El chakra de la garganta

chakras 4Partiremos de la base de que los síntomas que manifiesta  el cuerpo físico son mensajes que debemos escuchar,  interpretar y atender. Tengamos en cuenta también que sólo yendo a la raíz del problema es como realmente lo solucionaremos; y la raíz de todo problema físico está en nuestro cuerpo emocional.

El chakra de la garganta es de suma importancia porque  es el que abre las puertas a los chakras superiores pero la mayoría de las personas lo tienen bloqueado o cerrado…  ¿por qué? ya desde niños nos mandaron a callar mil veces. Tuvimos que aprender a reprimir nuestras quejas, nuestras demandas, nuestros deseos, nuestros miedos; en definitiva,  tuvimos que  cerrar nuestro  centro de la expresión y la comunicación.

«Estás mejor callado». «¡Cállate ya!», «los niños no lloran», «si vuelves a hablar te pego» …

El resultado de tanta represión a nivel del habla tiene como consecuencia niños siempre enfermos de amigdalitis, por ejemplo. Toda esa pus en la garganta, qué es sino el cúmulo de todo lo que no se ha podido expresar. ¿Y qué hacemos los adultos? Decidimos extraer las amigdalas… extirpar lo que creemos es la fuente del mal … cuando sólo era un indicativo, una señal a problemas  mucho más profundos: el sentir de nuestro ser.

El ejercicio que podemos hacer para aliviar y abrir el chakra de la garganta es sencillo y requiere paciencia y sinceridad:

Buscaremos un sitio tranquilo donde nadie ni nada nos pueda molestar mínimo durante quince minutos. Nos pondremos en una posición cómoda, con la espalda recta. Haremos unas respiraciones conscientes, con los ojos cerrados, lentas y profundas, que nos ayudarán a relajar todos los músculos y a deshacernos poco a poco de todas las tensiones del cuerpo. 

Desde la respiración consciente -puesta nuestra atención en las fosas nasales- conseguiremos que la mente se vaya calmando poco a poco y pase a un segundo plano.

Ahora pondremos las manos suavemente sobre la garganta. En las palmas de las manos tenemos también un chakra que tiene la capacidad de escuchar y ver en nuestro interior; percibe las energías y las traduce en sentimientos.

Respiro conscientemente y me  sitúo en el Presente, ahora, y me hago unas preguntas  permitiendo  que mis manos  escuchen la respuesta. 

– ¿QUÉ me pasa?

–  ¿Desde CUÁNDO estoy así?

– ¿DÓNDE siento la molestia?

– ¿CÓMO puedo solucionarlo?

Como Observadores. Sin temor ni sentimiento de culpa localizamos  la rabia, los miedos o cualquier  emoción tóxica que ha aparecido  y la envolvemos con  Luz sanadora que lo disolverá. 

Este ejercicio debe hacerse a menudo. Cuando hayamos limpiado el pasado, cada vez se hará más fácil mantener una fluidez sana de energía vital  por todos nuestros centros energéticos. Nos haremos conscientes inmediatamente de cualquier pensamiento o sentimiento tóxico y sabremos deshacernos de él.

Esto es salud responsable. Esto es amarse a uno mismo.