Lo inferior es lo elemental; en el ser humano es la base donde se apoya la personalidad egocéntrica. Lo superior traspasa lo individual y personal y se extiende hacia la Conciencia Universal.
Además, tenemos una mente elemental o inferior pero también la capacidad de desarrollarla a niveles superiores para poder percibir su extensión más allá de nuestra satisfacción o deseo individual. Y poder experimentar entonces que formamos un solo cuerpo universal.
Tenemos un nivel afectivo elemental o inferior, donde amo lo que es afín y me beneficia a mi. Y está el nivel superior que posee la capacidad de percibir que soy parte de un todo y por ello soy compasivo y amo a los demás como a mi mismo.
La energía vital en nosotros también tiene un nivel superior y nos beneficiamos de ella cuando aprendemos a refinarla, almacenarla y dirigirla desde la MENTE SUPERIOR o Yo Superior; nivel del conocimiento intuitivo sobre la unicidad.
Podemos aprender a equilibrar nuestra vida dándole un sentido superior; desarrollando los niveles de energía vital. Es así como también creceremos afectiva y mentalmente. Es así como, realmente, nos convertimos en seres humanos; desarrollando nuestro potencial divino.