
Sentirse solo, incomprendido, frustrado, infeliz … tiene que ver con algo que pasa en nuestro interior. No reconocerse, no gustarse, no estar contento consigo mismo…. eso nos lleva a la depresión, a la frustración, al decaimiento del ánimo, a perder la esperanza… pero sigue siendo algo interno, energías densas de emociones acumuladas que no hemos resuelto.
Unos no se sienten contentos consigo mismo pero no lo quiere ver abiertamente; otros no se aceptan pero tampoco hacen mucho por cambiar. No se enfrentan a sus problemas para no confesar su sufrimiento. Se entorpece el diálogo consigo mismo; se buscan excusas y justificaciones.
¿Qué hacer? Un gran sabio dijo «La respiración es el puente que conecta la vida con la conciencia»
En el momento en que logremos comenzar a conocernos a nosotros mismos, siendo Observadores del personaje que nos envuelve y domina desde la Mente, entonces es cuando nos sentiremos capaces de cambiar hábitos que no nos benefician y de hacer ajustes en nuestras relaciones. Es un proceso gradual de apertura que cada vez resultará más fácil realizar y avanzar en él.
Desde la respiración consciente: inhalar + retener + exhalar (lentamente) + quedarse en vacío y volver a empezar.
contando en cada paso hasta 4 ó el número de veces que no represente un esfuerzo. Comenzar por 3 respiraciones conscientes 3 veces al día. Ir aumentando a 6 y luego 9. Una vez creado el hábito hacerlo cada vez que haya ocasión.
Esto hará que la Mente se calme y esté lúcida. Y que vivamos desde nuestro Centro, sintiéndonos dueños de nuestra vida.