Cada momento que pasa este cuerpo se acerca más al final de su función. El cuerpo tiembla ante la idea y el alma se alegra.
Desde el desapego se vive en la nostalgia de la deseada vuelta de la Esencia a sus orígenes.
La falta de interés por las cosas de este mundo llevan mi mirada más allá del horizonte de forma desapasionada. Sin curiosidad mental. Desde el sentir intuitivo.
No entiende mi gente de este desarraigo, ni mi Yo tampoco, sinceramente.
Desprendida, parezco indiferente, insulsa, pero es que el alma apacible ha tomado el mando de mi vida…
Mi corazón late en otras latitudes, sólo es eso… cosas de la edad …