La vida siempre nos tiende un puente para que descubramos y nos adentremos en las siguientes dimensiones de nuestro Ser. Pero existen velos, ligados al Ego, que no nos dejan ver la Realidad.
Sólo cuando comenzamos a valorar y responder a la vida, es cuando nuestra Conciencia despierta y aparta uno por uno -en nuestro proceso de crecimiento- esos velos.
Mientras vivimos automáticamente -inconscientemente- la vida pasa por nuestro lado casi sin rozarnos … y desde nuestra distorsión de la realidad, nuestra visión del mundo y de nosotros mismos es ilusoria…
La vida nos pide compromiso y responsabilidad: somos parte de la Naturaleza y sus Leyes. Nuestro hacer afecta al Todo.
Si procuramos vivir desde nuestra esencia atraeremos lo ESENCIAL de la vida; alimentaremos nuestro espíritu de su néctar.
Si mantenemos la dirección correcta -desde nuestra conexión con la Naturaleza- y estamos atentos a las señales que el Universo pone en nuestro Camino, desarrollaremos la intuición de forma natural y nuestra vida se hará cada vez más sencilla.
Responder a la vida -a todo lo que nos ha sido dado- significa vivir desde el corazón y desde la mente superior; participando en el mundo pero con desapego y con una disposición creativa.