Para formar el puzzle completo de quiénes somos y entenderlo en su amplitud tenemos que también tener en cuenta la influencia de los planetas en el momento de nuestro nacimiento.
Otra parte de nuestra identidad y naturaleza sería la que ha sido afectada por cómo hemos sido concebidos, cómo ha sido el embarazo de nuestra madre, las dificultades del parto y su ambiente, y a partir del alumbramiento, todo lo que nos ha ido condicionando y distorcionando nuestro verdadero ser original.
La realidad es que en cuanto nacemos, muchos comenzamos poco a poco a fragmentarnos. Y si hubo memoria de quiénes eramos y a qué habíamos venido a este mundo, pronto lo olvidamos. Y si tuvimos conciencia de que eramos seres de Luz y en nosotros habitaba un Alma eterna, también, pronto lo olvidaremos. Esta parte corresponde a lo que llamamos nuestro «niño interior».
¿Dónde dejamos olvidado nuestro niño interior? Él representa la Inocencia. Y la Inocencia es la energía que necesitamos para tener el entusiasmo suficiente para vivir la vida al 100%, en profundidad.
¿En qué momento de esta vida seguimos andando y él quedó atrás, rezagado, escondido…?
En la Terapia Regresiva, el primer trabajo que yo , es ir al encuentro del Niño Interior. Es necesario reconciliarnos con él o ella. …en realidad estamos haciendo una vuelta a casa pero antes tenemos que deshacernos de todo lo inútil e ilusorio y, en esencia, hacer el camino.