La agresividad

hombre encerradoEl miedo. La inseguridad. La desconfianza. El sentirse acorralado. Todo eso puede volver a uno agresivo.

Cuando el Amor está ausente, la educación es agresiva. Cuando no hay vocación ni ética, la Medicina se vuelve  agresiva.  La justicia es agresiva cuando aplica la ley de forma implacable (sin compasión).

La agresividad es atacar con rabia y odio. Es agresivo quien hace explosionar violentamente  su cólera,  mediante la palabra o el maltrato corporal. No hay nada que justifique esa actitud que siempre va dirigida contra el más débil.

Hay una agresividad simulada en las relaciones amorosas cuando la persona  es posesiva, manipuladora,  celosa, …

Todo lo que implique dominar al otro , anular al otro, esclavizar al otro, humillar al otro,  -sea en el grado que sea- es agresividad.

Muchas personas son coléricas de forma incontrolada y después de sus reacciones  hirientes se sienten culpables. Estas manifestaciones de irritabilidad incontrolable es debido a un exceso de ‘fuego’ en su hígado. Deberían cuidar su dieta y hacer por equilibrar la energía en sus chakras, sobre todo el del Plexo Solar.

Todo tiene una razón de ser, también cuando hay un carácter colérico o irritable uno se debería preguntar ¿qué me pasa?, ¿dónde me afecta? ¿cómo puedo mejorar mi carácter? ¿cómo sanar mi corazón herido, mis emociones pasadas?

Es posible cambiar nuestra actitud, mejorar nuestro ánimo. Y es de agradecer.

 

Órganos del cuerpo y emociones

ser kundaliniPodemos hacer una lectura de nuestro estado emocional según la debilidad o bloqueo de la energía vital en nuestros órganos. Todo está ligado y unos influencian sobre los otros. O sea que, cuando nos duela algo físicamente prestemos atención también a la parte emocional que está pidiendo tratemos igualmente.

PULMONES.- Cuando oprimimos nuestra inspiración estamos debilitando nuestros pulmones. El sentimiento de asfixia, de falta de aire, es falta de libertad  y espacio para expresar. Nos ahogamos por la opresión y por la pena de sentirnos constreñidos.

GARGANTA.- También el cuello como parte flexible de la columna dorsal  se vuelve dura si nuestra actitud  es rígida. Toda la tensión en el cuello y la garganta está hablándonos de nuestra incapacidad para expresarnos y comunicarnos. De vivir desde conceptos y normas  inflexibles.

HÍGADO.- Almacenamos emociones que somos incapaces de  asimilar. Nos sobre exigimos y sobrecargamos. Nuestro hígado se resiente. Toda esa  rabia, irritabilidad, resentimiento y odio que no sabemos cómo controlar, son toxinas emocionales almacenadas en nuestro hígado.

ESTÓMAGO.- Asimila y digiere nuestras emociones. Preocupaciones que nos desbordan o son mal digeridas  pueden descomponer nuestro estómago.

PÁNCREAS.- Tiene que ver con el azúcar y con la dulzura de la vida. Por lo tanto lo que lo dañaría sería la amargura.

BAZO.- La apatía, el sentimiento de fracaso y los pocos deseos de vivir, se asientan en este órgano. Debilidad extrema física y mental.

CORAZON.- Todo lo relacionado con las pérdidas amorosas y el desamor crean desconfianza y miedo y como contrapartida crean los celos, la posesividad… miedo a perder y a no ser querido.

ESPALDA.- Es lo que uno deja detrás suyo. Lo que queremos olvidar. El dolor de espalda en la parte alta es el peso de todas las responsabilidades, el sobre esfuerzo con el que nos hemos cargado y nos sobrepasa. El dolor en la parte baja es nuestro temor por el futuro.

PIERNAS.- Nos sostienen, nos llevan hacia adelante. Si hay debilidad y dolor en ellas, nos llevarán a huir y no querer enfrentarnos con los problemas. Significa no estar enraizado o tener problemas en relacionarnos a nivel físico y social.

Tenemos la capacidad para deshacer formas de conducta que nos están dañando inclusive físicamente. Debemos cambiar hábitos que se han petrificado en nosotros y nos han hecho ser rígidos y pesados. Prestemos atención a nuestro cuerpo y órganos; ellos expresan cómo estamos.

 

 

 

 

Nutrirnos o llenar la barriga

Los alimentos crean emociones porque según lo que comamos, afectará a unos órganos o a otros, e inclusive -lo que comamos- nos proporcionará energía o no.

Por lo tanto,  si estoy comiendo fritos  y comidas grasientas, este tipo de alimentación terminará afectando a mi hígado. Y mi hígado -que genera también emociones- está ligado a la ira y a la agresividad.

La sensación de hambre que crea la ansiedad la aplacamos comiendo chocolate… es nuestra falta de conocimiento de nosotros mismos lo que nos impulsa a actuar de una manera compulsiva y desde la ignorancia. Y lo que provocamos, con esta falsa energía,  es más ansiedad y un sentimiento de frustración y confusión que nos termina desgastando física y emocionalmente.

La medicina occidental sólo contempla el cuerpo físico a la hora de tratar una enfermedad, pero ya es más que sabido hoy en día, la importancia de atender por igual, a nuestro cuerpo mental y emocional para alcanzar el equilibrio y armonía entre todos ellos; incluído nuestro cuerpo espiritual que también poseemos. A esto es lo que deberíamos llamar Salud.

Por lo tanto, para una buena salud, es necesario que prestemos debida atención a nuestra alimentación, haciéndonos responsables y aprendiendo a escuchar las necesitades de  nuestro cuerpo. Hoy en día es fácil informarse sobre temas de nutrición. Y debemos saber que, por ejemplo, consumiendo alimentos que tienen un pH ácido nos va a desmineralizar físicamente y emocionalmente nos sentiremos cansados, faltos de energía,  y desmotivados. Igualmente la falta de minerales crearán muchas deficiencias en el riñón que emocionalmente está ligado a los miedos…

Así pues, son los alimentos alcalinos los que nos proporcionarán energía, más vitalidad y salud. Comidas que contengan cereales integrales, legumbres, verdura fresca, frutos secos, fruta de la temporada… alimentos que nos proporcionen energía y nutran nuestros cuerpos, tanto físico como mental y emocional.

El estómago, bazo y páncreas son órganos «emocionales» que el sabor dulce los relaja: . La dulzura natural la podemos encontrar en la calabaza, el boniato, dátiles, remolacha, etc. Para la ansiedad, en lugar de comer chocolate que resulta una energía falsa o comer dulces que contengan azúcar blanca (que desmineraliza y acidifica la sangre)   podemos calmarla incorporando en nuestra dieta postres que, con un poco de creatividad, suplan lo dañino del azúcar refinado y la bollería industrial.

La Salud y la Felicidad comienzan con la voluntad de sanarse y conocerse a sí mismo.