
¿Qué pensabas, que no iba a tener final el sufrimiento? Que no iba a tener resultado tu esfuerzo. Que lo correcto y la verdad no asomarían nunca para hacerse valer en ti.
Seamos cautos pero decididos a aceptar desafíos. Todo llega en su momento. Estemos alertas.
Somos llevados al máximo de tensión para que reaccionemos y nos alistemos al cambio. Para poder hacer reformas en nuestras vidas tenemos que cuestionarnos a nosotros mismos y no caer en el auto-engaño o el conformismo.
Porque ya no quedan muchas opciones: ser nosotros mismos o esclavos voluntarios del sistema que nos gobierna e intenta hacernos uniformes y obedientes.
Vivimos tan desorientados y alejados de nuestro Ser real que, ese vacío que sentimos y nos envuelve en la inseguridad, lo intentamos disimular y falsear con ruido y jarana. ¿Tenemos miedo a vivir desde el Amor, en Amor, con Amor… siendo Amor?
Esa energía pura y suprema, es la gran experiencia que se nos brinda ahora. Esa es la gran re-evolución que nos toca vivir. Entremos, desde la inocencia, en la Luz sagrada del Amor.



Parece como que hubiese más maldad en la Tierra, sin embargo lo que pasa es que hay más Luz para verla y hacernos conscientes de ella y combatirla desde la Paz en nosotros.
Hay un despertar. Comienza a producirse un cambio que aunque sólo sea un murmullo, ahora, se está dejando oír para los que tienen los oídos atentos.
La mujer toma el Poder, se posiciona, saca su fuerza y sus talentos. Todo ello, en muchas de ellas, sin haberse primero sacudido de encima los patrones que la sujetan a tener un mismo comportamiento «machista» del que se impregnó toda su vida, el que maldice pero es su única referencia. 


