Relativizar las emociones

Quizás algún rasgo del carácter esté obstruyendo el desarrollo de tu proceso vital de vida. Si así lo sientes, no te desanimes y no le eches la culpa a algo externo a ti. La cuestión está en aplicarse más a fondo e identificar en tu interior los obstáculos al crecimiento. Para conseguirlo hay que dejar la Mente a un lado; nada de justificaciones ni lamentos. Borremos totalmente la palabra fracaso.

El obstáculo puede ser desde lo más burdo y tonto, identificado con el Ego, (celos, resentimiento, rabia, miedos) a lo más sutil que enmascara a la vanidad y a una espiritualidad mal entendida. Siempre podemos introducir mejoras en el desarrollo personal gracias al cuestionamiento y observación de uno mismo.

Acaso sea necesario volver a fertilizar el terreno. Hacer un repaso de los hechos antes de seguir adelante, forzándolo. Actúan en nosotros intensas fuerzas de transformación interior, confiemos.

Podemos relativizar nuestras emociones y reacciones. Si consiguiésemos volar alto como un águila, nos sentiríamos libres de ataduras, alzándonos a gran altitud por encima de todo conflicto o drama. Entonces obtendríamos una panorámica lo suficientemente amplia como para entrar en el estado de libertad y desapego, sin sobre esfuerzos.

La necesidad de AMOR

Tu soledad y la mía. La necesidad imperiosa de sentirnos amados. El hastío del momento en el que sentimos el vacío dentro de nosotros. Todo ello contribuye a que se actúe con precipitación desmedida y uno se aferre a espejismos de oasis por culpa de sentirnos sedientos. Sin capacidad para sopesar nuestras emociones que nos empujan al desatino sin control.

Es imprudente, arriesgado, poco reflexivo, inclusive insensato e irresponsable, dar rienda suelta a los sentimientos que no están basados en el Amor sino en la simple necesidad de amor físico del momento, que es algo bien distinto… hoy en día se confunde más que nunca (sexo reemplazando el amor) lo que crea mayor sentimientos de insatisfacción e infelicidad al corazón.

¿Cómo llenar ese vacío cuando no hay amor por otro a la vista? Existe un tremendo desgaste debido a la impulsividad, a las decepciones, los fracasos, las expectativas, la falta de comunicación sincera, los miedos …

¿Y qué hay del amor que debiéramos sentir primeramente por nosotros mismos? Éste también es un aprendizaje pendiente. Si no nos valoramos a nosotros mismos difícilmente atraeremos a la persona adecuada. A veces, un error en la elección de la acción apropiada sea la causa de la infelicidad que nos lleva a tocar fondo.

La falta de claridad mental, el no querer ver nuestra realidad, el no querer asumir que el final de una forma de vida llega cuando tomamos conciencia de que ya hemos sufrido lo suficiente y ahora es tiempo de amarse y amar de verdad.

Sin miedo al fracaso

Nuestra falta de salud física y mental nos habla de la falta de amor y confianza en nosotros mismos. Como expresó el Dr. Jorge Carvajal «El síntoma no es más que una válvula de escape, es el fusible que salta cuando aumenta el voltaje en el sistema«. La SALUD no es sólo un asunto médico sino de conocimiento y responsabilidad del propio cuerpo.

El conocimiento de nosotros mismos y de la vida puede y debe ser directo. El gran fallo en el humano es que repite y repite conceptos sin pasarlos por la experiencia… y no avanzamos. Nos hemos instalado sobre las creencias y opiniones de otros… y eso no sirve en absoluto. Podemos seguir directrices pero tenemos que experimentar y sacar conclusiones por nosotros mismos. Nos equivocaremos una y otra vez pero las experiencias son las que nos harán crecer en sabiduría.

La palabra FRACASO debería borrarse del diccionario. La Conciencia ordinaria y personal está estancada, existe el miedo al fracaso, y por ello el mundo resulta mediocre para la mayoría. La Mente débil, desenfocada, sin capacidad para centrarse y desarrollar la Intuición, nos limita en todos los sentidos.

No sé quien ha escrito esto pero me resulta valioso tenerlo presente: «Si insistes en el Camino día a día, con intento inflexible y con confianza aunque no haya garantías, con alegría aunque no haya logros, con disciplina aunque no haya certificaciones, con responsabilidad aunque no haya dinero, con sobriedad aunque no haya reconocimiento, entonces hay una posibilidad de libertad, hay una oportunidad de recordarte».

La vida se condensa en el momento de la muerte, pero la creemos tan lejana que no le prestamos atención y no valoramos, todavía, la sabiduría que contiene su simplicidad finalmente. Consideremos la vida sagrada así como es sagrado nuestro Ser esencial -nuestra Alma y Espíritu-. Seamos agradecidos

Acepta las cosas sólo si tu Conciencia lo aprueba y tu intuición vibra con ello.

LA DISCIPLINA DE LA ACTITUD POSITIVA

Un sentimiento de rabia, de desilusión o de frustración impide adoptar la actitud correcta. Tengo que hacer pequeños esfuerzos diarios para activar energía positiva en mi:

 1) a través de una actividad física o expresión creativa. Pero sobre todo siendo Observadora de mi misma.

 2) a través de la respiración consciente. Varias veces al día me sentaré cómodamente, con la espalda recta, cerraré los ojos y dirigiré mi atención hacia mi interior y observaré mi respiración. Cómo entra el aire fresco por mis fosas nasales, respirando desde mi abdomen, ensanchando mi tórax, retendré unos segundos el aire dentro de mi y luego lo soltaré lentamente, y me quedaré en vacío también varios segundos y luego volveré a empezar. Así varias veces.

Cada vez que suelte el aire sacaré fuera también mi cansancio, mis preocupaciones, mi enfado… Así que, en cada nueva respiración, de forma consciente y por el poder de mi intención, me siento más calma, más a gusto conmigo misma, mi cuerpo más relajado.

*** Muchas personas están convencidas de que en su vida no tienen nada que mejorar o cambiar. Y si normalmente están de malhumor o sienten ciertas molestias «es normal» pues ya llevan mucho tiempo así. Conocerse a uno mismo enteramente, sin que la Mente nos engañe justificándose, es muy raro.

*** Revisa cuántos de estas seis afirmaciones has logrado:

  • Actitud siempre positiva, serena y tranquila.
  • Íntima satisfacción permanente, independiente de los vaivenes del mundo exterior.
  • Profundo disfrute de todas las situaciones de la vida.
  • Visión clara de tus objetivos
  • Te sientes perfectamente enraizada en el mundo, sin el mejor problema de adaptación.
  • Una sincera e incondicional actitud abierta hacia los demás y hacia Dios.
  •  

EL USO CREATIVO DE LAS EMOCIONES.-

La mente se siente normalmente insatisfecha, siempre quiere más o lo que es igual; siempre le parece que no tiene suficiente. El alma acepta lo que hay y le basta con lo que tiene. Procura vivir desde la conexión con tu alma a través de la meditación o introspección y así la Mente se calmará.

Por supuesto es más fácil para los que tienen una referencia de Amor (una familia equilibrada y en armonía) pero para los que no han vivido esa experiencia y padecen una disfunción emocional en su vida el trabajo es más arduo pero a la vez resulta un desafío gratificante .

Esta disfunción hace que esperemos demasiado del Amor y de los demás. Tenemos que trabajar en nosotras la independencia emocional. Saber estar sola y saber estar acompañada… y olvidarnos de la queja y el victimismo.

Si hemos tenido un padre estricto, te convertirás en sirvienta de tu pareja y ello llevará al fracaso. Si tu madre ha sido dominante tenderás a querer dominar a tu pareja. Rompe con esos patrones de actuación.

El desequilibrio emocional lleva al sentimiento de frustración. Solamente desarrollando el corazón y la mente puedes llegar a conocerte a ti misma y saber convivir con los demás. Acepta a los demás tal como son. Ni manipules ni te dejes manipular.

Es fundamental tener una buena comunicación con los demás (no esperar que adivinen lo que quieres de ellos) . No olvides tu naturaleza y defiéndela pero al mismo tiempo se lo suficientemente flexible de ideas que puedas abrirte a las cosas nuevas que te puedan enriquecer. Mantén tu propia integridad y respeto hacia ti misma. Tu propia autoestima vale más que cualquier relación que no te valore.

Este equilibrio emocional se consigue desarrollando la conciencia del Ser. Conociéndote a ti mismo.

Lo que elegimos desde el riesgo.

Arriesgarse es lo mismo que confiar plenamente en uno mismo. Arriesgar es comprometerse con la vida, desde la valentía de quien lo entrega todo más allá de lo evidente y seguro materialmente. Lo contrario, pero sólo aparentemente igual, podría ser imprudencia e impulsividad.

El riesgo, elegido desde la Conciencia de lo correcto, lleva el éxito consigo. El desafío no tiene que tener un resultado visible e inmediato. Puede perfectamente darse en forma de aprendizaje y llevarnos a un nivel superior de comprensión aunque aparentemente dé la impresión de fracaso.

Aventurarse a ser feliz y vivir en paz con uno mismo, haciendo lo que uno desea hacer, parece irreflexivo, egoísta y temerario en una sociedad competitiva, y codiciosa.

Pero lo que elegimos ser, desde el riesgo a sentirnos incomprendidos y criticados, es fácilmente superable cuando nos amamos a nosotros mismos y confiamos en nuestra intuición.

Nos transforma o nos trastorna

Absolutamente todo necesita de su justa medida. No existe ningún exceso que sea bueno o que nos beneficie.

Fuera de todo fanatismo, inclusive en el mundo espiritual, todo debe tener un equilibrio y proporción mesurada.

Lo que muchas personas entienden por espiritualidad o religiosidad es una idea interesada, y por tanto forzada, por conseguir algo. Y siempre que la mente se interponga el resultado que se persigue puede estar coloreado por el auto-engaño.

Esa ilusoria espiritualidad, en este mundo relativo y humano, es difícil de detectar por las trampas sutiles que nosotros mismos nos creamos y que a veces otros también alimentan.

Alguien dijo «no ve de la misma manera el árbol, uno que lo quiere talar y otro que simplemente desea sentarse a su sombra».

La motivación natural y el anhelo que nace en el corazón, son los mejores incentivos que nos pueden mover de manera libre, sincera y voluntaria a hacer algo.

¿Qué nos TRASTORNA? Todo exceso. El sobre-esfuerzo, la sobre-exigencia, el deseo exagerado de querer superarse, la busca permanente del éxito. Orgullo desmedido. Fuerte sentimiento de fracaso. El querer sobresalir y destacar siempre.

¿Qué nos TRANSFORMA? La actitud comedida. La atención y el silencio sin esfuerzo. La pureza de intención. El despertar y desarrollo de la Conciencia. Amarnos a nosotros mismos. Ser respetuosos con todos los demás. La sinceridad del corazón. La humildad.

Tomar decisiones

«Yo soy un árbol y tengo muy poco espacio para enraizarme en la tierra; bueno, me expandiré como pueda y creceré…»

Lo más importante es estar en paz con uno mismo. Y se consigue simplificando la vida, adaptándose a lo que surge, aceptando y sorteando todo lo que aparece en nuestra vida, sintiéndolo como un desafío.

Se trata de tomar decisiones. Posicionarse sin dudar. Y para ello uno tiene que saber quién es y qué es lo que quiere.

Cuando pequeños, ¿queríamos estar entre los que tenían éxito y liderazgo o entre los perdedores y serviles? ¿Estar entre los fuertes o ser de los débiles?

Mi abuela materna era de una aldea en Teruel. Todos trabajaban haciendo alpargatas y ya lo sabían desde pequeños que ese era su destino; no había alternativas. Mi abuela con quince años dijo que ella no se iba a quedar en la aldea ni iba a coser alpargatas y se marchó a Barcelona. E hizo lo que tantas mujeres, jóvenes y niñas hacían entonces en España para salir de la miseria: entrar de interna en una casa de gente adinerada. Y llegó a ser una gran cocinera hasta que reunió lo suficiente para montar su propio negocio: una panadería.

Determinación. Voluntad. Tomar resoluciones con el fin de conseguir algo. Lo contrario vendría a ser; quejarse, justificarse, resignarse, amargarse … en lugar de resolver… donde entra también la aceptación, por supuesto.

El poder de decisión. La intención clara. La fortaleza de ánimo. Todo ello hace posible que uno se abra camino.

Luego están las cosas que nos echan para atrás, como no tener confianza en nosotros mismos; los miedos al fracaso… también el no tener claro lo que uno quiere en la vida… si sientes que no hay nada que valga la pena esforzarte, entonces se hace imposible sacar fuerzas para hacer o para luchar por ser… esa falta de energía vital y entusiasmo también tiene solución.

Marquémonos pequeñas metas. Tengamos claro qué queremos hacer con nuestra vida. Visualicemos nuestro futuro, cómo queremos que sea.

… y luego nos relajamos, estando atentos. El brujo Don Juan del escritor Carlos Castaneda lo llamó «desatino controlado«.

Confianza absoluta en que existe un Orden Superior que, si tenemos una intención firme y clara, nos será atendida… o no.

Las trampas de la Mente

hombre galacticoSeguir ciegamente las creencias de otros nos puede llevar al despropósito. Intentar dominar el ego y sus desatinos desde una mente obcecada lleva al fracaso. Una mente fantasiosa, confabulada con un ego insensato convencido de su superioridad, siempre tiene lista alguna trampa mental para burlar las buenas intenciones de esa parte del cerebro que intuye el desvarío.

La mente que no sabe pensar y no es capaz de discernir tiene siempre preparada una maniobra para que desistamos de nuestros planes de cambios; debilitando nuestra voluntad y creando inseguridad sobre nuestras capacidades y valores.

Desde la apariencia de razonamientos válidos, una mente aprisionada por un ego exaltado y un orgullo desmedido, justifica la cerrazón de creerse dueño de la verdad, no permitiéndose ceder ni tolerar ningún cambio.

La mente que no es capaz de reflexionar, nos hace creer que somos dueños de nuestra vida pero en realidad lo que hace es crearnos complejos:

Creemos que el control de la mente lo conseguimos reprimiendo nuestros sentimientos o avasallando a los demás; trampa fatídica que nos acompleja.

Creemos que la «ACEPTACIÓN» es tener una actitud servil hacia el otro, debilitando nuestra identidad; otra trampa de la mente.

Para todos aquellos que están siguiendo un camino espiritual desde la mente, que son creyentes sometidos a prácticas religiosas férreas y rigurosas; corren el peligro de caer en la trampa del complejo de superioridad.

Si realmente deseamos lograr la auto-realización y la paz interior, tengamos presente que la Mente debiera ser el primer discípulo del Alma.

El miedo a sufrir. Sanación emocional

mujer-de-piedraPor miedo a sufrir elegimos no amar. De tanto vivir en el pasado o en el futuro nos volvemos de piedra porque hemos dejado de estar presentes en nuestra vida.

De tanto fantasear o estar envueltos en miedos irreales, divagamos. No somos capaces de pensar con claridad.  Se dispersan nuestros sueños y nuestras ideas creativas.

Elegimos abstenernos y quedarnos en el «no sé».

Por miedo a ser rechazados o a fracasar nos mantenemos en la rigidez de quien ya no cree en sí mismo.

Los mayores consumidores de antidepresivos, ansiolíticos, somníferos, antiácidos para la acidez de estómago, etc., son fármacos ligados a los trastornos  de estrés, ansiedad,   angustia y depresión,  están en los países desarrollados de occidente… y sigue en aumento.

Sin embargo, hay que enterarse, existen métodos y formas alternativas  naturales para combatir los desequilibrios mentales y emocionales. Conformarse o rendirse a convertirse en un enfermo crónico, sólo sucede en mentes débiles que han perdido la voluntad y el entusiasmo por la vida. Estas personas necesitan ayuda y comprensión.

Así como los bebés aprenden a caminar cayéndose y tropezando cien veces antes de echar a andar,  sin decaer su ánimo. Así mismo, debemos levantarnos los jóvenes y adultos, una y otra vez, ante los obstáculos de la vida.

La sanación emocional es fundamental para nuestra calidad de vida y es posible desde distintos sistemas para el equilibrio de las energías y terapias  naturales que están dirigidas a la sanación emocional.

 

El derecho a cometer errores

nina-y-munecas-cara-a-la-paredLos niños aprenden a caminar  cayéndose y levantándose  cien veces, lo intentan una y otra vez hasta que lo consiguen. Su fuerza de voluntad va ligada al deseo de  conquista. Su valentía no contempla la posibilidad de rendirse, la vida misma representa un desafío que  viven con entusiasmo y desde una actitud de superación.

Un niño no tiene sentimientos de fracaso o culpa hasta que otro entremete esa idea en su cerebro. El castigo es una forma de educar al niño  para  hacerlo obediente: a través del miedo, la humillación o inculcándole  una prudencia y ‘cordura’ excesiva.

Los pensamientos de miedo  van apareciendo entonces como propios. Pero la realidad es que no lo son . El miedo y la falta de autoestima son  introducidos desde fuera hasta que lo hacemos parte de nuestra identidad.

El miedo es el primer elemento que entra en la mente para confundirnos y hacernos dudar de nosotros mismos y de nuestras capacidades.

Borremos los miedos de nuestra mente. Volvamos a ser niños; cometiendo errores sin que eso suponga un sentimiento de fracaso. Vaciemos la mente de esa carga densa de minusvalía e incapacidad para que cada vez que nos caigamos nos volvamos a levantar sin frustrarnos, sin rendirnos.