Ser Observadores de nosotros mismos

El acto de la observación es un acto de amplificación de nuestro sentido de percepción y del entendimiento de quienes somos.

La dedicación a nuestro ser esencial no tiene fin y lo que en un principio es la voluntad para crear una disciplina de reconocimiento, conexión y buenos hábitos, en la segunda etapa se convierte en un placer, como alimento del alma.

El cultivo de la atención implica el desarrollo de la observación y la capacidad de hacernos conscientes de nuestro sentir y la capacidad de conectar más profundamente con tales vivencias y emociones.

Desarrollar esta capacidad y cualidad de observación nos aportará sentirnos en libertad de ser uno mismo para desarrollar una mayor AUTENTICIDAD individual.

Llegar a tener una  ACTITUD positiva  ante la vida al ir cultivando un desapego  y desidentificación con todo lo que es relativo y lograr independencia emocional.  Se trata de reforzar la habilidad de saber lo que uno siente, quién es y cuál es su propósito de vida.

LA ACTITUD ADECUADA.-  Sinceridad, libertad de expresión, autenticidad. Y valentía.

TOMO CONCIENCIA DE MÍ MISMA.- Soy observadora de mi cuerpo, de mi mente, con el fin de conocerlos; saber cómo trabajan, conocer sus necesidades. Aprender a escuchar mi cuerpo.

Soy observadora  de mí SER; no soy mi cuerpo, tengo un cuerpo. No soy mi mente, tengo una mente.

El Yo es mi Ego, pero si digo “Yo Soy” es mi alma quien habla dirigiéndose a mí.  Mi alma me dice: “Yo Soy la Presencia divina  en ti”.

Soy observadora de mi entorno y observo mi interior. Por la noche hago una recapitulación y observo el comportamiento de mi yo.

¿Cuáles son mis necesidades básicas insatisfechas?   ……………………………………………………………………

SIN CULPAS, NI VERGÜENZAS NI REMORDIMIENTOS

¿Qué significa DESPERTAR LA CONCIENCIA? Ser más consciente de una misma es dejar de vivir como una autómata, de forma mecánica. Tomar conciencia de que estamos vivas en cada acto cotidiano, dándole sentido a la vida, dirigiéndola desde nuestra voluntad.

¿Cómo descubrir mi identidad?.- Reconociendo que mi ser está unido a Todo lo que existe. Desde el deseo de encontrarme con mi ser esencial. Nada es casualidad. Actúo desde el Yo Soy.

¿Cómo me vivo yo durante el día? ¿Me vivo beneficiándome de la energía positiva, la inteligencia, y el amor que poseo intrínsecamente? ¿O me vivo sintiéndome víctima de las circunstancias y desde el miedo? … ¿O me vivo desde la resignación y una actitud de supervivencia?

La Ley de Causa y Efecto.- Siempre que tome una decisión será teniendo en cuenta las consecuencias de esta decisión que he tomado. ¿Son decisiones tomadas desde el corazón?

Responsabilidad por mi felicidad desde una actitud correcta.- Convirtiéndome en tomadora de decisiones conscientes, comienzo a engendrar en mí actos que son EVOLUTIVOS  para mí y para los que me rodean.

Fortalecer mi identidad desde el “YO DECIDO” me hago responsable de mis decisiones.

Siendo Observadora de mi misma, paso a paso, consigo la paz interior.

Un mar de indiferencia

Tenía ante mí un mar sin sol debido a la indolencia de la raza humana. Las olas, cansadas, iban y venían reflejando la apatía y dejadez del mundo.

En lo alto del acantilado había una plataforma de cemento donde la gente se paraba a mirar la inmensidad de su indiferencia. Pero, desde su estado de inconsciencia, sólo veían lo que querían ver.

De vez en cuando surgían olas de Luz y unos pocos las reconocían y se maravillaban de ellas, haciéndoles recordar y reavivar su condición humana y divina.

Otros, más audaces, bajaban a las rocas para refrescarse en el agua. Y otros, muy pocos, se quedaban meditando buscando conectarse con el espíritu del océano.

Construyendo la vida

manos y florA partir del momento en que despertó mi conciencia y tomé la responsabilidad de mi vida es que puedo decir que mi vida se hizo ‘plena’ y me pude hacer dueña de ella. Cuando me hice consciente de que tenía esa capacidad y esa posibilidad y de que tenía libertad de dirigir mi vida, tomé el mando.

Años atrás, no era consciente de esta Verdad, ni siquiera hubiese sido capaz de  captarla y por ello, cometí muchos errores , desde mi confusión mental y desconocimiento de mi misma.

Ahora tomo las decisiones de forma clara. Elijo desde una visión completa de mi realidad, midiendo las consecuencias. Sabiendo que lo que está destinado para mi, tarde o temprano, llegará a mi. Más me vale estar alerta y no dejar pasar las oportunidades; debo hacer mi parte …

Esta actitud y forma de actuar me sitúa en lo correcto. Y consecuentemente, mi vida se ha hecho completa; todo está en mi. Yo elijo, hago lo que me corresponde hacer lo mejor que se, el resultado ya no depende de mi pero acepto lo que venga y  aprendo de ello.

La vida la construye cada uno, no desde lo externo  y material, sino  desde el florecimiento del Ser interior.  Pero esto lo descubres por ti mismo adentrándote en  tu Alma, escuchándola desde la quietud y la paz interior, permitiendo que sea ella quien te guíe. Si no construimos esa paz en nosotros se hace imposible encontrar el camino para llegar al Alma.

Parece fácil o parece imposible.  Son puntos de vista. Prueba y descubrirás que el horizonte crece mientras caminas hacia él .

 

Dejar fluir la energía

ser kundaliniVivir con la mente dispersa es dispersar la energía vital que hay en ti. La mente se debilita justificándose. Y una mente débil es vulnerable, es susceptible, vive fuera de la Realidad.

Desviar la atención al problema que tienes  por solucionar es desviar la energía vital que  requieres para solucionarlo. Una mente débil es fantasiosa.

Si se nos va la energía en dudar no tendremos energía para crear. Quedaremos estancados en algún punto, sin claridad mental para ver todas las posibilidades que nos brinda la vida. Nos moveremos en el mismo círculo una y otra vez.

Para conseguir que la energía fluya en nosotros primero tenemos que salir de patrones mentales rígidos. Dejar atrás la inseguridad y los miedos.

Tiene que haber una clara intención. Tenemos que reconocer las energías, aprender a purificarlas y a centrarlas, alineando nuestros centros energéticos.

Tenemos que deshacernos de toda la basura mental que obstaculiza esa fluidez que buscamos. ¿Por qué seguimos guardando en nuestra mente, sentimientos negativos de rabia, reproche, rencor, etc.? Ha eso llama basura mental. También al sentimiento de culpa; porque no nos es útil para nada. De todo ello tenemos que deshacernos, tirar fuera todos los residuos que están ocupando sitio en nosotros, en nuestro corazón sobre todo. La energía tiene que fluir.

Tenemos que ser Observadores del personaje en nosotros y poco a poco irnos des identificando de todas las ideas, creencias y condicionamientos que no nos pertenecen y han llegado a formar una coraza alrededor de nuestro ser original.  Vamos a descubrir quiénes somos.

Si estamos dando tumbos en nuestra vida sin encontrar nuestro sitio o por el contrario estamos estáticos y temerosos del cambio, sin fuerzas o claridad mental para tomar decisiones. Es el momento de despertar la Conciencia y poner toda nuestra atención (energía) en lo que decidamos hacer. La energía sigue a la mente y esto quiere decir que si tu mente decide al cien por cien algo, tendrás la fuerza para llevarlo a cabo. Entonces está fluyendo la energía vital para concretar el propósito que persigues.

La idea de negación o inseguridad es la que bloquea la energía vital. Es cuando despierta la Conciencia cuando podemos comenzar realmente a concretizar nuestro avance.

Permitir que fluya la energía en nosotros. Pero para abrirnos a ella, tenemos que estar relajados, fuera de las preocupaciones, confiados. Transformando el miedo y la rabia  en gozo, a través de una respiración consciente y pausada.

Todo este trabajo entra dentro del curso de «Entrenamiento para la Nueva Conciencia»: Respiración consciente, yoga espiritual, conexión con el corazón espiritual, ejercicios para alinear y reactivar los chakras,  meditación, concentración, visualizaciones para hacer limpiezas emocionales, etc.

Y si no es en este curso, existen muchos más que tienen el mismo fin: Despertar la Conciencia. Es el momento, porque ahora más que nunca debemos desarrollarnos como seres humanos.