La Conciencia

Para que la vida tenga sentido, la existencia debe tener profundidad. Y para que haya profundidad, debemos desarrollar nuestra Conciencia y expandirla para que emerja el conocimiento verdadero.

¿Qué es la Conciencia? Es el espacio inconmensurable donde se aloja nuestra esencia divina. Es la que nos proporciona el conocimiento directo (sIn pasar por la Mente) que llamamos INTUICIÓN. Ese sexto sentido es el que nos saca de la mediocridad existencial.

Nuestra verdadera identidad está formada por la Conciencia y sin ella la vida ni sería posible ni tendría sentido o propósito. Somos Conciencia. Energía de AMOR.

Una vez se ha experimentado la libertad del Ser -nuestra esencia- el anhelo se hace mayor para obtenerla de forma definitiva,

Quien ha comprendido esto y siente la certeza de que así es en lo más profundo de su Ser, fluye y se deja guiar por su Conciencia, porque sabe que ella es la LUZ que le guiará de vuelta a la Fuente.

Entonces, la Mente deja de intervenir o lo hace poco y si intenta dominar nuevamente, la Conciencia, que es observadora impersonal le hace ver cuál es ahora su posición y función real.

La historia personal con la que uno se identifica, pesa como una gran roca a la que uno está atado y no le permite moverse con libertad. Todo ello es ilusorio y mental. Es lo que nos tenemos que sacudir de encima.

Cuando la Conciencia despierta, el Alma siente resucitar.

La Dicha

El estado de Dicha lo vivencia nuestra Alma. No es un sentimiento o emoción que pueda crear la Mente.

Ni el esfuerzo, la intención o la voluntad de una persona, por muy espiritual que sea, .sólo por el hecho de sentirse espiritual o definirse así- puede alcanzar la Dicha, no es posible sólo con desearlo o anhelarlo. A no ser que se sienta conectada profundamente, desde su Alma, a la grandeza de la Conciencia Suprema.

La Dicha es un regalo del Cielo, por decirlo de una manera práctica. No tiene ningún sentido o propósito a nivel terrenal o material. No tiene explicación. Llega. Está presente en el Ser y sólo puedes disfrutarla y reconocerla desde el Alma.

Cuando la Dicha se posa en el corazón, la sonrisa aparece por si sola. Los ojos brillan. La piel se hace resplandeciente. Los seis sentidos florecen y esparcen su energía y aroma particular… y tú no tienes explicación para ese estado de felicidad y alegría que sientes …

Unificar nuestro cuerpo espiritual a la dimensión de la vida misma en su alto nivel, puede llevarnos a sentir la dicha de experimentar lo sublime del Ser que somos. Las personas tocadas por la Gracia son las que han adquirido conciencia de su propia Alma y les resulta fácil desarrollar las cualidades de la paz y el sosiego.

Observación sin juicio

Imagina por un momento que tu estado mental está en calma. Te sientes profundamente relajado y das un largo y lento suspiro de alivio placentero.

Imagina por un momento que tu mirada está fija en el horizonte pero sin ningún pensamiento. En total estado de contemplación.

Imagina por un momento que ni siquiera sientes tu cuerpo físico y que es la Luz de tu transparencia la que ilumina el lugar. Tu cuerpo vibra y te sientes vivo.

Esta es la paz que has creado por sólo estar observando sin hacer juicio alguno. Tu respiración está en perfecta sincronicidad con la naturaleza, en un mismo palpitar.

El Alma estuvo desconectada del corazón pero ahora que has entrado en una dimensión espiritual, tu estado es el del Amor incondicional. Ahora experimentas el sentido de unidad y fusión con el Todo.

Ser conscientes de nuestra propia Alma nos brinda autenticidad e integridad.

La Conciencia.

«un ser humano es lo que piensa en su corazón«.

Al espíritu sólo se le puede experimentar. Y ese sentir que experimentamos, a nivel de la Conciencia, nos da conocimiento sin necesidad de traducirlo en palabras.

Cualquier tipo de conflicto que uno viva tiene que ver con la incoherencia entre quien uno es en esencia con la imagen que uno quiere dar de sí mismo y que no tiene realidad. Esa fricción interior crea desgaste y finalmente hasta duele el Alma.

Cuando una persona pone todo el rato resistencia y no da oportunidad al Alma a evolucionar, teniéndola comprimida, aparecen tarde o temprano en el cuerpo físico las tensiones, la ansiedad, la depresión … De forma inconsciente, por pura ignorancia, la persona se boicotea a sí misma,

La falsa identificación bloquea la naturaleza de la persona y no le permite manifestarse. La auto-realización equivale a la eliminación de la ignorancia.

Una Conciencia densa tiene una mente rígida. O mejor dicho; una mente rígida no deja desarrollarse a la Conciencia. Está repitiendo lo mismo una y otra vez, esperando un resultado diferente. No tienen la claridad mental para tomar decisiones correctas. Duda y se siente inseguro.

Una Conciencia despierta tiene la habilidad de resolver los problemas de forma ágil. Confía en su toma de decisiones. Y siente su progreso y el desarrollo de su capacidad mental con mayor firmeza.

«Para que la vida tenga sentido, la existencia debe tener profundidad«. Para ello tenemos que despertar nuestra Conciencia, siendo Observadores y adentrándonos en nosotros mismos.

El Alma ante la tristeza.

A veces da la impresión de que en nuestra vida se descorre un velo y de pronto vemos las cosas de distinta manera y ese tener que VER la realidad y tener que mantenerse uno inalterable se hace casi imposible. Normalmente se sigue una conducta y una actitud de forma mecánica y eso parece facilitar la vida, sin grandes alteraciones, sin tener que pensar demasiado.

Pero existen otros momentos, -y esto ocurre en los más sensibles por la influencia de la Luna-, en que nuestro ánimo y humor cambia sin razón alguna y se hace cuesta arriba tener paciencia, ser tolerante, callar, guardar una imagen. Entonces resulta necesario el cuestionarnos, el observarnos, el comprendernos y aceptarnos.

Hay momentos en que el corazón, sin razón aparente, se siente afligido por una tristeza que le llega de improviso. Es una energía que va de fuera hacia adentro y oprime el pecho. Son momentos en los que uno siente solo está sobreviviendo. Puede ser que nuestra Alma esté pidiendo la escuchemos y nos empuja a hacer cambios.

Ese peso como llega se va, pero mientras está, oscurece la brillantez que normalmente aclara la mente y el corazón. Aprovechemos para ir hacia adentro y armonicémonos, siendo coherentes con nosotros mismos.

Cuando tengo el ánimo caído, el sentido de la vida se desdibuja y aparece el cansancio y la desazón.

Normalmente es bien distinto, me alegra saber que no tengo apegos y eso me hace sentir libre. Pero cuando me invade la tristeza, que asoma de vez en cuando, sin aparentemente razón alguna, la perspectiva de la razón de mi vida, se estrecha y oscurece.

Ahora sé que caer en esa melancolía, sucede cuando me desconecto de mi ser esencial y la vida se me hace cuesta arriba. En esos momentos me dejo arrastrar por los pensamientos más absurdos y aparece el tormento mental y la negatividad.

Ahora sé, que todo volverá por si solo a su sitio; el gozo de lo sencillo, la confianza en mi misma y mi conexión con la divinidad dentro de mi.

El Alma nos ayuda a centrarnos en nuestro corazón. La realidad es una y no admite separaciones, así que mantengamos interconectados mente/corazón.

El miedo es debilitante

No se trata de búsqueda sino de sintonización.

No solo estamos vivos porque nuestro corazón late ni somos más lúcidos porque oxigenamos nuestro cerebro. Estas dos funciones actúan de forma no deliberada. Lo que sí depende de nosotros es mejorarlas; respirando profunda, lenta y conscientemente, con técnicas sencillas y eficaces.

El miedo envenena el Alma. Descansemos nuestra atención en ella y nos iremos liberando de los miedos al aumentar el conocimiento de nosotros mismos.

Lo contrario a los miedos es la paz mental. La conexión entre mente y corazón nos llevan a tener pensamientos y sentimientos coordinados y coherentes.

EJERCICIO DE RESPIRACIÓN CONSCIENTE. Nos expandimos y nos contraemos realizando un suave movimiento relajante al respirar, poniendo la atención en el Centro Ombligo que es el punto conque hemos comenzado a respirar al nacer. Permitimos que el oxígeno llene nuestros pulmones y suba para oxigenar también el cerebro.

Con los ojos cerrados y una posición cómoda, llevamos los cinco sentidos hacia adentro e imaginamos o visualizamos la columna vertebral libre de cualquier tensión. Permitimos que el Prana fluya por la médula espinal, reactivándola.

Piernas y brazos están totalmente relajados.

No tenemos prisa; nos sentimos fuera del tiempo, totalmente relajados.

Los pulmones y nuestro corazón reciben mensajes de armonía y serenidad

Seguimos una respiración rítmica. y sentimos como todo el cuerpo respira de forma armónica; desde la coronilla hasta la punta de los dedos de los pies.

En los momentos de exhalación, sentimos cómo sale por todos los poros de nuestra piel, energía que va formando un halo de Luz alrededor de nuestro cuerpo.

Nos convertimos en testigos de éste momento presente, desde nuestra Conciencia. No somos nuestro cuerpo. No somos nuestra mente. Experimentamos el vibrar de nuestro Ser, de nuestra Alma. Y sentimos una inmensa paz.

Resolver sin miedo.

Dejamos atrás las viejas ideas y creencias sobre nosotros mismos y nos vamos a explorar lo nuevo que se discierne y nutre a la Conciencia.

Respiramos conscientemente y nos alimentamos también de forma responsable. Cuidamos nuestro cuerpo físico, mental, emocional y espiritual. Purificamos la energía vital haciendo ejercicio. Nos renovamos en cuerpo y alma… y el Universo responde a nuestra vida y la hace fluida.

Ya nos lo dijo Nicolás Tesla «Nada se pierde, todo se transforma».

Ahora toca RESOLVER. Comenzamos a tomar decisiones correctas, desde la claridad mental y emocional. Desde nuestra intención de priorizar nuestra propia felicidad interna. Modificamos nuestra actitud sin miedo a enfrentarnos a nuestro pasado para saldar cuentas pendientes.

Nos damos cuenta que mantener problemas sin resolver, resentimientos y frustraciones no hace más que formar una costra alrededor del alma que frena la libertad de ser quien somos.

Las experiencias del pasado han forjado patrones a nuestro modo de actuar en el presente. Ahora debemos tener una perspectiva más amplia, más comprensiva y más compasiva de nosotros mismos y de nuestra gente cercana.

Tener una actitud de servicio es muy importante; nos abre el corazón a la generosidad y al amor desinteresado.

Prestar atención también a nuestro cuerpo energético, mantenerlo equilibrado y en armonía; escuchemos nuestra voz interior que nos irá marcando cómo y qué hacer.

Nuestros talentos se expresan desde el alma. Profundicemos en nuestros valores y experimentaremos la plenitud del Ser.

Todo ello nos va enriqueciendo en dignidad e integridad como seres humanos.

Medicina vibracional

Lo que vibra en tu misma frecuencia, eso es lo que surge ante ti.

La Medicina vibracional actúa sobre la zona del cuerpo físico que ha perdido su equilibrio volviéndola a armonizar. Pero también actúa a nivel del cuerpo mental para deshacer energías densas y caóticas. También sobre el cuerpo emocional para desbloquear tensiones producidas por los miedos, la inseguridad, etc.. Y además, en el cuerpo astral, para purificar el Alma.

El agotamiento físico y mental, el insomnio, la ansiedad, la depresión … todo desequilibrio tiene una causa emocional y los fármacos solo hacen efecto sobre los síntomas. Sin embargo, existen medicinas y remedios naturales que sanan a niveles profundos hasta llegar al Alma si hiciese falta.

Cuando se consigue reunir las energías dispersas creando la concentración necesaria para comenzar a actuar coherentemente, la memoria del Ser se reactiva y despierta la Conciencia.

¿De qué modo recuperamos la salud a nivel integral? ¿Cómo estimulamos nuestros sentidos hasta el punto de sentirnos renacer?

Toda enfermedad es desarmonía a nivel energético; los pensamientos y emociones son energía, lo que ingerimos es energía, la respiración nos proporciona energía …

Tenemos siete centros energéticos principales (CHAKRAS), que no están en el cuerpo físico sino en nuestro cuerpo etéreo. Pueden ser vitales y activos o por el contrario (por falta de energía vital) estar inactivos o tener deficiencia. Y justamente ésto nos causará malestar, molestias o enfermedad.

La cantidad y calidad de nuestra ENERGÍA VITAL es lo que nos condiciona a todos los niveles de nuestra vida.

Pensar y sentir en términos más amplios y profundos acerca de nosotros mismos nos permitirá percibir y experimentar de que SOMOS ENERGÍA y que existen nuevas formas de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.

El lado espiritual de la vida

No tener en cuenta nuestro lado espiritual, nos crea, aunque sea insconscientemente, añoranza vital, apatía y desánimo cuando no le encontramos un sentido a la vida.

No tener en cuenta nuestra alma y espíritu, nos aleja de nuestra realidad innata y por tanto, estamos desconectados de nuestras facultades más importantes: la intuición, nuestro sexto sentido, que nos permitiría experimentar nuestra divinidad y conexión con Dios.

Entender qué nos sucede interiormente. Cómo nos sentimos, independientemente de cómo «estamos» exteriormente, es lo que libera nuestra Alma.

Conectar con el Alma proporciona el gran beneficio de comenzar a hacerse responsable de uno mismo y de nuestro destino.

Haces y piensas (crees) según se supone que debes hacer y pensar, no de acuerdo a lo que tu sientes e intuyes (te dicta tu corazón).

Defendamos nuestra libertad intrínseca que es intransferible e inalienable, y que está ligada a nuestro espíritu y alma.

Aprender a desaprender

Tu Alma es como una placenta etérica que envuelve a tu espíritu. Y así es como has llegado a este mundo físico y denso. No se trata de evolucionar sino de gestar lo que ya está en nosotros y alumbrar a nuestro Ser esencial para que vuelva a sus Orígenes.

Para tomar Conciencia de quiénes somos, primero tenemos que limpiar la Mente de toda creencia y pensamientos prestados o impuestos que nos limitan y distorsionan nuestra realidad.

Dejar atrás y vaciarse de conceptos que nos han ido condicionando, alejándonos de nuestra identidad .

Desbloquear emociones que han quedado estancadas y dañan y enferman nuestro cuerpo físico, mental y emocional.

Una vez hecho este trabajo, tenemos vía libre para la transformación. Hay que sacudirse la apatía y las resistencias en las que habíamos caído y emprender la nueva etapa que comienza desde la inspiración y la creatividad.