plano material y terrenal. Capaz de percibir e intuir que existen otras dimensiones y otras realidades, superiores.

Y ahí, en ese descubrir nuestro Yo Superior, es cuando la vida comienza a tomar sentido y propósito.

Es entonces, cuando nos deshacemos de ese yo-personaje, ficticio y fingido, cuando nuestra Conciencia se despliega y ensancha nuestro horizonte, cuando se expande nuestra inteligencia y claridad mental… entonces comenzamos a ser nosotros mismos. Por fin.

La alineación de los chakras

Haciendo mi ejercicio de alineación de los chakras, esta mañana, en cuanto me fui a mi campo astral, me ha venido con mucha claridad la imagen del cauce de un río, sin agua, pero con lodo fresco y con muchos nutrientes. Lo he estado observando y he sabido que era yo.

He pedido viniese el agua y enseguida ha aparecido. La he visto llegar como si se hubiesen abierto las compuertas de una presa; ha llegado con la fuerza y energía de un torrente, cubriendo en un abrir y cerrar de ojos, todo el cauce. Y he visto el agua correr, saltar, fluir en mí. Y esa visión me ha producido mucha paz y confianza.

Este ejercicio de alineación de los chakras lo hago cada día desde hace más de quince años. Es un ritual lleno de significados y mensajes que me conecta con mi Ser, con la Madre Tierra y con las energías cósmicas.

Me lo enseñaron cuando me inicié en REIKI. Y lo comparto, ya siendo maestra de REIKI, con todos los que se inician en este maravilloso Camino. Pero lo enseño también a otras personas a las que veo sinceramente interesadas en el despertar de su Conciencia.

Ese ejercicio está explicado en este Blog y os animo a hacerlo. Sólo hace falta sinceridad, intención e invocación clara y vigorosa… y por supuesto, constancia. No esperéis resultados, no os juzguéis, simplemente disfrutad.

Aquí no influye la mente. No es cosa de la imaginación. Al principio la mente crea dudas, porque no entiende ni acepta que ocurra algo que ella no haya creado. Pero os aseguro que por encima de la mente existe un campo extrasensorial, donde la Conciencia se expande y capta otras realidades que nos transmite con símbolos o representaciones para que entendamos sin palabras lo que necesitamos entender o afianzar.

Nuestros centros energéticos

Desde el REIKI le llamamos ejercicio de auto-sanación o alineación de los chakras al ejercicio que te ayuda a trascender la mente y a conectar con el Ser esencial que eres.

Si haces el ejercicio todos los días, poniendo las manos en cada chakra,* de arriba abajo, sentirás cómo cada vez más se fortalecerá tu certeza de que principalmente eres Luz (energía) y que ésta emana de la Conciencia Superior.

Comienzas entonces a experimentar cómo funcionan y están separados, el yo-personaje que se mueve en el Plano material y el ALMA, que es ilimitada y puede despertar en ti, la Presencia Divina que habita en tu corazón.

Detrás de tu idea de individualidad existe una «intuición» que sobrepasa a la mente y es la de poder experimentar que el UNO nos incluye a todos los seres vivos y a toda la creación.

Lo que nos confunde y nos hace tener miedos y sentirnos abandonados o perdidos es justamente el habernos desconectado de nuestro Origen… habernos alejado de nuestra esencia y naturaleza.

Así que «si tu espíritu quiere volar más alto que las palabras; dale alas», como muy bien dijo alguien.

  • en este Blog puedes encontrar cómo realizar este ejercicio que yo te animo a hacer. Llevo más de quince años haciéndolo y sé que es lo que me mantiene conectada con la Conciencia Superior que me guía, con Dios.

Hacer lo que conviene

Nuestra verdad, cuando no hay exaltación del ego, es Luz, digan lo que digan los demás.

Nos ajustamos adecuadamente a la Verdad desde nuestro nivel de Conciencia y esa perspectiva es la válida, cuando la observamos desde la honestidad y la integridad.

No dudemos. No creemos inseguridades mentales. Todo ello nos debilita. Paso a paso vamos tomando decisiones. Elegimos desde nuestra capacidad de intuición y eso será lo correcto porque aunque aparentemente fallemos, nos proporcionará experiencia.

Lo que sea conveniente hacer que no nos de pereza realizarlo. La pereza la crea la mente inferior. Y a nosotros nos gusta los desafíos.

Para que las emociones no se anquilosen y el corazón no se quede atrás, estemos atentos al yo-personaje, ese que le encanta nadar en el sufrimiento y la queja.

Vamos a hacer lo que le conviene a nuestro Ser.

La Luz de REIKI

La fusión de tu energía vital con la energía creadora del Universo es lo que llamamos REIKI. Es la energía del Amor Incondicional.

REIKI, cuando se practica, no deja de sorprender porque va más allá de todo lo que la mente pueda imaginar.

Llevo quince años practicando REIKI, desde la maestría, inicio a personas en sus tres niveles haciendo una transmisión de energía muy poderosa que equilibra, produce cambios e impulsa desde dentro todo el Ser. Y también doy sesiones personales para la sanación. Y digo esto porque cada día REIKI me sigue sorprendiendo, después de tantos años.

No sé si es porque cada día me hace más consciente de cómo funcionan los mundos paralelos y la magia que existe a nivel de energías en todo el Universo o porque, sencillamente, es infinito el campo de posibilidades que el Universo nos brinda.

Os confesaré que durante los primeros años viví bajo el peso de la responsabilidad de dar REIKI desde el Amor Incondicional y no estaba muy segura de que yo sintiese al cien por cien ese amor. Más bien creía que no y eso me hacía dudar de mi capacidad de dar REIKI.

Ahora, después de tanto tiempo, sí que puedo asegurar -a mí misma- que estoy experimentando realmente otras dimensiones superiores al sentir en mi el estado de Compasión cuando doy REIKI y por supuesto de ver los resultados.

REIKI podría ser la «Gracia Divina» en acción. Ahora lo sé.

Invocar a las Fuerzas divinas es la llave para poder adentrarse en esa Realidad superior. Se requiere pureza de corazón, es decir, que no haya interés personal, ni tan siquiera el deseo de ayudar al otro. Someterse a la Voluntad superior. Que no influya la mente y desde ese vacío, recibir la Gracia para a través del chakra de las manos y del corazón espiritual, transmitir la LUZ sanadora.

REIKI, energía del universo

Dicen que sentir el dolor de una persona que está sufriendo solo es posible para las grandes almas. Yo puedo asegurar que, siendo Canal de la energía universal REIKI, uno entra en el estado puro de Compasión y siente en sí mismo el dolor del otro. Entonces se pone al servicio por el Bien común, sin más. Todos podemos conseguir ese nivel superior de Conciencia.

El dolor, sea físico o del alma, es entregado al sanador en el mismo momento en que él se entrega como Canal de sanación, y pasa a través de él, la energía sanadora del universo.

Aquí no tiene cabida la lógica, es cuestión de Fe. Sólo a través de la vivencia propia es que se acepta aunque no se comprenda desde la mente, el Poder de las Energías Superiores, que son reales cuando se las invoca desde la pureza de la intención.

El REIKI, cumple la función de sanar el Alma para que se sane el cuerpo físico y la mente. Dentro de un proceso de inspiración, el sanador se conecta con el alma del enfermo, abriendo así – a través de la INVOCACIÓN- el Canal que lo conecta con la energía del AMOR INCONDICIONAL UNIVERSAL.

Todo es vibración. Todos somos ENERGÍA. Y ella, la del Amor Incondicional, es la que sana. Es la que purifica nuestros pensamientos, nuestro sentir, nuestro corazón, de todos los condicionantes y heridas del pasado. Nos devuelve nuestra condición de seres de Luz.

Se hace preciso sanar en profundidad pero no sólo el cuerpo físico sino nuestra Alma y corazón. Desde el Amor. Y REIKI es una Vía clara, sencilla y eficaz para lograrlo.

Hablemos de Reiki

Leí la publicidad de un Centro de Reiki diciendo que es una técnica de meditación. La ignorancia es muy atrevida y presume de conocimiento. Vayamos siempre a las raíces de las cosas si queremos saber de verdad.

Iniciarse en Reiki es abrirse al conocimiento de las Energías, en nosotros y en todo ser vivo, incluida la Madre Tierra.

Comenzamos por experimentar el poder de la Invocación y la Intención. Son energías, lo mismo que nuestros pensamientos y emociones.

Iniciarse en Reiki es aprender a generar energía superior, almacenarla, controlarla y dirigirla, siempre con la finalidad del mayor bien para nuestro Ser y los demás.

Los tres primeros meses, durante el primer nivel, los dedicaremos a nosotros mismos para purificar nuestro Ego y deshacernos de toda energía tóxica y densa. Hacemos cada día el ejercicio de auto-sanación que trata de la alineación y purificación de los centros energéticos principales (chakras).

Es necesario experimentar por uno mismo que somos energía; percibirla, sentirla, dirigirla. Para luego, a partir del segundo nivel, ser capaces de enviar Luz -no propia- sino la energía del Universo, habiendo aprendido a ser CANAL de la Energía Universal Sanadora.

Hay muchísimo más por compartir sobre el tema. Pero para hablar y manejar la energía Reiki, sin que desvariemos, debemos hacerlo desde la prudencia y humildad que conlleva el conocimiento de algo tan sutil e ilógico para la mente, a la vez que inmensurable, como es el manejo de las Energías, comprendiendo finalmente que somos SERES DE LUZ.