
Nuestra verdad, cuando no hay exaltación del ego, es Luz, digan lo que digan los demás.
Nos ajustamos adecuadamente a la Verdad desde nuestro nivel de Conciencia y esa perspectiva es la válida, cuando la observamos desde la honestidad y la integridad.
No dudemos. No creemos inseguridades mentales. Todo ello nos debilita. Paso a paso vamos tomando decisiones. Elegimos desde nuestra capacidad de intuición y eso será lo correcto porque aunque aparentemente fallemos, nos proporcionará experiencia.
Lo que sea conveniente hacer que no nos de pereza realizarlo. La pereza la crea la mente inferior. Y a nosotros nos gusta los desafíos.
Para que las emociones no se anquilosen y el corazón no se quede atrás, estemos atentos al yo-personaje, ese que le encanta nadar en el sufrimiento y la queja.
Vamos a hacer lo que le conviene a nuestro Ser.