Todos nos equivocamos. Todos cometemos errores y le fallamos alguna vez al otro o a nosotros mismos … Saber que vivimos en el mundo/ dimensión de la Dualidad no sirve como justificación pero ayuda a comprender nuestras reacciones, también ayuda a perdonarnos, pedir perdón e intentar mejorar día a día nuestras acciones y reacciones.
Es nuestra Conciencia la que nos avisa. Si somos observadores de nosotros mismos, siendo testigos del «personaje» (nuestro yo inferior o Ego) cómo actúa, nuestra Conciencia hará sonar la alarma en cuanto nos salgamos de lo que consideramos normal o bueno. Todos lo hemos experimentado; nos sentimos intranquilos, descontentos con nosotros mismos, incluso malhumorados por nuestro proceder aunque intentemos justificarnos.
Cuando nos enfrascamos en una discusión y herimos a otro, nuestro corazón cambia el ritmo de palpitación; se vuelve agitado. Nuestra mente dispara el sentimiento de ansiedad y rabia … Todos ellos síntomas de alarma de nuestra Conciencia. Es hora de reflexionar y si toca pedir perdón o solucionar un mal entendido, no lo dejemos para más tarde porque sin duda se irá agravando y embrollando momento a momento
¡Que el Amor prevalezca sobre la ira o el odio! ¡Que el Amor sea nuestro lenguaje!
Que no nos cueste tender la mano para pacificar situaciones en las que el orgullo y la rabia oscurecen y bloquean el camino del entendimiento. Que el «yo tengo la razón» no sea el impedimento para el abrazo que hermana.

Sucede a veces que en tu niñez y juventud, te desvalijaron emocionalmente, te violaron el corazón.
No descuidemos nuestra Alma y su anhelo de volar alto y libre.
Una mente débil domina desde el miedo y el inmovilismo. Una mente débil es la que es incapaz de concentrarse en el Presente y sus pensamientos distorsionados van desde el recuerdo insistente de hechos pasados a la fantasía de un futuro incierto.
Todos estamos necesitados de Amor… pero también tenemos miedo de abrirnos a él y nos sentimos torpes para expresarlo …. Deseamos que nos llegue como por arte de magia, que sea el otro quien dé el primer paso. Inclusive, exigimos se nos dé. O calculamos cuánto se nos da para corresponder de la misma manera, si acaso …
Existen personas fuera de lo común. Y existen personas -la inmensa mayoría- que son «normales» y desprecian o se burlan de las que son originales y distintas. La gente común no soporta reconocer que ellas mismas sacrificaron su identidad y naturaleza y claudicaron ante el sistema de molde único.
Nuestro cuerpo emocional necesita estabilidad afectiva y firmeza de identidad y propósito. Si no es así, confundimos los sentimientos y los expresamos desde un sentimentalismo exagerado y distorsionado.
El miedo es algo indefinido pero resulta ser nuestro enemigo natural cuando la mente inferior nos domina. A medida que vamos conociendo a ese enemigo que nos atormenta o nos tiene maniatados, nos damos cuenta que no es como creíamos en un principio; no es monstruoso, no es tan peligroso como pensábamos ni tan fuerte y ni siquiera es invencible…
Reiki no es una terapia ni la persona que da Reiki es un terapeuta. Creer eso es no haber entendido la importancia y profundidad de este sistema de sanación que abarca nuestros diferentes cuerpos : físico, mental, emocional y espiritual.