
Leí la publicidad de un Centro de Reiki diciendo que es una técnica de meditación. La ignorancia es muy atrevida y presume de conocimiento. Vayamos siempre a las raíces de las cosas si queremos saber de verdad.
Iniciarse en Reiki es abrirse al conocimiento de las Energías, en nosotros y en todo ser vivo, incluida la Madre Tierra.
Comenzamos por experimentar el poder de la Invocación y la Intención. Son energías, lo mismo que nuestros pensamientos y emociones.
Iniciarse en Reiki es aprender a generar energía superior, almacenarla, controlarla y dirigirla, siempre con la finalidad del mayor bien para nuestro Ser y los demás.
Los tres primeros meses, durante el primer nivel, los dedicaremos a nosotros mismos para purificar nuestro Ego y deshacernos de toda energía tóxica y densa. Hacemos cada día el ejercicio de auto-sanación que trata de la alineación y purificación de los centros energéticos principales (chakras).
Es necesario experimentar por uno mismo que somos energía; percibirla, sentirla, dirigirla. Para luego, a partir del segundo nivel, ser capaces de enviar Luz -no propia- sino la energía del Universo, habiendo aprendido a ser CANAL de la Energía Universal Sanadora.
Hay muchísimo más por compartir sobre el tema. Pero para hablar y manejar la energía Reiki, sin que desvariemos, debemos hacerlo desde la prudencia y humildad que conlleva el conocimiento de algo tan sutil e ilógico para la mente, a la vez que inmensurable, como es el manejo de las Energías, comprendiendo finalmente que somos SERES DE LUZ.