La Luna Llena

Cuando la luna llena, las almas salen al encuentro del amor, pero muchas de ellas son atraídas por el Vacío y la belleza de la Nada.

En las noches de luna llena, las emociones se disparan creando y magnificando los dramas. El sentimiento de soledad se hace tormentoso.

El azul blanquecino que desprende la luna más la vibración algo lúgubre que emite el universo esas noches -una monótona e hipnótica musicalidad- hacen propicia que las sombras parezcan maléficas.

Las noches de luna llena son dominadas por el inconsciente, por la parte oscura de nuestro ser, que entonces se siente valiente de salir al exterior para dejar suelta su melancolía y su idealización del mundo.

La luna llena nos afecta de pleno a las personas muy sensibles. Hace desplegar la imaginación y la intuición. Hace captar sentimientos de otros y nos hace percibir pensamientos que están en el espacio, vete tu a saber de quién.

Pero, ya sabiéndolo que es así, una y otra luna llena, nos relajamos y esas noches solo somos Observadores de su misterio, sin dejarnos atrapar por su belleza.

Ordinario y extra-ordinario

No debiéramos hacer distinciones de capacidades e inteligencia entre los seres humanos sean hombre o mujer pero sí reconocer la diferencia entre el ser humano ordinario y común y el ser humano «extra-ordinario».

El ser humano común y ordinario vive de forma inconsciente, no se conoce a sí mismo, no sabe de todas sus capacidades y vive superficialmente.

El ser humano «extra-ordinario» vive consciente de sí y del mundo en profundidad, del que se siente parte y desarrolla su Conciencia desde su Ser.

El ser humano común -indistintamente hombre y mujer- son impulsados y motivados por sus cinco sentidos externos y su mundo se limita a lo que le rodea en el mundo terrenal y físico.

El ser humano fuera de lo ordinario (con Conciencia de sí) ha llevado sus cinco sentidos a su interior para experimentar las otras dimensiones de su Ser y ha descubierto su sexto sentido: LA INTUICIÓN, que le lleva a percibir lo extrasensorial.

El ser humano común, atrapado en el mundo material inmediato, es dominado por su mente inferior: los miedos, la inseguridad, el egoísmo, viviendo así en el sufrimiento.

El ser humano extra-ordinario, -indistintamente hombre y mujer- ha logrado salir de los patrones condicionantes y vive consciente en su proceso de evolución y desarrolla su mente desde la ecuanimidad y la paz interior.

Deberíamos centrarnos en lo que nos une como humanos que es nuestra capacidad de AMAR: cada uno desde su nivel de comprensión y saber. No más rivalidades. No más acciones contra nuestro prójimo…

Dejar atrás los miedos

hombre de rodillasEs necesario crear estabilidad en nuestra vida y dejar que las emociones fluyan; que entren y salgan, que ninguna de ellas quede estancada en nosotros y termine creando problemas. La mente que no es creativa es rígida, sin embargo desde la mente intuitiva fluimos.

Nuestra vida está controlada por nuestra mente subconsciente que es la mente de los hábitos/rutinas. La mente consciente, que ocupa normalmente sólo un 5% de nuestro cerebro, es la mente creativa que nos impulsa a evolucionar y responde a los estímulos. Las mentes débiles, repiten el mismo comportamiento una y otra vez, al no tener fuerza para cambiar los estímulos, por ejemplo, EL MIEDO.

Para salir de los miedos y la inseguridad, del estrés y la ansiedad tenemos que fortalecer la mente consciente. Desarrollando la mente -tomando el control de ella- nos volvemos intuitivos. Y siendo intuitivos nos identificamos y participamos con la vida desde una perspectiva mucho más amplia y clara.

A los miedos no los podemos tratar desde el razonamiento. Los miedos pueden tener mucho poder y se dedican a debilitar nuestro cuerpo emocional. Podemos y debemos sanar los conflictos mentales enseguida que aparezcan. No dejemos que crezcan en nuestro interior.

Existen trastornos hoy en día que incapacitan a las personas a llevar una vida normal. Sobre todo gente joven que padecen por ejemplo el «Trastorno Obsesivo Compulsivo» (TOC). Estos son casos extremos en donde los miedos se han hecho dueños de la persona. Hasta hace bien poco este trastorno no era considerado ni tratado con la seriedad y profundidad que precisan.

Lo importante es desarrollar la MENTE CREATIVA CONSCIENTE, y para ello existen técnicas y disciplinas como el Mindfulness, el Yoga, el Reiki, etc. que nos ayudan a cambiar malos hábitos y mejorar nuestra conducta, desarrollando la conciencia del Ser.

Modelos de conducta

hombre-solitario-paraguasEl ser humano lleva inscrito en su instinto, códigos y modelos de conducta. Estos arquetipos o estructuras anímicas,  están en el inconsciente colectivo, y existe una similitud en todas las razas y culturas. Algunos  hábitos de conducta pueden ser patrones heredados y no ayuda para nada el justificarnos diciendo «yo soy así o soy igual que mi padre».

Los arquetipos, según Jung, son esquemas dinámicos que reflejan nuestra forma de actuar. Nuestro inconsciente está formado por varias partes: 1) los aspectos rechazados por nosotros mismos que consideramos malos. 2) la imagen que utilizamos de cara al exterior. 3) El arquetipo masculino que tiene que ver con la función paterna o de autoridad,la energía creativa. 4) El arquetipo femenino que tiene que ver con el contacto afectivo, la energía nutriente. 5) la parte de la psique que aspira a la unidad y trabaja la identidad. 6) el arquetipo del Yo sujeto a la conciencia y la percepción.

SIETE HÁBITOS INSANOS:
1.- Castigar y castigarnos.
2.- Gritar. Insultar. Quejarnos.
3.- Culpar y culparnos.
4.- Amenazar y exigir.
5.- Manipular y dejarnos manipular.
6.- Criticar y auto-criticarnos.
7.- Mentir y mentirnos.
SIETE HÁBITOS DE AMOR:
1.- Apoyar
2.- Estimular.
3.- Escuchar.
4.- Aceptar.
5.- Confiar.
6.- Respetar.
7.- Expresar y comunicar.

Busquemos un momento tranquilo para dedicarlo a nosotros mismos y reflexionemos sobre nuestro carácter y personalidad condicionante. Algunos  hábitos o estilos de comportamiento -como por ejemplo pueden ser el mentir, la  intolerancia, la excesiva pulcritud, la agresividad, etc-  ya los tenemos localizados pero no sabemos cómo cambiarlos. Nos hacemos conscientes de cuánto nos perjudica un mal hábito y cuánto puede también afectar a las personas cercanas nuestro comportamiento.

Ser Observadores de nosotros mismos es una buena fórmula para cambiar o deshacer esos modelos de conducta  en nuestro carácter que nos resultan perjudiciales para relacionarnos con los demás. Mejorar nuestro carácter es una gran victoria para nuestra auto-estima.