¡Cómo me gusta leer a Krishnamurti! Él dice que para que desaparezca el miedo a la muerte hay que morir un poco cada día… experimentar la muerte de las cosas que voluntariamente decidimos dejar; apegos, placeres, … para descubrir que la muerte es liberación.
En nuestra mente está asentada el miedo a lo desconocido. Miedo a la incógnita misma de qué será de nosotros después de que dejemos el cuerpo físico.
El miedo a MORIR EN VIDA es otro aspecto de lo mismo. Tenemos miedo a perder: las cosas materiales, el afecto de los demás, la salud, … y se vive envuelto en ese miedo imaginario que invade y densifica nuestro presente, haciéndolo incierto sin causa justificada. Y eso es morir en vida; la muerte de nuestro entusiasmo y de nuestra fe en nosotros mismos y en la Misericordia divina.
Todo es CONCIENCIA. Y la Conciencia es LUZ. Morir cada día hasta completar la rendición. La clave está en trabajarse el DESAPEGO. Éste despejará la vía que nos llevará hasta la Conciencia Suprema para fundirnos en ella.