La dedicación a reconocer nuestro ser -quien somos en esencia-no tiene fin y lo que en un principio es un entrenamiento para crear esa disciplina de reconocimiento y conexión con nuestra naturaleza , en la segunda etapa se convierte en un fluir armonioso, al sentirnos dueños/as de nuestra vida.
Partimos de la base de que para no ser manipulados por todo lo externo a nosotros mismos es necesario desarrollar y fortalecer el cuerpo físico y la mente, tomando consciencia de quién somos, adónde nos dirigimos y qué sentido le queremos dar a nuestra vida. Con ello conseguimos bastantes cosas beneficiosas:
Deshacernos de viejos hábitos y condicionamientos que nos impiden avanzar.
Crear en nosotros una actitud positiva, conectando mente y corazón.
Vivir plenamente cada momento, de forma consciente y agradecida.
Reconocer nuestras limitaciones y aceptarlas.
Reconocer nuestras cualidades y potenciarlas.
Aumentar la energía vital de forma armoniosa y beneficiosa.
Hacernos responsables de nuestra salud y vida enteramente y decidir vivir en armonía con nosotros mismos y con nuestro entorno.
¿Cómo? En primer lugar:
Soy Observador/a de mi mismo/a. Tomo Conciencia de mi cuerpo físico.
Cada semana trabaja una cualidad con la intención de afianzarla como parte de tu carácter y personalidad. No se trata de cambiar la naturaleza de tu ser sino de conocerla y desarrollar aún más tus cualidades. Recupera la esencia de ser tu mismo/a, espontaneo/a, con la confianza de que lo mejor que tienes para dar es a ti mismo/a y no lo que esperan los demás de ti.
Nuestro carácter está ligado e interrelacionado con nuestros órganos. Si hemos acumulado mucha rabia y frustración eso afectará a nuestro hígado. La tristeza y las penas presionan nuestros pulmones. Y así un largo etcétera que iremos aprendiendo y tomando conciencia de que nuestra Salud debe ser integral; cuidando el cuerpo físico, el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo espiritual por igual.
LA ATENCIÓN EN TÍ MISMO/A.- No se trata de aprender algo nuevo sino de prestar atención para reconocer y contactar con tu propia naturaleza.
En primer lugar, vamos a aprender a ser OBSERVADORES/AS y lo conseguiremos a través de la respiración consciente. Soy observador/a de mi cuerpo, de mi mente, con el fin de conocerlos; saber cómo trabajan, conocer sus necesidades. Aprendo a escuchar mi cuerpo.
LA ACTITUD ADECUADA.- Sinceridad, libertad de expresión, autenticidad.
Soy observador/a de mí SER; no soy mi cuerpo, tengo un cuerpo. No soy mi mente, tengo una mente.
SIN CULPAS, SIN VERGÜENZA, SIN MIEDOS.