Entretenidos en la queja

A muchos nos hicieron creer que cuidarnos y querernos a nosotros mismos es egoísmo.

Así que, distraídos en el descontento y el lamentarnos de lo mal que está el mundo, andamos desatendiendo nuestra propia felicidad y calidad de vida.

Ni tu ni yo vamos a arreglar el mundo desde la queja por lo tanto, ese tiempo y espacio que le dedicamos a algo tan general que se nos escapa de las manos y que resulta ha sido convertido en un entretenimiento para la mente y nada más que eso, ese tiempo y espacio podríamos dedicarlo, primero, a hacer una limpieza mental para deshacernos de pensamientos e información inútil y negativa.

En segundo lugar, llenar ese nuevo espacio para crear un nuevo hábito constructivo y real según nuestras posibilidades, Comenzando por ser más activo en amabilidad con los nuestros, con nosotros mismos, con los vecinos, con el barrio, … ¿en qué puedo ayudar? …

Llenemos ese nuevo espacio, que antes lo dedicábamos a la queja, a reparar daños en nosotros, a hacer las paces con los que estemos enfadados, a satisfacer a la familia, a reconciliarnos con nosotros mismos. … reconsideremos cuán felices somos.

Así ya estamos mejorando el mundo …

Mucho más que soñar

Mi Mente viajó por el Espacio a grandísima velocidad. Sé, con toda certeza, que era mi Mente, sin más.

Era una sensación agradable -si hubiese habido lo que denominamos sensaciones-. Simplemente sucedía y yo era Observadora además de la protagonista en acción.

Hice este viaje a través de un sueño -si hubiese habido un soñar-.

Ya sabéis, a veces durmiendo somos transportados a otra dimensión.

Ha habido una advertencia en todo esto de no esperar demasiado de lo que hay fuera; la vieja forma de actuar está llegando al final.

Al corazón no llegan palabras sino energías con mensajes claros: «no te disperses, concéntrate en tu propia vida, desde tu Conciencia como guía».

Experiencia inolvidable

Hace ya unos cuantos años me encontraba en el ashram de Ramana Maharishi en la India. Recibí allí un inmenso regalo al dejarme llevar por un impulso y seguir a un pequeño grupo que se adentraba hacia el fondo del templo.

De pronto, me encontré ante la entrada de un inmenso comedor donde un señor en la puerta me invitó a pasar. Había unas 20 hileras de manteles de papel en el suelo, preparados con hojas redondas de algún árbol y un vaso de aluminio. Nos sentamos a ambos lados en un largo de quizás veinte personas por fila. Varios hombres iban pasando con un cubo de latón para echar en cada hoja un cucharon o dos de sémola de arroz y seguidamente pasaba otro y te echaba una salsa encima. Otro, echaba agua en el vaso.

Me resultó deliciosa la comida, además de que comer con los dedos es todo un arte que multiplica el deleite por la comida. Pero lo más impactante fue que al salir del templo comencé a sentir una energía que me recorría todo el cuerpo. Era una energía de alegría que nunca jamás había sentido antes y comprendí y experimenté el inmenso valor que tiene lo que entra en nuestro cuerpo… el importante valor que tiene cocinar con amor, bendecir los alimentos y comer con actitud consciente de gratitud.

Sólo por Hoy.

Hoy hago lo que tengo que hacer, mañana será otro día. Dejo de pensar y planear y mi mente entra en calma.

Sólo soy Observadora de lo que hay a mi alrededor, simplemente observo, sin entrometerse la Mente para juzgar o analizar.

No existe ninguna preocupación ni cuestionamiento, Todo está en orden en mi interior. Nada que reclamar, nada adeudo, ningún deseo o exigencia, ningún reproche…

Me he perdonado cuando me he cuestionado algún comportamiento en mi que he considerado no aceptable, Mi Conciencia así está en paz.

Total aceptación del momento. Dentro de esta calma, está mi Alma sosegada y la Presencia divina se ha posado en mi corazón.

¿Acaso no es este estado el perfecto? ¿Quién no puede desearlo para sí mismo?

SOLTAR PARA AVANZAR

Lo que yo aplico en mi vida y me da resultado: cuando algo me molesta de otra persona me cuestiono a mi misma, antes de echarle la culpa al otro. Siempre, mejorando o ajustando algo en nosotros mismos, nuestro alrededor se vuelve más amable y tolerante.

Las frases que utilizamos para justificarnos como » me fastidia su mal carácter. Me saca de mis casillas por esto o lo otro. Él es el culpable de que nuestra relación no funcione. Es un rencoroso y un aguafiestas, me pone de malhumor. Por su culpa lo nuestro ha terminado». … y un largo etcétera.

Es fácil y recurrente verlo en las relaciones de pareja. La persona que ya lleva en su haber varias relaciones fallidas, todas por el mismo motivo, pero sigue justificándose diciéndose «siempre atraigo el mismo tipo de hombres» … ¿No sería más beneficioso preguntarse QUÉ comportamiento hay en mi que ocasiona una confrontación con el otro o la misma fricción y daña nuestra relación. Algo hay en mí que todavía no sé ver y debo solucionar, me doy cuenta de que siempre tropiezo en la misma piedra»

Este cuestionamiento hacia uno mismo es independiente sobre las discrepancias y razones verdaderas que podamos tener y que nos llevan al enfado o decidir romper una relación. Lo que pretendemos es reforzar nuestra invulnerabilidad emocional y hacer que toda situación en nuestra vida nos sirva de aprendizaje para nuestro mayor crecimiento personal.

Nada sucede por casualidad. Toda persona que entra en nuestra vida tiene algo que enseñarnos. Por supuesto que, una vez hemos aprendido la lección podemos decidir seguir nuestro propio camino… pero no antes, pues entonces sí que se repetirá la situación y diremos aquello de «siempre atraigo el mismo tipo de persona».

Porque si siempre me justifico diciéndome que es el otro quien tiene el `problema y es el otro quien debe solucionarlo en él. Que es el otro quien tiene que cambiar, si quiere que nuestra relación continue, no soluciono nada en mi. Los dos tenemos algo que aprender, seamos humildes y reconozcamos nuestros fallos. Nadie es perfecto.

La Sabiduría nace en nosotros cuando conseguimos observar e identificar al personaje -nuestro Ego-. En el momento en que el VER actúa, el Ego pierde fuerza, no queramos tener siempre la razón. Siendo Observadores imparciales es como podemos SOLTAR toda esa corteza que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida que nos hace rígidos mental y emocionalmente.

Soltemos los miedos; a que nos hagan daño, a no ser queridos de la forma en que deseamos o queremos. Soltemos el miedo a sufrir, a fracasar. Soltemos la ansiedad por lo que pueda pasar mañana. Aprendamos a vivir el presente. Respiremos hondo y situémonos en el PRESENTE. Y cada vez, durante el día a día, en que nos descentramos, respiramos conscientemente, y nos sentimos viviendo el PRESENTE. HOY.

Sobre todo, aceptando ser quien soy desde mi Ser. Respetando al otro como es sin pretender cambiarlo a mi gusto. El Amor por mi debe ser tan grande como el Amor que siento por los demás.

Y damos las gracias.

Mi Conciencia me guía

Demasiados bultos para seguir llevándolos a cuesta, cargando con todo, incluso con lo que no me pertenece.

Ya no fuerzo hacer las paces. Veo que es inútil buscar la comprensión y aceptación de todos. Cada cual tiene su ritmo y ocupa su tiempo como sabe y puede. No voy más a desgastarme dando explicaciones. Sólo sigo mi Conciencia, atenta de hacer lo que considero correcto.

Como sanadora energética, sé perfectamente que cuando enferma el cuerpo físico, hay una culpa y miedos que están bloqueando el flujo de energía, hay traumas y memorias por perdonar, hay una mente por limpiar y poner al día. Así funciona la sanación integral de cuerpo físico, mental, emocional y espiritual.

Cuando conseguimos superar todas las emociones tóxicas como el reproche, rencor, rabia, envidia, cuando nos desembarazamos de toda creencia e idea inútil, entonces es cuando somos libres y comenzamos a madurar desde nuestro Centro; el corazón espiritual.

A partir de ahí, cuando despierta nuestra Conciencia y decimos conscientemente Yo Soy desde nuestro más profundo Ser, es cuando podremos crear distancia con la Mente, para que deje de dominarnos, y poder así ampliar la perspectiva de nosotros mismos y de todas esas identificaciones falsas que hemos ido creando y añadiendo a nuestra personalidad, ya de por sí recargada de prejuicios.

Nuestro estado de Conciencia es impersonal, no tiene predilecciones, como Dios mismo, que es la Conciencia Superior Universal. La Conciencia se hace personal cuando todavía está pegada al Ego pero una vez nos desapegamos del Ego, la Conciencia comienza a brillar y expandirse, convirtiéndose en nuestra única y mejor guía.

… será que ya estamos en el Camino … será que no somos perfectos pero sí podemos llegar a ser excelentes e impecables.

El cuerpo astral

Un día yo salí del cuerpo sin pretenderlo. Como una flecha fui lanzada de forma vertical hacia el Cielo. Y en ese espacio me paré, sin pensamientos, hasta que apareció una Luz poderosísima que se dejaba ver entre grandes nubes. Me impactó de tal manera que no me quedó de otra que postrarme ante ella, totalmente sin aliento, tremendamente conmocionado mi corazón.

Este tipo de experiencias no las crea la imaginación. Ni cualquier Mente de forma voluntaria, como en los sueños, nadie puede crear situaciones de este calibre a su gusto. Simplemente sucede cuando estamos preparados (y desde arriba nos sorben) para subir nuestro nivel de frecuencia. Y muchas veces ha sucedido que personas de Mente débil y poca energía han querido forzar situaciones de «alto voltaje», quizás a través de alucinógenos, y su Mente quedó en shock sin capacidad de «volver» a esta realidad.

Somos energía consciente. Cada uno con sus limitaciones. Nada debe ser forzado pero sí tenemos la posibilidad y capacidad para evolucionar y conocer otras dimensiones de nuestro Ser. No pretendemos ser una versión mejorada de nosotros mismos sino llegar a ser -recuperar- el ser divino que ya somos.

La Conciencia se hace presente y el nivel de cada persona se verá aumentado desde la sencilla práctica de ser Observador de sí mismo, hasta que conseguimos diferenciar el personaje secundario exterior del Ser primordial eterno que somos.

Veremos ampliada nuestra percepción de la energía del Amor Incondicional gracias a las altas frecuencias vibratorias que están llegando a nuestro planeta. Son momentos de grandes transformaciones a todos los niveles. Demos gracias y abrámonos al cambio.

Soltemos y dejemos atrás

Dejemos atrás lo que ya no queremos, lo que ya no necesitamos ni es útil ahora. Soltemos los miedos, el sentimiento de vergüenza y el sentimiento de culpa. Soltemos esa parte de nuestra identidad que ya cumplió su propósito. La actitud que correspondía a la niñez y a la juventud pero que ya no corresponde por nuestra edad, la dejamos ir, para que podamos comenzar a madurar.

La queja, los lamentos, el hacernos la víctima para llamar la atención, nos deshacemos de todo ello. La necesidad de que nos halaguen para sentirnos reconocidos, todo eso ya no es necesario; podemos ponernos de pie por nosotros mismos y volver a empezar si es necesario. Ganamos en autoestima haciéndonos valer.

Dejemos morir los apegos, los deseos que están fuera de nuestro alcance, soltamos las expectativas con las que soñamos en nuestro mundo imaginario.

Vamos a poner nuestra atención exclusivamente en nuestro propósito más elevado; conocernos a nosotros mismos y amarnos desde la Conciencia de nuestro Ser no desde el Ego, que sería algo nefasto.

Vamos a poner nuestro ánimo e inspiración en actuar desde la impecabilidad del Ser, desde nuestro Yo divino. Démosle sentido a nuestra vida, elevando nuestra vibración y frecuencia a la del Amor Incondicional.

Alimentemos nuestro espíritu y él se encargará de guiarnos para que desarrollemos el sexto sentido, la Intuición, y actuemos desde ella y sólo utilicemos la Mente para cuando necesitemos pensar.

Estemos en el nivel de comprensión en el que estemos, comencemos ahora. Nos hará bien.

El Amor es más que un sentimiento

Me estoy dando perfecta cuenta. Soy consciente del cambio en mi. Soy consciente de mi transformación casi continua, lenta pero imparable, sin marcha atrás.

Es una transformación que me lleva a dejar las formas, a diluirse lo concreto, a desarmarse lo complejo, a deshacerme de toda carga.

Y el horizonte se alarga hasta el infinito. El panorama y el escenario de la vida es uno nuevo, antes inimaginable, y ahora se ha llenado de luces.

Lo estoy viendo, me cuesta creerlo pero no es algo inventado. Nace en el interior este cambio; me ha sido regalado desde el Universo… jamás lo había soñado pues sobrepasa mi imaginación.

Ha sido explosivo pero de la manera en que explosiona la primavera, llenando de pronto todo el campo de flores.

De esta forma está siendo el cambio y sólo puedo decir que el AMOR es mucho más que un sentimiento, El AMOR es la Fuerza más poderosa del Universo. Es energía pura creadora. Está en todo. Es la energía impulsora de vida.

Más que una transformación ésta está siendo un renacer sabiéndome ahora que SOY AMOR y este entendimiento simplifica y amplifica la existencia, enaltece la alegría, hace emerger el espíritu. Y pone en primer plano quien soy.

Es una transformación en la que, desechando lo ilusorio, toda densidad desaparece y la vibración se eleva a la frecuencia de Dios.

Trascender la oración convencional

Cuando nos sentimos estancados o bloqueados, nos preguntamos a nosotros mismos qué sucede y de forma intuitiva vamos hacia adentro para conectar con nuestro sentir más íntimo; nuestro espíritu nos está pidiendo atención. Los cambios y crisis que se están dando, a nivel colectivo e individual, nos empujan a renovarnos en todos los aspectos, nos están obligando a replantearnos creencias, ideas, conceptos que pensábamos eran inamovibles, que eran verdades irrefutables pero ahora han quedado obsoletas si es que queremos seguir avanzando. Así es como evolucionamos como humanidad. El Universo mismo está en constante movimiento creativo.

Hemos llegado al punto en que nos cuestionamos la forma en que nos relacionamos con Dios. Ahora sentimos la necesidad de trascender la forma usual de oración en la que se pide a un dios distante que haga algo por nosotros. Hemos entrado en una nueva Era de mayor Conciencia, donde ha despertado una mayor capacidad de sentir que somos parte de la Inteligencia y Amor de Dios.

Así que la oración se convierte en comunión «Yo Soy Amor. Yo Soy la Presencia Divina en mi. Yo Soy Dios en acción en mi. Gracias. Gracias. Gracias».

Jesús dijo: «Soy la Luz del mundo». La Conciencia es Luz, hazla crecer en ti. Si cada uno de nosotros sintiese a Dios, que es Amor, dentro de sí, podéis imaginaros lo diferente que sería la vida en nuestro planeta. Y ese deseo está ya en el corazón de muchos y es posible.

En la medida que desaparece el Ego, se expande la Conciencia.

Sintamos la presencia de Dios en nosotros. Somos Amor.