Sobre mi

Crecí sin orientación religiosa porque mis padres profesaban diferentes creencias y decidieron que en la casa no se hablase de Dios, para no condicionarnos.

Casualmente yo, tercera de siete hermanos, desde muy pequeña sentí ese vacío espìritual que se manifestaba en desconcierto por la existencia en el mundo. Los niños pueden ser tan crueles que su arma contra mí era gritarme «irás al infierno» que, aunque yo no entendía de qué se trataba, igualmente me aterraba por la maldad que transmitían.

A los dieciseis años me bauticé en el catolisismo a escondidas de mi madre, más que nada por sentirme igual que los demás. Pero, curiosamente, no reportó ningún cambio en mi interior tan necesitado de guía, consuelo espiritual y paz. Los sacerdotes que se cruzaron en mi camino sólo fueron capaces de decirme reza tres padrenuestros.

Religiosamente iba a misa los domingos, … quizás puse demasiadas expectativas porque en lugar de sentirme mejor, me sentía decepcionada y más confundida.

Luego me interesé y sentí curiosidad por el budismo Zen y sí, su filosodía vibraba más acorde con mi corazón pero todo quedó en mera información,

La búsqueda fue larga. Metí las narices allí donde hubiese un maestro que diese pautas de cómo trascender este Plano pues yo me decía a mi misma «no sé lo que sé pero yo sé que sé» … ¿me entendeis?

Me sentía empujada a buscar; a encontrar mi Camino. Era algo totalmente intuitivo. Yo sabía que había algo más allá del cuerpo y mundo físico.

… continuaré mañana … si os parece bien

La Esperanza activa

La esperanza no es ·esperar· resultados deseados y que se cumplan milagrosamente. Este pensamiento y actitud es infantil.

La esperanza debe ser activa. Significa que necesita de nuestra confianza absoluta para que se dé. Inclusive en los rezos se activa una esperanza.

Confianza absoluta en lo que uno considere y sienta es su apoyo. Una persona espiritual pondrá su Fe y esperanza en sus ángeles guardianes, en Dios, en JesuCristo, en los maestros ascendidos. Todos ellos cuidan para que nos lleguen las altas vibraciones para que podamos dar lo mejor de nosotros mismos dentro de la frecuencia del Amor Incondicional. Y esto es perfecto pues con su intención pura atraerá lo que necesitamos para nuestro crecimiento personal.

Otras personas pondrán su confianza absoluta en su Ser, en sí mismas, Son las que se responsabilizan de su actuar, felicidad, salud, el medio ambiente, porque se sienten parte del colectivo que conforma la humanidad. Han experimentado y vivenciado a Dios. Sienten más que creen, que Dios vive en su interior.

La esperanza no tiene base en lo ilusorio. La esperanza no es «esperar» que ocurra por arte de magia lo que deseamos.

La esperanza es un estado de Conciencia arraigado a la confianza absoluta -Fe- en nuestra capacidad de lograr y conseguir lo que nos propongamos, mientras conozcamos nuestra realidad y nuestra intención sea pura.

Envía tu Luz cargada de buenos deseos para toda la humanidad y te llegará de vuelta tu parte.

Observador de uno mismo

Dejemos atrás nuestra mente infantil y borremos todas las decepciones vividas de un plumazo, entonces habremos madurado. La decepción del enamorado que puso su felicidad en manos de otro. La decepción del hijo y sus grandes expectativas de tener unos padres perfectos. La decepción del creyente cuando Dios no respondió a sus plegarias.

Con la observación de uno mismo uno se vuelve más calmo: dejar de pedir, dejas de planear el futuro fantasiosamente, deja de quejarse, de dudar, de justificarse. Realmente, siendo observador de uno mismo, te haces más consciente de los actos inútiles y comienzas a deshacerte de todo eso que te impide ser tu mismo y de que, sin darte cuenta, ha ido formando una costra alrededor de tu corazón.

Siendo observador de uno mismo, además de colocarte en tu Presente, hace que el horizonte se alargue. Que la Mente se eleve. Y que los cinco sentidos se muevan hacia el interior, iluminando y activando los centros energéticos que están a lo largo de nuestra columna vertebral. Todo con el fin de seguir evolucionando como seres humano; dignos, impecables, honrados.

Y es así, cuando ya hemos integrado a nuestra cotidianidad el ser observadores y coherentes con nosotros mismos, cuando sentimos fehacientemente que somos un Alma y un Espíritu, eventualmente en un cuerpo físico, en el planeta Tierra, en la Galaxia de la Vía Láctea.

El proceso de transformación

“Yo Soy una expresión de la Inteligencia del Universo. No pongo resistencia a la transformación en mí para actualizar mi Ser”.

Debemos comprender que la vida en su sentido profundo es una realidad positiva que se manifiesta a través de un proceso energético (que lo mismo es creativo que destructivo), en forma de cambio constante, de renovación constante, aunque nosotros no comprendamos ni sepamos ver su magnitud.

Si yo sé admirar la fuerza y el misterio de la vida a través de todas sus manifestaciones, descubriré que esta energía de renovación es constante y que es la misma energía que está en mí.

Aprendamos a descubrir el valor de la vida como ENERGÍA y no como formas y hechos concretos… si nosotros ponemos nuestro objetivo de vida en las formas, estamos condenados a la frustración y a la desilusión. Sólo cuando se vive la vida desde el entendimiento de que somos energía. estaremos por encima de esta percepción superficial e infantil. Podremos participar del dolor o de la destrucción, pero sabiendo en nosotros -con absoluta confianza- que aparte del drama de una situación dolorosa está la grandeza permanente de la vida que está más allá de nuestra comprensión.

Se trata de descubrir y aplicar este proceso energético de cambio constante, como algo que además sucede a todo el universo. Y es que existe una inteligencia que se está expresando continuamente en todas las cosas y todos somos una expresión de esta Inteligencia.

Todo está en permanente movimiento. Y no es ni bueno ni malo, simplemente sucede. Desde la total inconsciencia hacia la trascendencia y unicidad con el UNO que es indivisible, incorruptible y eterno.

Así que, en lugar de oponerme al cambio o a las transformaciones, veo que mi fuerza está en seguir este ritmo, en abrirme a esta inteligencia que actúa en la vida, en aceptarla y adaptarme a ella.  Solo cuando consigo actualizar mi ser estoy cumpliendo el objetivo que Dios ha creado a través de mi: expresar toda la potencialidad de la vida.

Dios-Conciencia-Suprema

Si no hay Conciencia no hay Dios. Si no somos conscientes de Dios, si no lo sentimos en la Naturaleza, si no lo vemos en la noche estrellada, si no lo percibimos en nuestro interior, entonces nuestra existencia está vacía.

Cuando hay Conciencia, entonces el conocimiento y la intuición brotan del Ser sin esfuerzo. Y es nuestra Conciencia -cuanto más se expande e inclusive logra desdoblarse- cuando se abre un entendimiento directo hacia nuestro corazón que nos hace saber que nosotros, como Conciencia, estamos ligados a la Conciencia divina que llamamos DIOS.

La Mente, con su lógica y su limitada percepción, es incapaz de experimentar la grandiosidad de Dios porque lo cuestiona, lo convierte en un dios personal a su servicio, dice amarlo pero es por sus propios intereses, le reza sólo para pedirle o quejarse … no, eso no es Dios.

El Templo de nuestro Corazón es el lugar sagrado para acoger al Puro Amor Incondicional que es Dios y poder nuestros sentidos más allá para poder visionarlo, escucharlo, percibirlo, y sentir Su cercanía,

No estamos solos. Juntamos las manos a la altura del corazón y damos las gracias.

Nos sintonizamos.

Existe una realidad interestelar.

Yo no soy nadie pero sí mi espíritu tiene una realidad. Y saber que mi espíritu es eterno y que yo soy parte de la inmensidad del Universo me hace ser paciente y pacífica desde una perspectiva mayor.

Hablo así porque he experimentado, en varios momentos, el desdoblamiento de la Conciencia y esa experiencia ensanchó el entendimiento de mi misma como humana pero también como esencia cósmica. Una vez, al salir de mi cuerpo gracias a una técnica de respiración, llamada holotrópica, experimenté viajar hacia el espacio a grandísima velocidad. No mi cuerpo sino mi MENTE.

He vivido otras experiencias extrasensoriales en situaciones realmente extremas, cuando viví durante varios años en Oriente Medio. La sagrada ciudad de Qom, en Irán, nos acogió durante siete años. Para poder sobrellevar el impacto de amoldarme y asimilar una vida y mentalidad completamente diferente, -que no digo que peor- pero totalmente desconocida su mentalidad y forma de vida, me sumí en la plegaria y fue seguramente por ello que comencé a vivenciar diferentes milagros, si llamamos milagro a lo que no tiene explicación lógica.

¡Cuántos desatinos cometemos debido a la impaciencia y la ignorancia!

Cuando el destino te hace pasar por el Fuego, la identidad falsa desaparece. Yo no tuve oportunidad de escapar de esa prueba pero mis ángeles protegieron mis alas para que no se quemasen en esa experiencia. Tal como lo digo sucedió y lo sentí.

Ahora sé que lo mejor es no resistirse a nada si uno quiere vivenciar, sin miedo, la sensación pura de nuestro Yo Superior que nos protege.

La confianza absoluta es el mejor vehículo para atravesar la vida. Confianza en nosotros mismos desde la comprensión de quién somos y confianza absoluta (FE) en las Fuerzas Ocultas que dirigen y ordenan el Universo. Llamémosle DIOS a la Inteligencia Suprema que nuestra mente e inteligencia no alcanza.

Ya no tengo prisa ni soy más buscadora. Lo que está para mí llegará en su momento. Sólo tengo que estar atenta y con el corazón abierto en agradecimiento porque TODO tiene su parte de misericordia si lo sabemos ver para beneficiamos de ella.

Sufre el ego y el cuerpo físico, pero nada de eso somos. Somos energía. Somos Espíritu.

Somos energía y vibramos a determinada frecuencia. Nos sintonizamos. No hay que forzar nada.

Elevemos nuestra frecuencia utilizando la energía del AMOR y la vida se hará más fácil, sea cual sea la circunstancia.

Una nueva conciencia humana está surgiendo que sabe que es posible una existencia pacífica entre todos los seres vivos.

El gran Misterio

El Gran Misterio es DIOS. No el dios personal que cada uno se ha hecho a su medida y necesidad. No. Dios es la Conciencia Suprema creadora de todas las cosas

.La inmensa mayoría de las personas dicen creer en Dios y eso parece bastarles… quedándose en la superficie de Su inmensidad … existiendo como seres finitos sin experimentar que somos eternos …

Otra cantidad de gente dicen ser ateos, sin querer reconocer que poseen todos los atributos espirituales que todos los seres tienen por igual y en muchos casos, inclusive, estos valores los tienen más despiertos.

Nuestra mente no puede alcanzar a vislumbrar el gran misterio que es DIOS. No bastan los rituales, ceremonias religiosas, … creer no es suficiente, tenemos que sentirlo y experimentarlo en nosotros.

Dios es la energía del AMOR INCONDICIONAL. Es una energía SUBLIME que podemos experimentar cuando hemos purificado nuestro corazón. Y sentir en nuestro corazón ese éxtasis de AMOR, es Dios en nosotros.

A Dios hay que vivirlo. Haciendo lo que tenemos que hacer, desde nuestra Conciencia, lo descubrimos en nuestro interior.

Experienciar a Dios

Se dice «lo que Dios quiera» … pero, con qué frecuencia podemos dar Fe de Su Presencia en nuestras vidas y, cuánta sinceridad hay en esa frase hecha.

Lo que Dios quiera resulta ser lo que mi Conciencia me inspire y me dicte. Desde la certeza en mi corazón que es Dios en acción en mí quien actúa.

Lo que Dios quiera cuando la pureza de nuestro corazón percibe y distingue entre lo múltiple y Unicidad. Y percibe y siente la semejanza entre el Ser y el Universo, entre el Alma y la Divinidad. Barriendo florituras.

La Mente puede crear un dios a su medida e interés, imaginándolo, desde el Ego. Sin embargo, el Alma nos recuerda a Dios como el Todo y crea el anhelo y la añoranza a Él, como revelación del Ser esencial en nosotros, que ya lo ha experimentado.

Mi Alma da Fe, inclusive por lo que no entiende porque mi mente es limitada, pero confío, tengo certeza desde mi corazón, y por eso digo «lo que Dios quiera»… haciendo con responsabilidad mi parte.

Entrenamiento espiritual

Tu propia sabiduría es la que cuenta.

Al subir una escalera, si me preguntas si cada escalón es igual a los siguientes, te contesto que sí, pero no por ello te debes quedar parada en el que estás e ignorar los siguientes. Tienes que seguir subiéndolos para llegar arriba, por muy iguales que sean. La escalera es simplemente el instrumento para conseguir tu objetivo de subir y llegar arriba.

De igual manera, si me preguntas si la espiritualidad trata sobre el Alma y el despertar la Conciencia y me dices «ya sé lo que es»… pues sí, ya has escuchado una y otra vez sobre el tema. La diferencia está en que cada escalón que subas te llevará a un nivel de entendimiento superior.

Cada escalón que subes, te proporciona una nueva y mayor perspectiva panorámica de la Realidad y de ti mismo.

El entrenamiento espiritual es un proceso evolutivo que nunca termina, enfocado en un objetivo: conocerse a uno mismo para alcanzar un estado interior de paz y plenitud. Es la fusión con el Ser esencial que nos habita. Nuestro espíritu eterno.

La acción siempre es la misma: A cada paso que damos estamos deshaciéndonos de todo lo inútil, si vivimos desde la Conciencia del Ser. Tenemos el control sobre los sentidos. Avanzamos desde la confianza en un Orden Superior. En el Ser Supremo. Dios.

«Eso ya lo sé»

Decimos saber, cuando tenemos información de algo pero eso no es saber. Guardamos en la memoria datos, ideas, palabras, sin procesar ni integrar. Sólo están ocupando lugar, nada más. Usamos la Palabra para recrearnos pero no vamos más allá.

Por ejemplo, hemos oído y leído miles de veces «amarás a tu prójimo como a ti mismo», es una frase conocida por todos, pero nada más.

Si estas palabras estuviesen integradas en nuestro corazón, habríamos ya avanzado en Conciencia. Pero no, seguimos en nuestra ignorancia de decir «eso ya lo sé».

Si profundizásemos en la palabra AMOR, yendo a nuestro interior y conectando con nuestro corazón espiritual, nos asombraríamos de darnos cuenta de lo poco que amamos y nos amamos.

Lo que uno no ha experimentado en sí mismo es imposible entenderlo y mucho menos sentirlo por los demás.

Acomodarnos como humanos en la mediocridad, sería comparable a oír a un ruiseñor cacareando. Olvidó su don, desconoce su potencial …

Como seres humanos estamos hechos a semejanza de Dios y esto quiere decir que están en nosotros todos Sus atributos. Somos seres de Luz. La divinidad está en nosotros.