Tuve el impulso de dejar de hacer, y mi mente se calmó, mi cuerpo descansó, mi intuición se fortaleció.
Mi corazón se sintió libre de prisas y pude entender mejor mi alrededor y a mi misma.
Me hice con el Silencio y él mismo me enseñó a crearlo.
Busqué la paz y mi Ser me indicó fuera al interior.
No sucumbas -me decía. No claudiques.
Sé tu misma, en tu espacio, a tu ritmo, con tus certezas. Pero estate atenta, sé observadora, cierra los ojos, respira conscientemente. Conecta con la Fuente de energía dentro de ti.
Estás viva. Equilibra tus centros energéticos desde la respiración.
Las mejores cosas surgen cuando estamos relajados.
Afortunadamente siempre existirán otros sueños, otras risas y nuevas posibilidades.
No quiero que mi entusiasmo envejezca.
De verdad, motivémonos para tener la aventura de descubrir nuestra valentía.
La ingenuidad se refiere a lo ilusorio del que espera todo sin poner de su parte. Sin embargo, el Universo nos envía señales. Nuestros ángeles nos advierten de los peligros. Nuestra intuición en forma de voz interior nos previene con anticipación sobre los conflictos que pueden surgir. Sólo los escépticos son sordos a ello y los incrédulos -enfocados sólo en lo concreto- no pueden percibir tales sutilezas.
Al preguntar ¿Cómo?, queremos aprender la fórmula. Al pronunciar ¿Dónde y Cuándo? estamos queriendo concretar más. Pero también es importante el ¿Qué?. … ¿Qué pretendo haciendo esto? ¿Qué quiero conseguir?
ESPERAR al mismo tiempo que actúo. RELAJARME, estando atenta. SENTIR el dolor y aceptarlo pero sin sufrimiento mental. VER el miedo como algo que llega y se va; no me pertenece.
La libertad está en descubrir la eternidad dentro de nosotros. Y el anhelo por ser libres es lo que nos encamina a lograr la paz interior.
Es sorprendente cómo las energías tienen un lenguaje propio -una vibración- que tu Ser puede identificar y descifrar de forma instantanea. Aún no sabiendo cómo, pero sabes. Es la Intuición que florece y te muestra tu Ser y tu potencialidad.
La magia sucede cuando dejas de tener prisa y le das espacio a la confianza absoluta, que es la semilla para tu crecimiento. Entonces se abren las puertas del campo de oportunidades que te ayuda a encontrarte contigo mismo, descubrirte. Comienza con una sensación agradable, de aceptación, de paz profunda, de simpatía inclusive, de confianza absoluta.
Cuando desaparece la prisa y el sentimiento de «obligación«, el cuerpo físico y mental se relajan. Todas las tensiones desaparecen y la sensación de calma se convierte en estado gracias a la conexión con lo Superior; nada exterior interfiere; eres tú y al mismo tiempo no tienes ni peso ni forma. Te han abandonado los pensamientos. Eres Conciencia; nada más tiene importancia.
Y esa liviandad es la que se disfruta, no haciendo nada si no fluir desde la Conciencia, que es tu Luz … no sé si me explico. No importa dónde ni porqué, pero ten en cuenta el cómo; tu actitud y déjate llevar
Mientras tengamos problemas sin resolver y estemos viviendo cada situación presionados por nuestro Ego, no podremos utilizar la Mente de un modo libre y claro. Como además, nuestra experiencia de vida está llena de aspectos negativos por zanjar, tenemos una sensación de culpa y cuenta pendiente que no nos deja sentirnos plenamente satisfechos con nosotros mismos.
¿Qué significa estar interiormente en paz? Cuando en nuestro corazón no hay miedo alguno ni nada nos inquieta, nada nos intranquiliza. nos sentimos livianos y libres y nuestro estado mental es de calma placentera.
Son tres las condiciones necesarias para sentir paz interior:
Estar interiormente en paz con los demás.
Vivir y aceptar la realidad de uno mismo.
Desarrollar la Conciencia superior.
LA CONCIENCIA SUPERIOR.– Se trata de la energía creadora que existe en todo ser vivo. Primeramente hay que intuirla y después cultivarla hasta que se convierta en un estado de conciencia habitual y permanente. Es la Energía que nos conecta con las fuerzas del Universo.
Para ello tenemos que aprender a entregarnos del todo en lo que hacemos, sea importante o no, pues lo importante no es tanto la cosa que se hace sino cómo se hace.
Cultivar el hábito de crear y sentir la paz interior en momentos de descanso. Evocarla. Respirarla. Suspirarla conscientemente. Y así crear ese estado, como si fuese un hábito más, sonriendo hacia adentro.
El Universo se expresa en frecuencias y por instantes logramos, desde la Conciencia, vibrar con él.
Mi Alma se pone de acuerdo con ésta que habla. A ratos son Mente y Corazón en la misma onda.
Este cuerpo está envejeciendo pero mi espíritu no tiene ni coraza ni corteza; es Luz, sin Tiempo ni forma.
Toda mi esencia reducida en este Plano Lineal a la invisibilidad. Si estoy sólo aquí, cómo soportarlo. Y si estoy más allá, cómo no querer quedarme en la Realidad.
No he conseguido llegar al entendimiento de lo banal. Desaparecer del mapa no debe tomarse como una huida.
Lo que aun está por ser ya lo llevamos dentro y es una mayor expresión del Alma.
Soy todo el Universo cuando me deshago del miedo y me desidentifico del yo personal.
Estamos compuestos de tres elementos: INSTINTO, EMOCIÓN e INTELECTO … La moderación y armonía entre ellos es lo que nos da estabilidad, paz interior y nos permite fluir en este Plano.
Si te sumerges en tu interior, te asombrará descubrir cuán profundo eres. A partir de esta experiencia tu anhelo será llegar hasta el *Reino de los Cielos* en ti.
Conseguir trascender el Plano Mental inferior -de la Dualidad- te ayudará a recuperar el estado de Inocencia donde no hay ni bien ni mal sino la comprensión y percepción de que todos somos parte de un Todo pero viviendo y experimentando según nuestro nivel de Conciencia.
Entrar en esta dimensión superior te hará sentirte eres uno con la Madre Tierra, sentirte eres uno con el Universo, sentirte eres uno con Dios. Y ese estado y dimensión es el que Jesucristo llamó «el reino de Dios en la Tierra».
Esta experiencia te sitúa en un punto de refinamiento de tu Realidad que no tiene vuelta atrás. A partir de aquí puedes descansar en la Conciencia de tu Ser y fluir guiado por tu Yo Superior.
Las Fuente que hay en el Centro espiritual de tu Corazón emana Luz de Amor. En la medida en que te sientas sediento y necesites beber de ella, tu Fuente te dará de su agua viva, tanto si estás muy sediento o poco.
Es la Mente la que fuerza, se esfuerza, procura y planea. Pero no es como el Alma y la Conciencia actúan. Confía y sé Observador de ti mismo para que tu Conciencia comience a expandirse. Déjate llevar.
El acto de la observación es un acto de amplificación de nuestro sentido de percepción y del entendimiento de quienes somos.
La dedicación a nuestro ser esencial no tiene fin y lo que en un principio es la voluntad para crear una disciplina de reconocimiento, conexión y buenos hábitos, en la segunda etapa se convierte en un placer, como alimento del alma.
El cultivo de la atención implica el desarrollo de la observación y la capacidad de hacernos conscientes de nuestro sentir y la capacidad de conectar más profundamente con tales vivencias y emociones.
Desarrollar esta capacidad y cualidad de observación nos aportará sentirnos en libertad de ser uno mismo para desarrollar una mayor AUTENTICIDAD individual.
Llegar a tener una ACTITUD positiva ante la vida al ir cultivando un desapego y desidentificación con todo lo que es relativo y lograr independencia emocional. Se trata de reforzar la habilidad de saber lo que uno siente, quién es y cuál es su propósito de vida.
LA ACTITUD ADECUADA.- Sinceridad, libertad de expresión, autenticidad. Y valentía.
TOMO CONCIENCIA DE MÍ MISMA.- Soy observadora de mi cuerpo, de mi mente, con el fin de conocerlos; saber cómo trabajan, conocer sus necesidades. Aprender a escuchar mi cuerpo.
Soy observadora de mí SER; no soy mi cuerpo, tengo un cuerpo. No soy mi mente, tengo una mente.
El Yo es mi Ego, pero si digo “Yo Soy” es mi alma quien habla dirigiéndose a mí. Mi alma me dice: “Yo Soy la Presencia divina en ti”.
Soy observadora de mi entorno y observo mi interior. Por la noche hago una recapitulación y observo el comportamiento de mi yo.
¿Cuáles son mis necesidades básicas insatisfechas? ……………………………………………………………………
SIN CULPAS, NI VERGÜENZAS NI REMORDIMIENTOS
¿Qué significa DESPERTAR LA CONCIENCIA? Ser más consciente de una misma es dejar de vivir como una autómata, de forma mecánica. Tomar conciencia de que estamos vivas en cada acto cotidiano, dándole sentido a la vida, dirigiéndola desde nuestra voluntad.
¿Cómo descubrir mi identidad?.- Reconociendo que mi ser está unido a Todo lo que existe. Desde el deseo de encontrarme con mi ser esencial. Nada es casualidad. Actúo desde el Yo Soy.
¿Cómo me vivo yo durante el día? ¿Me vivo beneficiándome de la energía positiva, la inteligencia, y el amor que poseo intrínsecamente? ¿O me vivo sintiéndome víctima de las circunstancias y desde el miedo? … ¿O me vivo desde la resignación y una actitud de supervivencia?
La Ley de Causa y Efecto.- Siempre que tome una decisión será teniendo en cuenta las consecuencias de esta decisión que he tomado. ¿Son decisiones tomadas desde el corazón?
Responsabilidad por mi felicidad desde una actitud correcta.- Convirtiéndome en tomadora de decisiones conscientes, comienzo a engendrar en mí actos que son EVOLUTIVOS para mí y para los que me rodean.
Fortalecer mi identidad desde el “YO DECIDO” me hago responsable de mis decisiones.
Siendo Observadora de mi misma, paso a paso, consigo la paz interior.
Está la Conciencia individual que el Ego controla y tenemos también la Conciencia universal que es una cualidad del Alma y que está ligada a la Conciencia Superior.
Cuando conseguimos expandir nuestra Conciencia individual para que trascienda nuestra identidad personal podemos experimentar una realidad mayor que no tiene fin, y es entonces cuando comenzamos a actualizar nuestra visión de nosotros mismos y nuestra pertenencia al Universo.
Al ampliar nuestra Conciencia y supeditarnos a ella, nuestra dimensión espiritual crece así como nuestro potencial humano.
Trascender lo cotidianamente físico y material nos hace creativos y nos pone en contacto con la magia de la vida, haciéndonos salir de lo ambiguo e ilusorio del mundo externo a nosotros mismos.
A través de la introspección, la recapitulación y el silencio que nos lleva a encontrarnos con nuestro Ser, es como llegamos al entendimiento de nosotros mismos como seres humanos y divinos para lograr una comprensión mayor de nuestra dimensión espiritual y eterna.
Los estados plenos de Amor y compasión son el resultado de la desidentificación con el cuerpo/mente desde un nivel de Conciencia superior. El desarrollo de la Conciencia es gradual y es parte del proceso que seguimos todos los humanos en nuestra evolución, integrando en cada nuevo nivel las experiencias anteriores.
La Mente cuando es capaz de observarse a sí misma, de manera imparcial, desde la inocencia y pureza del Ser, recibe el conocimiento directamente para convertirlo en certeza en su corazón, esto quiere decir, que alcanza por fin la paz interior.
La persona con un alto grado de Conciencia refleja en su sonrisa serenidad, en su silencio la calma, en su sobriedad su estabilidad emocional, en sus pocas palabras su sabiduría. Esto es lo que irradia; es su Luz manifestándose. No tiene nada que demostrar ni convencer o conquistar, es como es. No pretende nada, no busca nada. Es el otro, quizá, el que se sienta molesto, incómodo. No sabe cómo encasillar a ese tipo y dice que es un pedante, vanidoso, engreído… aunque no haya dicho nada todavía, está claro que está fuera de lugar.
No se trata de crear comparaciones ni de hacer una escala del Bien y del Mal o de Mejor y Peor. No se trata de que nadie se sienta menos o más como persona. Todo eso ya ha quedado atrás y no nos sirve porque cada uno es único y está viviendo la experiencia que tiene que vivir para el desarrollo de su Conciencia y tampoco entramos a valorar cuántas veces se ha fallado y uno tiene que pasar por la misma prueba una y otra vez hasta que se descorre un velo y entiende.
Pero nada de eso es importante. La vida ocurre para que aprendamos. No debemos caer en el error de juzgar sino entender y aceptar que cada uno ha venido a experimentar una serie de cosas, que cada uno tiene un propósito en la vida, que somos instrumentos unos de otros para nuestra evolución y ahí lo dejamos con respeto total por los demás.
No entendemos nada de la vida hasta que ya hemos cruzado la frontera de la inconciencia y uno comienza a entender de qué va la vida y su propósito, entonces uno simplifica su actuar y lo que pretende es estar en paz con la existencia y consigo mismo. Todos queremos ser amados y ser felices … la cuestión es que no sabemos cómo conseguirlo.
Existen herramientas que crean certezas, nos ayudan a salir del pasado y hacen que construyamos una vida mental, afectiva y emocional estable. Todas ellas tienen como clave la toma de CONCIENCIA.
¿Qué ocurre? Debemos contar con ello; cuanto más despierta está tu Conciencia menos amigos vas a tener; eres un incomprendido. La gente común -que todavía vive en un mundo ilusorio- ya no se siente a gusto a tu lado. A las personas normales y corrientes siéntalas delante del televisor o dales temas de conversación que sean banales e insustanciales. No quieren pensar así que no les calientes la cabeza con tus reflexiones.
Tendrás que encontrarle el gusto a la soledad y al silencio. Y cuanto más te adentres en ti encontrarás la compañía perfecta en ti mismo, para esos momentos en que necesitas la paz y el sosiego.
No intentes captar la Realidad con la mente, eso es imposible, te va a engañar. Siente al Ser dentro de ti, desde tu corazón y eso te ayudará a sentir tu esencia.
Abre el círculo de sufrimiento y miedo en el que estás.
Todos tenemos miedo de enfrentarnos a nuestro dolor, por eso intentamos huir de nosotros mismos. Nos mantenemos encerrados en nuestro sufrimiento y consentimos, de forma resignada o rabiosa, a padecer y sobrellevar esa carga. El sufrimiento es ocultar en nuestro corazón lo que no aceptamos de nosotros mismos pero que nos sentimos incapaces de cambiar. Por eso sentimos asfixia, ansiedad …
Entender lo que nos hace sufrir, lo que nos da miedo, abrazar ese entendimiento, nos liberará de la carga pesada y el dolor, vaciado de toda herrumbre, se transformará en aprendizaje y será llevadero.
Ahora escucho mi voz interior en el silencio, que me da entendimiento, creando un puente hacia la compasión.
Desde ese estado puedo reconocer y abrazar el sufrimiento de los demás.
Esta es la transformación del sufrimiento. La energía de la compasión es sanadora y transformadora.
Liberar la tensión creada por el sufrimiento dejará espacio para la paz interior.
Abramos el corazón, experimentemos la Gracia del Ser de Luz que somos,
Se trata de des-identificar el ego para poder engrandecer el Alma.
Es la mente-ego quien crea el sufrimiento y el miedo.