Ahora que los planetas me son favorables, que todo está en orden, que se ha despejado el Camino, que me siento ligera y capaz de hacer, que -por fin- soy yo y me reconozco, me acepto y puedo ver mis sombras y mis luces con desapego y humor…
Ahora, que los años vividos, con todos sus amaneceres y puestas de sol de todos los colores habidos y por haber, ya me son queridos y desde la serenidad contemplados, …
Ahora, que prefiero reir y elijo la sencillez y el silencio …
Ahora, que no busco nada, ni deseo gran cosa, ni espero nada de nadie y me dejo sorprender …
Ahora, que valoro el momento, la sonrisa, el gesto amable, la mirada cómplice, el abrazo espontáneo, la calidez del amor en todas sus manifestaciones de todos los seres vivos …
Ahora, me siento agradecida, infinitamente en paz y en armonía con el Universo y la Naturaleza.
Ahora, desde la aceptación, la vida se hace sencilla, acompasada y en sintonía con todo lo que se mueve.