La Medicina del Alma

Toda enfermedad es desarmonía y falta de alineamiento y control a nivel energético.

Desde siempre han existido medicinas naturales, alternativas y complementarias, que se basan en desbloquear y reactivar las energías del cuerpo físico, mental y emocional. La enfermedad, sea física o mental, aparece cuando algún sistema energético pierde su equilibrio. Es entonces cuando primero se manifiestan algunos síntomas de aviso, como el agotamiento o la irritabilidad y luego la enfermedad podría aparecer tarde o temprano afectando a algún órgano, si no lo atajamos a tiempo.

Cuando se consigue concentrar las energías dispersas, se desechan las energías tóxicas, se desbloquean y reactivan los centros energéticos para que fluya nuevamente con normalidad la energía vital, entonces se recupera la salud íntegra. Pero para ello hay que hacer un trabajo de purificación y conocimiento de sí mismo, si hay un deseo sincero para ello.

La Medicina del Alma, contempla toda dolencia como una oportunidad para purificarnos. Una ocasión para rectificar actitudes emocionales erróneas. Porque éste es el principal factor, los conflictos emocionales, son los que crean afecciones tanto física como mentales, tan a la orden del día como son la ansiedad, crisis de pánico y estrés.

Las alteraciones internas debido a las preocupaciones excesivas o los trastornos y malestar causados por los excesos de enfados y rabia acumulada, afecta al estómago, al páncreas y a la vesícula… y éste es un pequeño ejemplo de cómo las emociones, que no son procesadas, se pueden enquistar en nuestro cuerpo físico, dañándolo.

Un sanador, desde la Medicina del Alma , sabe acerca de las energías internas y de las energías superiores sanadoras y posee comprensión intuitiva para tratar todo desequilibrio. Su función es la de inspirar a la otra persona en su capacidad para la auto-sanación.

No fallar

niño entre muñecosBajo la presión de no fallar. Bajo el tremendo peso del sentimiento de culpa. Bajo la voz interna que te recuerda que «tienes la OBLIGACIÓN Y EL DEBER de hacer esto y aquello. Bajo las etiquetas, bajo las creencias, bajo las leyes y los titulares, bajo las medallas y las cruces, bajo la amenaza de los infiernos y de  oír machaconamente  «¡te lo advertí!» …

Debajo de toda esa carga y gravedad, vivimos crispados, angustiados, algunos hasta atormentados, muchos maniatados bajo todas estas creencias  impuestas y manipulaciones conscientes e inconscientes. Bajo el desamor, pasando inadvertido entre peluches amigos.

Las personas que vienen a mi consultorio  de Sanación energética llegan bloqueados emocionalmente. Cuanto más tiempo demores en solucionar todo eso que te impide ser tu mismo; expresarte, relacionarte, ser tu mismo, etc. más difícil se hace luego desenmarañar todos esos cables de sentimientos y emociones que te han creado tantos miedos y limitaciones.

Una muchacha joven tiene problemas desde niña para relacionarse con los demás, es muy tímida y tiene baja autoestima. Este problema  ha ido a más hasta el punto de no querer salir de casa y sentirse amenazada por los demás. Padece crisis de ansiedad y el médico de cabecera la ha derivado al psiquiatra y le ha puesto una etiqueta «trastorno límite de personalidad». Inteligentemente ella ha buscado una forma alternativa y natural para solucionar su problema.

Estamos trabajando en ello y hace grandes avances pero, qué pasa, su entorno más cercano es muy hostil. Ella está gorda y su padre se lo recuerda de forma sarcástica e hiriente «No te sientes en mi sillón que lo vas a desfondar». Y su madre otro tanto «para qué vas a ir a clases de inglés si no sabes expresarte ni en español» …

No debemos fallar a nuestros mayores.  No decepcionar a nuestras personas queridas. ¡Qué tremendo y angustioso es el desamor y la falta de compasión! ¡Qué horror ser pisoteados por el egoísmo y la crueldad de los demás! Esos comentarios te hacen desaparecer, te anulan. ¿Arreglará eso unas pastillas, algún fármaco?

Cuando hoy, desde la Medicina del Alma y las medicinas naturales energéticas, decimos con total convicción de que sólo el Amor es la mejor de las medicinas no estamos exagerando.