
REIKI no interfiere en la voluntad de sanar que tiene la persona pero sí le da un impulso vital que amplía la visión de su consciencia y responsabilidad sobre sí mismo. «Yo puedo».
En la iniciación al primer nivel de REIKI, se toma contacto con las energías vitales a nivel físico, contactando con los centros energéticos (chakras) de nuestro cuerpo y aprendiendo a alinearlos y desbloquearlos para que fluya la energía vital armoniosamente.
En el segundo nivel, después de practicar REIKI con uno mismo y habiendo experimentado cómo se mueven las energías en nuestro cuerpo y descubrir qué inmensa capacidad tienen para empoderar nuestra vida , la persona se prepara para recibir los símbolos sagrados o «llaves» para manejar las energías cósmicas sanadoras.
Comienza una nueva visión de uno mismo y de la vida.
Me encanta, pero creo que no encontré el maestro adecuado
Saludos Cris.