
Para conocernos a nosotros mismos debe despertar la Conciencia. Debe estar presente la intención del Observador en nosotros.
Uno mismo es quien es desde el Ser que lo habita. Pero este Ser -nuestra Alma y Espíritu- está bajo tantas capas de condicionamientos, restricciones sociales, limitaciones educativas, religiosas, etc., que en la mayoría de los casos no se le llega a conocer en vida.
Quien somos en esencia, se distingue principalmente por los valores más elevados; la impecabilidad. Impecable es lo que no tiene defecto alguno.
Te vuelves impecable cuando conoces y crees en el poder de tu Ser. Y cuando sientes esa fuerza interior y la reconoces como tal, es cuando te vuelves impecable. No tiene nada que ver con la Mente; no se razona, se es. Muchos hablan de «empoderamiento» pero lo hacen desde el Ego y eso es desastroso.
La impecabilidad trata de salvaguardar tu dignidad humana, quien eres, tu ser esencial; sin doblegarla, ni venderla, ni cederla, por nada.
Ella no tiene nada que ver con tu orgullo personal que viene del ego/mente. No se trata de servir intereses o perseguir éxitos materiales. Hablamos de valores que están muy por encima del ser humano común y corriente, estos valores perteneces al Alma y al Espíritu; a la Conciencia Superior.
Reflexionemos sobre ello. Movámonos hacia nuestro interior.

La Fuerza es física y el Poder nace en el espíritu. Quien se sostiene en su Poder personal no necesita utilizar la Fuerza física.
¿Qué nos debilita como individuos? Le hemos dado todo nuestro poder a otros; al que gobierna, al médico, al sacerdote, al maestro … a nuestra pareja … Eso significa que hemos dejado de pensar por nosotros mismos. Hemos dejado de producir nuestra propia salud y felicidad esperando (o exigiendo) que los demás nos las proporcionen. No confiamos en nuestras propias decisiones o cedemos -hasta la sumisión- por evitar el enfrentamiento. No confiamos en nuestra propia capacidad para dirigir nuestra vida o sencillamente no tenemos la energía para ello. En pocas palabras; hemos perdido Poder de acción.
El CAMBIO requiere de un nuevo lenguaje. Un lenguaje que nace y se desarrolla de forma viva -creativa- desde la expansión de la Conciencia y desde el conocimiento intuitivo que podemos comprender e integrar.
Dijo la abuela Margarita de la tradición Maya: «Cuando quiero algo me lo pido a mi misma».