
Cuando ves con claridad -cualquier situación por resolver- no tienes que pensar, porque sabes lo que tienes que hacer. No pierdes tu energía dudando. Uno tiene que creer en sí mismo.
La Conciencia se presenta entonces en forma de intuición. Y te repites a ti mismo que sabes con certeza en tu corazón lo que tienes que hacer. Si lo sientes en tu corazón como acertado, adelante.
En esos momentos, tu Ser vibra desde la confianza plena pues la Conciencia es la que clarifica la Mente. Te sientes guiado y protegido si crees en la Divinidad o sino lo llamarás buena suerte.
Experimentamos en esos momentos de lucidez, dominio y satisfacción de nosotros mismos por nuestros logros. Y de manera afirmativa crees con certeza de que eres capaz de crear tu propia realidad.
Primero poner la INTENCIÓN de lo que se quiere conseguir. Lo focalizamos. Cero miedo o duda.
Visualizarlo en presente y en positivo. En vez de decir «quiero deshacerme de los miedos«, diremos desde el corazón «siento mi valentía«.
Yo no soy mi Mente, tengo una Mente a mi servicio y ella es obediente, así como todas mis células.
Y respiramos conectados con nuestro Ser y en sintonía con el Universo,
Que así sea y así es. En gratitud y Amor.


Sumando intención más compromiso, tendremos Voluntad.


