En las diferentes civilizaciones antiguas y pueblos ancestrales, eran sumamente importantes los hombres y mujeres que cumplían la función de sacerdote /sacerdotisa, vidente, brujo / bruja, chamán/chamana, sanador /sanadora… haciendo todos ellos uso de las energías espirituales y cósmicas.
Desde hace décadas REIKI está al alcance de todo el mundo para regalarnos «la habilidad de percibir lo que la percepción común no puede captar«. Esta frase la he sacado del libro de Carlos Castaneda: Conocimiento silencioso, donde explica perfectamente la dificultad del indio Don Juan para intentar poner nombre a su conocimiento. Unos nombres le parecían demasiado inconcretos y otros erróneos, otros abstractos o inexactos. Al final se quedó con el de «brujería», diciendo que «es el uso especializado de la energía«.
En las culturas chamánicas, el brujo o chamán es el que sabe. En nuestra sociedad moderna occidental estamos tan alejados de nosotros mismos y tan volcados hacia el exterior que nos asusta la sola idea de que pueda existir ALGO más allá de nuestra mente funcional y racional.
Y es que el uso de la Energía nos lleva a conseguir, mediante la disciplina y la dedicación hacia nuestro espíritu, una percepción cada vez más acrecentada de la Realidad, y hace que sintamos el Universo en nosotros mismos.
Como dice Don Juan: «En la medida que el conocimiento aumenta, cambian las definiciones…»